Lake Tahoe es una película sin música. Lo que hay en el fondo, contra lo que marcan los presuntos cánones del cine, son sonidos de la naturaleza que ayudan a contar esta historia de un chavo quien desea huir de su casa, tras sufrir una gran pérdida familiar.
“Lo que pasa es que los silencios no son realmente nunca silencio. Fue un experimento lo que quisimos hacer, creo que es una apuesta radical, pero en esta película no la necesitábamos (a la música)”, explicó Fernando Eimbcke, director de la cinta que se presentó ayer en el marco del Festival Internacional de Cine que se desarrolla en esta localidad.
Lo único musical en la cinta es alguna pieza incidental de Jessy Bulbo, así como un tema extraído de las cintas de Bruce Lee, del cual es fan uno de los personajes.
Lake Tahoe ganó en el pasado festival de Berlín dos galardones: el Fipresci de la crítica internacional y el Alfred Bauer, como una nueva perspectiva del cine.
Eimbcke no sabe cuáles pueden ser las aportaciones de su cine al género, pero sí tenía desde un principio la idea de ayudarse en la historia de planos generales, en donde el personaje central (Diego Cataño), se viera pequeño.
En eso ayudó mucho la visión de Alexis Zabé (Luz silenciosa y Temporada de patos), cuya propuesta incluyó cámara fija en su totalidad, comentó el egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos.
“Lo que queríamos era que el personaje se viera vulnerable. Yo había escrito la historia en ningunalandia y Alexis me ayudó a encontrar el lugar”, indicó. En el proceso de edición, detalló, fue vista por Alfonso Cuarón (Niños del hombre) y Alejandro González Iñárritu, quienes le hicieron recomendaciones para el surcido final.
“Lo que hacen es ponerte a pensar y reflexionar, había grandes ideas, pero no todo se podía poner en la peli”.
“Soy un director que estoy aprendiendo, tengo la oportunidad de hacer errores”, agregó. Luego de la Berlinale, la cinta recibe diariamente dos invitaciones de certámenes al día, informó Christian Valdelievre, productor de la cinta.