“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Documental costarricense coloca un luminoso foco sobre los fenómenos migratorios de la región
    Por Lucía Vásquez

    Desde este 19 de mayo de 2017 se puede encontrar en línea —para reproducir y descargar— el documental costarricense Casa en tierra ajena, una cinta que relata las historias y sueños de diversas personas que se encuentran en procesos de migración forzada en Centroamérica. El documental, de una hora y 20 minutos de duración, fue estrenado el 30 de mayo de 2017 en el Cine Magaly. Es una producción de la Universidad de Costa Rica (UCR), el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED).

    Dirigido por Ivannia Villalobos, el largometraje recorre El Salvador, Honduras, Guatemala y México con el fin de ponerle cara a las historias y consecuencias de los flujos migratorios masivos de Centroamérica.

    Viva conversó con Carlos Sandoval, investigador de la UCR y productor ejecutivo y coordinador general del proyecto.

    Sandoval, profesor de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva y Catedrático Humboldt de la UCR, es uno de los más destacados investigadores de fenómenos migraciones en la región.

    Sandoval recorrió el triángulo norte de Centroamérica y la ruta a través de México para la realización de la cinta.

    ¿En qué se diferencia el abordaje de este documental al de otros que han tratado el tema de migraciones centroamericanas?

    El documental no se construye sobre el relato del viaje. Muy a menudo los documentales de migración Centroamericana a los Estados Unidos o de México, utilizan a La bestia como su eje narrativo. Esa sería una primera diferencia. El documental además arranca en Centroamérica, tratando de responder la pregunta de por qué si es tan peligroso las personas siguen tratando de llegar a Estados Unidos. En tercer lugar, hay una diferencia narrativa en el sentido que, justamente, no hay narrador, que es también un recurso que se usa frecuentemente. Procura abordar el tema de por qué se ha venido incrementando el control migratorio tanto que hoy México deporta más personas Centroamericanas que los mismos Estados Unidos. En cuarto lugar, el documental termina con una visita a dos albergues. Uno que está situado en Chiapas, muy cerca de la frontera con Guatemala, y el otro albergue se sitúa en la ciudad de Saltillo, relativamente cerca de la frontera con Estados Unidos. Muestra cómo a pesar de la hostilidad de los gobiernos, tanto el de México como el de Estados Unidos, hay una gran red de hospitalidad y solidaridad de la gente que menos tiene en México. De alguna manera se procura responder a la pregunta de por qué los que menos tienen son más solidarios.

    Usted ha investigado los fenómenos migratorios de la región desde hace muchos años. ¿Cuál fue el principal hallazgo que le dejó el documental?

    Desde el punto de vista más analítico, el principal hallazgo que me dejó es la gran interrogante sobre cómo imaginar otro futuro en Centroamérica. En Centroamérica no estamos viviendo una situación social como la que vivimos hace 30 años, cuando hubo guerras civiles, pero estamos viviendo una suerte de implosiones. Las sociedades explotan hacia adentro con unas tasas de muerte enormes. Justamente este año y el siguiente estoy trabajando en un proyecto que procura documentar cuáles son las expectativas o los sueños de las personas jóvenes que viven en ciudades empobrecidas de las capitales de Centroamérica. Se procura destacar es la urgencia de imaginar y crear un futuro digno en Centroamérica.

    De hecho, en una entrevista para Áncora, se hablaba sobre sus deseos de imaginar otro mundo posible. ¿Cómo se ve este mundo dentro del contexto que estamos viviendo en la región?

    Yo diría que el gran reto en este momento es cómo imaginar el derecho a no emigrar. Es decir, cómo imaginar que tantas personas, sobre todo jóvenes, que están dejando sus países pudiesen tener condiciones dignas de vida para que no se vean forzadas a emigrar. Uno puede entender que por razones personales o familiares alguien quiera salir del país, pero en este momento en Centroamérica la migración no es una opción sino una obligación. Tenemos que colocar en la agenda de políticas públicas la posibilidad de que las personas tengan trabajo, vivienda, salud, educación, que son las condiciones mínimas que cualquier persona desearía. Hay encuestas que muestran cuando se pregunta en El Salvador: ‘¿ha pensado usted dejar el país?’, más del 80 % contesta que sí. Dejar el país es prácticamente la prioridad de la inmensa mayoría de la población. Uno dice: 'aquí está pasando algo muy serio'. Uno puede entender las razones por las que se quieren ir pero no se puede aceptar que esto se convierta en la realidad. Tenemos que crear condiciones, independientemente de diferencias políticas y de la comprensión de los estilos de desarrollo, debería haber un cierto consenso de que hay que asegurarle a la inmensa mayoría de la población esas condiciones de vida digna que les permitan tener posibilidades para su desarrollo humano en sus contextos de origen. Si luego se quieren ir, perfecto, pero no puede ser que esa sea la obligación y no la elección.

    ¿Cuánto duró el proceso de producción del documental?

    La planeación la empezamos en el segundo semestre de 2014. Al final nos presentamos a un concurso de fondos que tiene el Consejo Nacional de Rectores que consiste en auspiciar proyectos que sean presentados por más de una universidad pública, que en este caso fuimos la UNED y la UCR. Esos proyectos se presentan ya sea en investigación, en docencia o en acción social. Lo presentamos en acción social y tuvimos la dicha de recibir los fondos que permitieron financiar las giras, contratar personal, comprar equipo. Lo cual muestra las posibilidades que se tienen cuando se trabaja de manera conjunta. La puesta del documental en la web aspira devolverle a la sociedad costarricense lo que ella misma invirtió en el documental, porque con el dinero de todos los costarricenses fue que se hizo. Eso es muy importante de resaltar.

    ¿Cuál es el objetivo de este documental? ¿Por qué es importante que conozcamos los fenómenos migratorios a fondo?

    Nosotros tenemos que tener una visión más regional de nuestro contexto. Creo que a pesar de la globalización seguimos con una visión muy acotada y centrada en el país sin reconocer que vivimos en una región y que requerimos una visión más regional. Que podamos notar que hay un desgarramiento en las sociedades centroamericanas, tanto así que como hace 30 años, familias salvadoreñas están volviendo a pedir refugio en Costa Rica por motivos de violencia. La nacionalidad que más solicitudes de refugio hace al gobierno de Costa Rica son los salvadoreños: 1 951 el año pasado. El documental es una invitación a pensar que si no conocemos la historia, estamos condenados a repetirla. En Centroamérica no nos podemos dar el lujo de repetir una historia tan dolorosa que ha causado tantas muertes en la región.


    (Fuente: Nacion.com)


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