“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Kaori Flores: “Contar esta historia desde lo personal e íntimo”
    Por Claudio Sánchez

    Kaori Flores (1976) es una cineasta venezolana egresada de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños (Cuba). Nikkei reflexiona sobre su origen japonés poniendo en conflicto toda la situación de la migración nipona; y cómo esta ha logrado conservar en sus descendientes formas de pensar el mundo desde una filosofía y lógicas que no siempre parecen ser las mismas frente a sociedades occidentales que además son influenciadas por la propia cultura originaria de América Latina.

    ¿Qué antecedentes tenías de producciones similares en América Latina antes de empezar con el proyecto de Nikkei?

    En cuanto a producciones continentales, como realizadora había participado anteriormente en una serie dirigida por Ángel Palacios llamada Injerencia, haciendo también de investigadora y asistente de dirección al inicio. En el área de producción trabajé en diferentes cargos como  asistente de producción ejecutiva en Tango Bravo, por ejemplo, para sus producciones. Posteriormente me llamaron para colaborar con productores ejecutivos para crear las estrategias de financiamiento y supervisar acuerdos de coproducción, al mismo tiempo ya había fundado mi casa productora, haciendo producciones nacionales, hasta que comenzamos con Nikkei, que es el proyecto en el que creíamos lo suficiente para hacer la primera coproducción iberoamericana.

    ¿Qué es lo que descubriste sobre los Nikkei durante el proceso de investigación para realizar la película?

    Yo hablo de este grupo en primera persona. Con esta película estoy presentando el cómo se construye una identidad a partir de la migración. “Nikkei” es un término para identificar a los inmigrantes japoneses y su descendencia, a la cual pertenezco. Lo que se logró con esta película fue mostrar una historia de migración, y lo que implica el proceso: relaciones afectivas de todo tipo, comienzos, adaptación, y muchas cosas más por las que se puede sufrir como por lo que se puede disfrutar. Y en primera persona, como realizadora y nikkei, descubrí aspectos en mí que forman parte de la herencia japonesa que no sabía que provenían de ahí. Se le llama Memoria Genética, aspectos biológicos y psicológicos conferidos en los genes por la historia de los individuos y especie, eso mismo es llamado Kami por el Shintoísmo. Son espíritus que viven en la naturaleza que son heredados a través del nacimiento y de las tradiciones de generación en generación.

    ¿Cómo fue que decidiste utilizar la voz en off y ser tú la propia narradora de la película?

    La decisión la tomé porque es una película que trata la historia de migración de mi comunidad, soy Nikkei de tercera generación (sansei), no me parecía propio hablar de mi comunidad en tercera persona, y desde el punto de vista de la comunicación, pienso que no hay herramienta más poderosa entre los seres humanos que el conmover al otro, por lo que contar ésta historia desde lo personal, desde lo íntimo, fue la mejor vía que encontré para comunicarme.

    Cuéntanos cómo hiciste el diseño de la banda sonora.

    En cuanto al sonido decidí que fuera minimalista. La construcción del mismo está basada en los lugares donde rodamos, sólo sonidos puntuales que acompañan situaciones, por ejemplo, en momentos en donde me sentía empáticamente cerca de mis abuelos, suenan unos bambúes, cuando se presentan situaciones que tiene que ver con Derechos Humanos, se escucha un golpe de Taiko. En la secuencia que tiene que ver con los Kami y la espiritualidad, hay cuervos japoneses, que en la mitología de ese país tiene que ver con la intervención divina en los asuntos humanos.

    En cuanto a música, la pieza principal y original la hizo Alejandro Rosso, mexicano, conocido por su banda Plastilina Mosh. Alejandro me mostró una pieza que me gustó, que comprendía tres partes anímicas, y me pareció que calzaba perfectamente para  Nikkei, pues podía dedicar cada parte a uno de los 3 países donde se rodó, se hicieron 3 versiones más para diferentes secuencias, Alejandro propuso una con un sintetizador ruso antiguo, lo cual fue un gran aporte como músico electrónico para una secuencia subacuática.

    Además de esto hay colaboraciones de Lindee Hoshikawa con un disco completo, ella es cantautora nikkei estadounidense, además de mi sonidista de campo en Japón, y también de Rodolfo Porras, un músico venezolano que aportó una pieza hecha con guitarra para unas de las secuencias finales.

    Los archivos fotográficos y el dibujo de un árbol genealógico son el hilo conductor (visual) de Nikkei. ¿Cómo recibió tu familia la película?

    Los archivos fotográficos y el dibujo del árbol genealógico son herramientas que usa el hilo conductor, en este caso yo como protagonista durante el viaje a los tres países (Japón, Perú y Venezuela). Fue plantearse algo así como “tengo a esta persona que va a hacer el viaje para entender su identidad, ¿que necesita para corroborar la información que encuentra?” y la respuesta fue: fotos, testimonios de otros y un árbol genealógico, esas fueron las herramientas de la protagonista-documentalista para contar la historia.

    A Nikkei la conocemos también por haber sido parte de Bolivia Lab. ¿Qué significó este laboratorio dentro del proceso que implicó la realización de la película?

    El proyecto para cuando asistí al Bolivia Lab (2010) ya estaba montado, de hecho fue aprobado por CNAC - Venezuela casualmente esa misma semana y recibimos la preselección de Ibermedia, por lo que en realidad el Bolivia Lab me sirvió para aprender algunas cosas que me han ayudado en proyectos posteriores a Nikkei, específicamente en lo que respecta al Pitching, que es exponer ante otros la idea y proyecto de una película. Nikkei recibió un premio como Mejor Proyecto Iberoamericano, el dinero lo usamos para pagar permisos y entradas a lugares durante el rodaje de Japón.

    El viaje que emprendes durante la película, en busca de tus orígenes, te lleva a “denunciar”, por ejemplo, el trabajo en precarias condiciones que sobrevivieron los japoneses en Perú. Estos son temas que no se abordan en la historia oficial, los nikkei lo recuerdan o han preferido olvidarlo?

    Sí, Nikkei tiene un aspecto de denuncia, no solo del hecho de la esclavitud, sino de la vida de los japoneses que migraron que incluye su país, la película habla de la Restauración Meiji que fue una revolución “desde arriba” es decir cambios sociales radicales decididos en este caso por el Emperador y sus cercanos, que llevaron al país al empobrecimiento, a la separación familiar a través de migraciones internas y hacia el extranjero. Luego en Perú, se habla de esclavitud de amarillos (japoneses y chinos), además de una situación de rechazo social y racial hacia los japoneses. Recientemente, por ejemplo, las familias nikkei que se asentaron junto al aeropuerto fueron despojados de ellas al perder un proceso judicial contra el estado peruano. En Venezuela se habla de cómo fueron confiscados sus bienes y ellos confinados a casas por la cárcel durante la Segunda Guerra Mundial.

    ¿Cuál ha sido la recepción que ha tenido la película durante sus exhibiciones en festivales internacionales?

    A la película le ha ido muy bien en festivales, el público se identifica con ella sobre todo en Latinoamérica, que somos un continente que contiene a todos los países del mundo como consecuencia de la migración. También han habido funciones en Europa en festivales especializados en Latinoamérica que les interesa el tema por el hecho de la migración, pero especialmente recuerdo una que se realizó en el Bronx en Nueva York durante el Festival de Cine Venezolano, a la que asistieron inmigrantes de Centroamérica y el Caribe, esa fue una experiencia muy enriquecedora, porque aun siendo una historia sobre japoneses en Latinoamérica ellos lograban ver situaciones personales en la película.

    ¿Qué te ha sorprendido más al realizar Nikkei?

    Realmente la recepción que ha tenido la película, tiene alrededor de 30 festivales y muestras, y hay personas que luego de verlas han comenzado a buscar su historia familiar, es una película que me ha traído muchas alegrías.

    ¿Cuál es tu nuevo proyecto?

    Mi nuevo proyecto se llama Akuaippa, que significa "cosmovisión", basada en el pueblo indígena Wayúu que vive entre Colombia y Venezuela. Es una coproducción entre Venezuela, Colombia y Francia, esperamos rodarla para finales del año próximo. pueden ver algo de ello en http://www.akuaipamovie.com/


    (Fuente: Cinemascine.net)


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