“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • Paula, realidad azarosa e intríngulis oculto
    Por José Luis García

    Con clara intención de poner en evidencia la falsedad e hipocresía que con frecuencia se apodera de la clase burguesa, el realizador argentino radicado en Barcelona, Eugenio Canevari, debuta en el largo con la película Paula, en la que se revisan los derechos de las personas, especialmente las mujeres, las consecuencias de la pobreza y la lucha diaria por sobrevivir en un ambiente solapadamente hostil.

    Paula (Denise Labbate) es una joven que trabaja de interna cuidando a los hijos de una familia burguesa que son productores de soja en el interior de la provincia de Buenos Aires. Su vida toma un giro inesperado al descubrir que está embarazada. Sola y sin recursos, deberá mantener el embarazo en silencio hasta que pueda improvisar una solución. El filme contrasta el proceso biológico normal con otros síntomas propios de una naturaleza alterada.

    Campo, perros, verdor, el mundo agrario y sus problemas… son algunos de los temas que se entremezclan en esta película sobria en lo narrativo, pero al mismo tiempo notable en lo conceptual ya que trata temas, casi siempre en un segundo plano, que sin duda hoy preocupan en nuestra sociedad contemporánea, como puede ser el rociamiento de tierras fértiles con agroquímicos y el uso de transgénicos, sus consecuencias en la salud de personas y animales, o la muchas veces aciaga e infeliz circunstancia de encontrarse de repente con un embarazo no deseado.

    La parquedad en los diálogos queda sin duda alguna superada por su satisfactoria progresión y una excelente imagen, con planos que surgen de una gran inspiración del director de fotografía Matías Castillo, en su mayoría estáticos. Paula es una película de una apariencia sencilla y mínima, pero que contiene un cierto nivel de violencia social que está latente e implícito hasta un final abierto con fueras de campo que dicen mucho más de lo que a simple vista nos parece.

    Eugenio Canevari ya había recibido un premio por su cortometraje Gorila Baila en el 55 Festival de Sitges. Estudió imagen y sonido en la Universidad de Buenos Aires, fotografía y cámara en el INRACI de Bruselas y dirección cinematográfica en Bande à Part – Escuela de cine de Barcelona.


    (Fuente: Cinestel.com)


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