Aplaudido en el Festival de Cannes, Aquariusm del director brasileño Kleber Mendonça Filho es un filme al cual la derecha quisiera boicotear porque muestra justamente el Brasil que ella intenta ocultar.
“Aquarius es un filme de resistencia”, declaró Kleber Mendonça sobre su película, que tuvo la misma entusiasta recepción de público y crítica que el filme de Glauber Rocha, Deus e o Diabo na Terra do Sol, otro filme de resistencia, en el Festival Cannes de 1964.
Con una notable actuación de Sonia Braga (elogiada por la más prestigiosa crítica internacional) Aquarius es una denuncia contra la especulación inmobiliaria desenfrenada que está desfigurando las grandes ciudades brasileñas. El filme parece simbolizar aquello en lo que se está transformando la sociedad brasileña; como escribió el crítico del periódico británico The Guardian, Peter Bradshaw: "Esta elaborada y misteriosa historia brasileña refleja un proceso de desintegración social".
Según el mencionado crítico de The Guardian el guion escrito por Kleber, sobre una mujer de 66 anos, crítica musical retirada, en pie de lucha contra una empresa constructora que quiere demoler el edificio donde vive, es bello y sorprendente.
Pedro Butcher, crítico brasileño y editor del sitio web Filme B, señala que el director logra un “control absoluto del lenguaje cinematográfico”, como ya había demostrado en El sonido alrededor, su primer largo de ficción.
La trama del filme, que como afirma The Guardian, es de cierta forma una metáfora de Brasil, “aborda temas como el nepotismo, la corrupción, el cinismo”. Sonia Braga brilla en su desempeño del personaje de Clara y fascinó a los críticos presentes en el Festival. “Clara ya se ha convertido en una de las heroínas más revolucionarias del cine brasileño; una mujer fuerte como no se encuentra otra entre las de su edad en el cine; y ello se debe a su capacidad maternal, su capacidad profesional, su capacidad erótica”, expresó el diario portugués O Público.
Por su parte, la prensa especializada consideró la protesta de los artistas brasileños en la alfombra roja como un gesto "simple y fuerte”: “Este acto replicó la rebelión del personaje de Clara, interpretado por Sônia Braga en la película”.
"Todos los medios de Brasil hablaron sobre la actitud de protesta del equipo del filme”, señaló sorprendido el director de Aquarius -que es guionista con formación periodística, y que ha ejercido la crítica cinematográfica- al referirse al acto de denuncia del equipo del filme en la alfombra roja del Festival.
“Aprovechar la publicidad de Cannes para la protesta fue muy acertado", declaró el director en las primeras entrevistas concedidas después de la exhibición oficial de su película. “Este es un filme de resistencia y un poco también un filme de sobrevivencia; pero se trata de mucho más, es un filme sobre la energía que es necesaria para enfrentar la vida. A veces nos sentimos cansados, pero hay que encontrar más energía para continuar la lucha. Pienso que Sônia entendió eso muy bien”.
La inolvidable Doña Flor, por su parte, comentó: “El problema son los ricos. Quieren alardear ante todos de todo lo que poseen y por ello quieren afear las ciudades”. En el encuentro con los medios enfatizó la afirmación del actor Humberto Carrão, otro miembro del elenco de Aquarius, que habló de la “falta de educación de los ricos”. Ambos se referían al contexto en que vive la protagonista, una sexagenaria, y única habitante de un edificio en la Paya de Boa Viagem, en el Recife de los años 40, que al no querer renunciar a sus recuerdos, se convierte en “un foco de resistencia ante la ferocidad de los proyectos de una inmobiliaria”, como afirma el periódico O Público.
Otros calurosos elogios vinieron de parte de la revista estadounidense Variety, una de las más importantes de la industria cinematográfica internacional. Para la revista, Sonia Braga resulta "incomparable" en el papel de Clara. El autor del texto, Jay Weissberg, definió a Aquarius como un filme "Tan sutil y maduro como El sonido alrededor", el anterior filme del director.
Para la periodista Letícia Constant, de Le Monde, el filme era un fuerte candidato a la Palma de Oro. Y la afamada crítica de cine de este mismo periódico, Isabelle Regnier, consideró a Aquarius el mejor filme exhibido hasta ese momento en la competencia oficial. Le Monde escribió que el director pernambucano enfoca los problemas del Brasil contemporáneo con belleza y musicalidad.
El diario Liberación también adoró el filme de Kleber, que se estrenará en Brasil en el segundo semestre de este año. El diario de izquierda destaca que representa un retrato ejemplar de los males de la sociedad brasileña a través de Clara, “en lucha contra la sed de ganancia del capitalismo”. Para el diario la actuación de Sônia Braga es “resplandeciente”.
El crítico Luiz Joaquim, del sitio http://www.cinemaescrito/ resume las coincidencias del filme de Glauber y el de Mendonça: “Así como Deus e o diabo asombró por la claridad de sus planteamientos respecto a la reforma agraria (y otros temas) en el Brasil de su momento, Aquarius deberá encantar a todos por su tan bien delineado personaje femenino, una sexagenaria determinada a luchar sola contra un gigante financiero y político”
“-Les suena familiar?” pregunta el critico.
Sí. Resulta trágico vivir para ver que -52 años después de Glauber, entre luchas, idas y venias, retrocesos y victorias políticas y sociales progresistas, después de tanto sufrimiento- el pueblo brasileiro, como la Clara del filme de Kleber, es acosado por el espíritu de la misma banda de rufianes que retorna desvergonzada para desmontar una joven democracia.
A modo de resumen, el diario O Público, expresó que Aquarius es un filme sensual, sereno e impactante sobre la memoria amenazada; mientras que la afamada revista francesa Première, el cineasta Kleber Mendonça Filho creó una crónica de la sociedad brasileña caracterizada por “una maestría y una melancolía impresionantes."
Aplaudido no festival de Cannes, Aquarius é um filme que a direita quer boicotar porque mostra justamente um Brasil que eles tentam esconder.
Aquarius é um filme de resistência,” disse o diretor pernambucano Kleber Mendonça Filho, 48 anos, em entrevista coletiva, esta semana, diante da mesma entusiasmada recepção de público e de crítica com que Deus e o Diabo na Terra do Sol, de Glauber Rocha, foi saudado no Festival de Cinema de Cannes em 1964 – outro filme de resistência.
A semelhança não pára aí. O clássico filme incendiário de Glauber foi apresentado pela primeira vez, em sessão fechada, no Rio de Janeiro, quatro dias depois do comício de Jango, na Central: 17 de março de 64. Agora, com uma notável atuação de Sonia Braga (ressaltada pela mais respeitada crítica internacional) Aquarius, libelo contra a especulação imobiliária desenfreada que desfigura as grandes cidades brasileiras, parece simbolizar aquilo em que está se transformando a sociedade brasileira como escreveu o crítico do jornal britânico The Guardian, Peter Bradshaw: "Essa rica e misteriosa história brasileira é sobre desintegração social".
Para ele, o roteiro, escrito por Kleber, sobre uma mulher de 66 anos, crítica musical aposentada, em pé de guerra contra uma construtora que quer demolir o prédio em que mora, é "linda" e "surpreendente."
Já o crítico brasileiro e editor do site Filme B, Pedro Butcher, lembra que o diretor tem um ”controle absoluto do cinema”, demonstrado em O Som ao Redor, seu primeiro longa- metragem de ficção.
"Toda a mídia do Brasil falou sobre o gesto do protesto,” observa surpreso, o autor de Aquarius, que também é roteirista, tem formação jornalística e já exerceu a crítica de filmes, a respeito do protesto e da denúncia do elenco no tapete vermelho do festival.
“Aproveitar os holofotes de Cannes deu certo", disse nas primeiras entrevistas concedidas depois da exibição oficial. “O filme é de resistência e é um pouco um filme de sobrevivência; mas mais ainda se trata de um filme sobre a energia necessária para existir. Às vezes cansa, mas há que encontrar mais energia para continuar a lutar. Penso que a Sônia entendeu isso logo”.
Outro diretor brasileiro que se apresenta em Cannes este ano, na categoria de documentário, com o filme Cinema Novo, Eryk Rocha, filho de Glauber, comenta que o atentado à produção de cultura sofrida pelo país, neste momento, “revela a falta de visão e de dimensão estratégica da importância da cultura e da educação no Brasil. E talvez elas sejam as duas coisas mais importantes do mundo contemporâneo no século 21. São questões estratégicas de Estado de muitos países desenvolvidos, como aqui na França, e essa fusão de ministérios, no Brasil, revela uma miopia, uma falta de projeto, tanto de cultura quanto de educação.” Eryk foi outro que, em suas entrevistas, se mostrou radicalmente contra o impedimento da presidente Dilma e denunciou o golpe.
Na trama, que como afirma o The Guardian, é, de certa forma, uma metáfora do Brasil, “abordando temas como nepotismo, corrupção e cinismo”, Sonia Braga, no seu desempenho do personagem de Clara, brilha e deixou fascinados os críticos presentes ao festival. “Clara já é uma das heroínas mais revolucionárias do cinema brasileiro, uma mulher forte como não se encontra no cinema nesta faixa etária: na sua potência como mãe, na sua potência profissional, na sua potência erótica,” louvou o jornal português O Público.
A inesquecível Dona Flor, por sua vez, comenta: “O problema é com os ricos. Querem tirar a todos tudo o que eles têm e querem fazer as cidades feias,” ela acrescentou, no encontro com a mídia, à afirmação do ator Humberto Carrão, outro do elenco de Aquarius, que fala da “falta de educação dos ricos.” Ambos se referiam ao contexto da personagem no filme, uma sexagenária, a única habitante de um edifício na Praia da Boa Viagem, no Recife dos anos 40, que, não querendo abandonar as suas memórias, torna-se “um foco de resistência para os projetos de uma imobiliária e da sua ferocidade,” como diz O Público.
Outros calorosos elogios vêm da revista americana Variety, uma das mais importantes da indústria cinematográfica. Para ela, Sonia está "incomparável" no papel de Clara. O autor do texto, Jay Weissberg, definiu Aquarius como um filme "mais sutil, mas não menos maduro" do que O som ao redor, de quatro anos atrás.
Para a jornalista Letícia Constant, do Le Monde, o longa é um forte candidato na corrida pela Palma de Ouro. E a conceituada crítica de cinema do jornal, Isabelle Regnier, considerou Aquarius o melhor filme exibido até agora na competição oficial. O jornal escreve que o diretor pernambucano enfoca os problemas do Brasil contemporâneo com beleza e musicalidade.
Ela considera um gesto "simples e forte” o protesto dos artistas no tapete vermelho: “Faz eco à revolta da personagem Clara, interpretada por Sônia Braga.”
O Libération também adorou o filme de Kleber que deve estrear no Brasil ainda no segundo semestre deste ano. O diário de esquerda destaca que ele apresenta no filme um retrato magnífico dos males da sociedade brasileira por meio da Clara “em luta contra a ganância do capitalismo”. Para o Libé a atuação de Sônia Braga é “resplandecente”.
O crítico Luiz Joaquim, do site http://www.cinemaescrito/ resume as confluências do filme de Glauber e de Mendonça: “Assim como Deus e o diabo assombrou a todos por mostrar o óbvio no que diz respeito a questões da reforma agrária (e não apenas isso), tão em voga no Brasil daquele ano, Aquarius deverá encantar a todos em função de uma muito bem delineada personagem feminina, sexagenária e determinada a nunca renunciar àquilo que acredita ser o correto - mesmo que para isso precise lutar sozinha contra um gigante milionário em recursos financeiros e políticos.”
“Soa familiar?” ele pergunta.
Sim. É trágico viver para ver que, 52 anos depois de Glauber, entre lutas, idas e vindas, recuos e vitórias políticas e sociais progressistas, depois de tanto sofrimento, o povo brasileiro, como a Clara do pernambucano Kleber, é acossado pelo espírito da mesma malta que retorna desavergonhada, para desmontar uma jovem democracia.
Resumindo, para O Público, Aquarius é um filme sensualíssimo, sereno e sinistro sobre a memória ameaçada. Para a tradicional revista francesa Première, o cineasta Kleber Mendonça Filho traçou uma crônica da sociedade brasileira com “ maestria e uma melancolia impressionantes."