Sabogal: novedoso lenguaje fílmico para hablar de DD HH
Por Marcela Águila Rubín
El pasado 10 de diciembre se celebró la Jornada Internacional de los Derechos Humanos, un tema que Sabogal, filme presentado en Suiza por primera vez en el ámbito internacional, aborda de manera inédita.
La película amalgama ficción con realidad y material de archivo con dibujos animados en una trama que se desarrolla en formato de novela policiaca y en cuya realización participaron más de un centenar de personas en media docena de países.
“En Latinoamérica, y sobre todo en Colombia, estamos inundados con narcotelenovelas en donde el héroe es el más malo, el que tiene mayor capacidad de matar”, explica Juan José Lozano, suizo colombiano, codirector. El filme cuenta la historia de otro héroe. Un tipo bueno pero no tonto, alguien que lucha por los demás, por sus principios, y que por ello se convierte en víctima.
Sabogal utiliza una mezcla de técnicas de animación, incluida la captura de movimiento y es pionero en América Latina en la captura simultánea de la voz del actor, su expresión facial y su movimiento corporal. Requirió investigar, crear y desarrollar a partir de nuevas herramientas tecnológicas. Participaron más de 150 personas entre músicos, dibujantes, artistas 3D, guionistas, etc.
¿Por ello optaron también por la ficción?
Juan José Lozano: Sí. Con los documentales que hemos hecho, ‘Impunity’, por ejemplo, nos dimos cuenta de que se quedan en círculos muy cerrados (DDHH, ONG, cooperación internacional) y que salen poco al gran público. Entonces, cuando vimos la oportunidad de presentar en televisión, nos decidimos por la ficción y por la ficción de esa manera, que fuera un 'thriller', una novela negra, con muchos claroscuros, con la presencia de Bogotá lluviosa. Tratarlo como una ficción, aunque todos los elementos que están ahí vienen de la realidad.
¿Cómo sortearon el desafío de amalgamar esa mezcla de técnicas de animación con las imágenes reales de archivo?
J.J.L.: En el proceso de realización advertimos que no solamente en Colombia, sino en Latinoamérica, no hay la cantidad de personas suficientemente preparadas para manejar el tipo de programas que utilizamos. Decidimos entonces trabajar con escuelas de animación. Hubo muchos jóvenes. La edad promedio fue de 25 años, jóvenes a los que íbamos formando y al mismo tiempo iban proponiendo soluciones novedosas. Toda la serie se hizo con un programa de animación que se llama Blender, holandés. Cuando empezamos el proyecto, las personas en Holanda se enteraron, nos contactaron y nos dieron consejos técnicos. El gran problema fue que tuvimos solo un año para hacer la serie. Tuvimos que correr mucho. Trabajamos más de cien personas en diferentes partes de Latinoamérica. Trabajamos con animadores en Argentina, en Chile, Perú.
¿Por qué escogieron la primera década de 2010?
J.J.L.: Nos interesaba hablar de los años 2000-2010 que fueron muy oscuros en Colombia. Escogimos los crímenes más representativos, masacres de campesinos, desplazamiento de campesinos, asesinato de periodistas, de profesores, interceptaciones ilegales, el asesinato de Jaime Garzón, que para nosotros marcó en dos la historia reciente del país. En cada uno de esos crímenes vimos que hay una manera de operar, una sistematicidad en el crimen, y en todos encontrábamos lazos con funcionarios públicos, generalmente con miembros del Ejército o de la policía secreta. Es decir, el aparato de policía puesto al servicio de oscuros intereses de la mafia para producir riqueza o para defender intereses ocultos.
Es un filme de denuncia que sin embargo fue difundido por la televisión pública…
J.J.L.: El hecho de que con fondos públicos se financie un trabajo para la televisión pública que habla de crímenes cometidos por agentes del Estado me parece una prueba de que las cosas están cambiando en Colombia. Es también una prueba de madurez política. Hace cinco años esto era impensable. Incluso había películas censuradas. No quiero decir que todo esté ahorita color de rosa, la situación en las regiones sigue siendo espantosa, siguen matando a la gente, hay amenazas. Pero lo que sí ha cambiado es que desde Bogotá, el mensaje político de la Presidencia y de las instituciones del Estado es diferente.
¿Les fue difícil hallar un medio que acogiera su proyecto?
J.J.L.: Cuando nos lanzamos, no teníamos ni idea de cómo iba a ser. Pero en Canal Capital (emisora televisiva con alcance nacional posicionada desde hace unos tres años en el tema de los DDHH) creyeron en el proyecto sin saber muy bien qué les estábamos ofreciendo y se lanzaron con mucha valentía, la que se requería para decir, ‘bueno, asumimos el riesgo a ver qué va a resultar’.
Sabogal fue presentado por primera vez en el Festival de Cine y Foro Internacional de Derechos Humanos de Ginebra, más tarde en el Festival de Animación de Annency, en Filmar en América Latina (seis sesiones con salas llenas) y en el Festival de Cine de La Habana.
¿Qué respuesta han tenido del público?
J.J.L.: Una muy buena. Empezamos a difundir en marzo de este año y ya se emitió toda la serie. Se está moviendo mucho en las redes sociales. Hay un importante público joven, urbano, sobre todo. Después de la primera temporada, el canal encargó una segunda que acabamos de terminar y podría estar al aire antes de Navidad. Son siete nuevos capítulos, además de los 13 iniciales. Continuamos con la historia de Sabogal. Hay temas que se desarrollan y concluyen como el desmantelamiento de la policía secreta y el cierre de la oficina tras 50 años de funcionamiento. Hay canales de televisión regionales que están redifundiendo la serie. Hay muchas proyecciones escolares organizadas con los abogados que dieron vida a Sabogal. Hay sectores que utilizan la serie para hablar de DDHH con otro lenguaje y a otros públicos.
El hilo conductor de la película es la historia del abogado Sabogal, ¿cómo lograron interiorizar al personaje?
J.J.L.: Para darle cuerpo a Sabogal trabajamos con 22 abogados que existen realmente y cada uno de ellos nos alimentó sobre hechos reales, no solamente en el desarrollo de los procesos judiciales, sino también en su vida personal; es decir, a alguien le pasó lo de la amante, a alguien lo de la mujer que se separa. Muchos tuvieron que exiliarse, muchos volvieron, a muchos les mataron gente cercana. Lo que hicimos fue poner todos esos elementos, pero en ficción, con el archivo al lado que fue ritmando la película para recordarle al espectador que si bien era una ficción, todo eso pasó.
“Queremos poner al espectador en un lugar diferente a todo lo que ha visto, generándole nuevos imaginarios”: Sergio Mejía. En la foto, junto con Juan José Lozano, directores ambos de Sabogal. (filmaramlat.ch)
“Queremos poner al espectador en un lugar diferente a todo lo que ha visto, generándole nuevos imaginarios”: Sergio Mejía. En la foto, junto con Juan José Lozano, directores ambos de Sabogal.
A pesar de los riesgos que corren, como lo muestra el filme, los defensores de DD HH no se arredran…
J.J.L: La colombiana es una sociedad con muchas expresiones de violencia, desde hace mucho tiempo. Hay muchos grupos armados, estamos acostumbrados a hacer justicia por nuestras propias manos, pero también es una sociedad con muchas organizaciones de base, de abogados, por ejemplo, que llevan 30 años defendiendo los DD HH. Yo pienso que si no hubiera habido todas estas organizaciones desde el comienzo, la situación en el país sería más grave. Con ellos trabajamos para construir Sabogal, con abogados muy jóvenes, recién egresados, que hacen trabajo de 'lobby' en las Naciones Unidas, y con los decanos, de más de 60 años, que fueron los que marcaron un poco la ruta para la defensa de los DD HH.
Sabogal cumple también una misión pedagógica, ¿era ese su objetivo?
J.J.L.: Hubo algo muy interesante con los jóvenes que participaron en el proyecto y muchos de los cuales se enteraron durante el trabajo de diversos hechos reales, como el asesinato de los profesores, algo que pasó desapercibido para un cierto sector de la población que ya se desconectó de las noticias y no quiere saber más de eso. A muchas de esas personas logramos conectarlas con una parte de la historia del país a través de la serie.
Si habláramos de un mensaje de Sabogal, ¿Cuál sería?
J.J.L.: Para nosotros es muy importante transmitir el mensaje de que la sociedad en Colombia está cambiando y va a cambiar mucho más cuando entendamos que la justicia es importante. Es decir, que uno no puede hacer todo lo que quiere hacer, todos los crímenes inimaginables, sin que haya algún castigo. En los últimos años hemos visto que criminales importantes están empezando a caer y hay condenas que se están produciendo contra funcionarios asociados con esos crímenes. Por muy encopetados que hayan sido, están siendo juzgados y eso es bien importante.
(Fuente: www.swissinfo.ch)