“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Marímbula, el documental que Diana Kuellar trae al Festival de Cine de Cali

    A Diana Kuellar se le ocurrió cumplir el sueño de toda una comunidad: en San Basilio de Palenque, el primer pueblo libre de América, ubicado a 40 minutos de Cartagena, Colombia, todos anhelan conocer África. En la comarca se cree incluso que cuando alguien muere, una de sus tres almas llega allá: a la tierra de donde provino su fundador, el esclavo que se rebeló contra la Corona y luchó por su libertad, Benkos Biohó.

    Pero quizá, dice Diana al teléfono –vive en Uruguay–, aquello debió quedar en eso, en un sueño. Porque su documental, Marimbula, que narra la historia de un habitante de San Basilio de Palenque que llega hasta Senegal, es también la historia de un choque, de un desencanto: el África  que imaginan en San Basilio no se corresponde con lo que es África hoy. Allá, en vez de tambores, lo que se escucha son las oraciones de los musulmanes. Allá nadie sabe quién es Benkos Biohó, o que hubo días en que miles de africanos fueron enviados a América en condición de esclavos.

    Hoy San Basilio de Palenque es más importante de lo que suponemos: allí se guarda una parte de la historia de África, que África no tiene presente, decía Diana antes de llegar a Cali como invitada del Festival Internacional de Cine

    ¿Quién es Diana Kuellar?

    Quise hacer documentales, quise el cine y la comunicación social porque básicamente me gusta escribir, contar historias de la vida real. Aunque primero, me gusta leer. Leyendo me di cuenta de que me gustaba escribir, para después contar la vida a través de una cámara.

    Aunque yo viví mi vida al revés. Cuando salí de la Universidad tenía un hijo. Entonces por cuestiones de sobrevivencia terminé siendo creativa de publicidad, pero no era lo que quería. En Barcelona viví 8 años e hice algunos documentales como directora y también como productora y guionista.

    Luego trabajé en la asistencia de dirección de la película Perro come perro, y eso me reafirmó en mi decisión de seguir haciendo documentales. El documental es una cosa muy íntima, muy personal, en la que no hay necesidad de que participen equipos de 50 o 60 personas.

    ¿Cómo encontró la historia de San Basilio de Palenque?

    Vivía en Barcelona y estaba desconectada -físicamente- de Colombia. Pasé 4 años sin viajar al país, pero creo que el haberme ido hizo que tomara otra perspectiva y viera la realidad colombiana de otra manera. Y  antes que Palenque, vino el tema del exilio. Hice un documental con Alfredo Molano sobre el tema. Y en España sentía un dolorcito raro por Colombia, una nostalgia. Como esos amores de lejos. Entonces reflejé ese momento de mi vida a través de la historia de Alfredo Molano, quien  fue obligado a dejar el país. Hice Amor de lejos sobre qué se siente por estar lejos de tu patria, de lo que amas.

    El documental con Alfredo Molano me hizo entender Colombia y percibirla de una manera particular. Estaba empezando a reconciliarme con el país. Y fue cuando llegó un artículo a mis manos sobre San Basilio de Palenque. Era 2003, y lo que se sabía de Palenque era muy poco: era la tierra de Pambelé, algo de la música y poco más.

    Y fue como un descubrimiento para mí: ¡El primer pueblo libre de América¡ Y me dije: la próxima vez que vaya a Colombia, voy a ir. Y así fue. En 2004 fui al país y me fui para allá mochileando. La gente me decía  que era peligroso, el tema de la seguridad en la época era complicado, sin embargo me animé. Fui con una amiga fotógrafa.

    Conocí a Palenque y establecí una relación muy cercana con sus líderes, como Basilia Pérez. Cuando regresé a España el pueblo seguía metido en mi cabeza. Entonces salió una convocatoria para hacer un documental y  escribí el proyecto Marimbula.

    ¿Ganó la convocatoria?

    No gané, y el proyecto quedó ahí. Luego me vinculé a Univalle y presenté Marímbula como proyecto de investigación. En 2010 me fui para el pueblo con un equipo de tres estudiantes y de ahí salieron varios productos. Marímbula finalmente es un proyecto transmedia que tiene un montón de productos: un cortometraje que hicimos en 2010 que se llama A dónde van las almas, que es toda esa mitología que tienen los habitantes de San Basilio sobre África. Luego hice una videoinstalación, El llamado de Benkos, tres pantallas en U que te transportan a Palenque. Y allí conocí a mis personajes en todo ese trabajo de investigación: Gabriel y Andris. Fue cuando se me afianzó esa idea del sueño que tienen ellos de ir al África. Y yo me fui pegando a ese sueño.


    (Fuente: Elpais.com.co)


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