El medio de la animación, con su multitud de técnicas y formas expresivas clásicas o emergentes, es el escenario de mayor movilidad y creatividad del audiovisual contemporáneo. La proliferación de técnicas accesibles y de herramientas tecnológicas pletóricas de posibilidades ha provocado un boom de producciones en las cuales la experimentación formal y conceptual, el replanteamiento de lógicas inmanentistas con que fuera cifrada y explicada la realidad, encuentran un desafío cabal.
En América Latina, el panorama no es menos diverso y activo, como demuestra la selección de la 28va. edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Véase el caso de Deu no jornal (Brasil, Yanko del Pino, 2006). Su cortometraje independiente adopta varias técnicas para construir una fábula simple. Un hombre revisa las páginas de anuncios sexuales de la prensa. El punto de vista de la cámara es la subjetiva del mismo, del cual escuchamos murmullos, comentarios mascullados, mientras la cámara recorre la mesa de animación, a la manera del caprichoso vuelo de ojos, y un lápiz invisible subraya, redondea, marca. Pero el ritmo aumenta, y con él, la excitación del voyeur, quien comienza a percibir las figuras cada vez más erotizadas de mujeres en posiciones procaces; estas, animadas por rotoscopio, son apenas trazos sueltos, de cuyo cinetismo realista sobrevive solo una impresión de realidad que confunde y agrada: son emanaciones de la libido del hombre. Y una voz femenina invade ahora el registro sonoro. Principia un diálogo erótico con la voz del hombre; mientras el ritmo se hace frenético, las voces son ya un desnudo encuentro coital, mientras las imágenes se arremolinan, y son ahora detalles de pezones, vulva, muslo... El clímax, la cámara que se congela sobre la ubicua página del diario, y un tenue chorro de semen que desciende por el papel. Siete minutos con los cuales nuestro punto de vista, que se ha dejado llevar por el del protagonista invisible, reconoce su propia excitación. Un prodigio de cinetismo.
También a faenas eróticas se asoma el corto Pasta (Tomás Weiss, Chile, 2006). Aquí la técnica es la animación bidimensional tradicional, aunque haciendo un tratamiento sencillo de la forma: figuras abigarradas, trazos sencillos, donde imperan líneas sinuosas y un juego de abstracciones que nos transporta a un universo juguetón. Hombre y mujer dialogan eróticamente a través de vastos platos de espaguetis, transfigurados en ramazones libres que se enhebran cual ricos encajes lúbricos. La banda sonido reproduce un diálogo de murmullos y chupadas rítmicas, mientras la narrativa construye un encadenamiento de viñetas. El tratamiento general evoca ligeramente aquellos presupuestos que explican a la animación extrema contemporánea, sin sus excesos, pero introduciendo la ironía y el descaro del manejo de la forma para provocar, entretener y juguetear con los significados plásticos.
Esa apertura a zonas nuevas, estilos y escuelas de vanguardia en la animación latinoamericana, que pasa de una fase de exploración y actualización a una de creación, se hace visible en M´ appelle (Javier Mrad, Argentina, 2006). Son siete minutos de animación de objetos a través de las técnicas de stop motion y pixilación. Distintas entidades materiales reconocibles (manzanas, saleros, estatuillas votivas) se transfiguran y animan ante nuestros ojos, en una coreografía mágica que quiere discutir desde la perspectiva conceptual con diferentes relatos místicos propios de dferentes culturas de la humanidad. Con no poco humor, Mrad utiliza efectos de iluminación y recursos sonoros para generar un mundo experimental, paradójico y metafórico, donde los objetos más disímiles se transforman en tropos complejos pero juguetones. Acaso el realizador haya aprehendido del todo el estilo del checo Jan Svankmajer. Bien aprendido; ergo, no es percibible.
En este punto, ¿quién duda que el mañana de la animación regional sea un haz de promesas?