Iván Sanjinés es el director del Centro de Formación y Realización Cinematográfica (CEFREC), institución radicada en Bolivia, y cuya importancia para el desarrollo del audiovisual de los pueblos originarios del continente es innegable.
El grito de la selva,fue presentado en 2008 por el propio Iván Sanjinés en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, Cuba (EICTV). Este es el primer largometraje realizado por CEFREC y la Coordinadora Audiovisual Indígena Originaria de Bolivia (CAIB), resultado del taller de formación y capacitación de 30 comunicadores y comunicadoras indígenas de los pueblos del Beni.
Sanjinés, realizador él mismo, es además el actual Coordinador General del Consejo Latinoamericano de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI). Aprovechando su participación como jurado del 6to. Festival Internacional de Cine Pobre, en Gibara, Holguín, conversé con él sobre los resultados y expectativas de CEFREC.
¿Cuál es el saldo de estos años de trabajo en CEFREC?
Nuestro trabajo comenzó en el año 1989. Desde 1994 iniciamos un proceso de preparación de lo que vino a ser el Plan Nacional Indígena de Comunicación Audiovisual. En estos 12 años se ha desarrollado un trabajo muy intenso e interesante, porque antes no había indígenas haciendo comunicación audiovisual, es decir, video, TV, películas de ficción, documental. En este tiempo se ha capacitado a indígenas de casi todas las regiones de Bolivia, con la Coordinadora Audiovisual Indígena Originaria de Bolivia (CAIB). El plan nacional y el trabajo nuestro tiene que ver con un destape de la producción indígena, que no existía, y que en cierto momento ha sido la única producción sostenida que ha habido en Bolivia; es decir, los indígenas son los que más han producido, más allá de las productoras.
En esta década se han realizado más de 300 producciones. Llevamos 5 años en producción televisiva. Se ha creado la televisión indígena del norte de la Paz, que es un laboratorio. El año pasado se creó el Sistema Regional de Radio y Televisión y las unidades de televisión en varias regiones de Bolivia. Es decir, la producción está creciendo. Cuando hablo de unidades de televisión y video no es que solo se haga producción televisiva, es que se trata de un tipo de televisión que puede ser un poco más documental, de reportaje, ficción, pero que se lance hacia la televisión. Existe un impacto por parte del proceso político en Bolivia a través de la comunicación, porque el plan nacional surge desde un principio para fortalecer la unidad, el dialogo intercultural, entre organizaciones, comunidades, el conocimiento mutuo, la reflexión y para fortalecer las reivindicaciones sociales y políticas de los pueblos indígenas. Para eso hemos trabajado todos estos años.
¿Cuáles son los proyectos de CEFREC dentro del nuevo diseño institucional socialista de Bolivia?
Nosotros somos un brazo técnico dentro de las organizaciones indígenas en Bolivia. Por ejemplo, la Confederación Sindical Única de Trabajadores y Campesinos de Bolivia, la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, la Federación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas, así hasta cinco, son las organizaciones nacionales con las que trabajamos. Nuestro trabajo y las decisiones que tomamos no están alejados de las organizaciones de los pueblos indígenas de Bolivia y de sus decisiones.
Primero, queremos poner en evidencia toda la profundización de este proceso histórico y acompañarlo desde la preocupación de los pueblos indígenas, pues muchos aspectos coinciden con algunas de las preocupaciones que tiene el gobierno de Evo Morales. Queremos aprovechar el espacio y el momento que se está viviendo, para profundizar y crear espacios de comunicación, avanzar en todos los campos posibles, porque el trabajo que hacemos no es solamente comunicacional desde el punto de vista de la producción, es un campo amplio que habla de integrar los demás sectores sociales, urbanos, la formación de líderes, de comunicadores, pero desde un sentido integral,de servir como puente entre regiones, realidades, y reflexionar sobre lo que se está haciendo, por qué hay un nuevo texto constitucional, etcétera. Todos estos proyectos son parte de lo que nosotros trabajamos. Nuestro papel está al servicio de profundizar ese proceso y sobre todo de marcar cuáles son las aspiraciones de los pueblos indígenas, ello para la construcción de una nueva sociedad. Estamos hablando de un estado diferente, comunitario, solidario, recíproco, en el cual esa concepción que viene de parámetros individualistas, que se ocupan de la extracción ilimitada sin solidaridad, sin pensar en el desarrollo humano. O sea, hay una filosofía diferente, que es la que quiere esa nueva constitución política del estado: distribución de la riqueza, mayor equidad y mayor justicia.
¿Hacia dónde se dirigen los nuevos proyectos de formación del CEFREC? ¿Qué están haciendo ahora; qué van hacer?
Nosotros somos los facilitadores, hacemos la logística, hacemos la capacitación necesaria, nos involucramos en los talleres y en el aprendizaje mutuo. Tenemos un mandato dentro de nuestras organizaciones nacionales, que en realidad es el objetivo del plan nacional: ir construyendo el sistema nacional de televisión indígena. El sistema nacional de comunicación también incluye radio. Ese es uno de los aspectos más importantes, y después profundizar también en la labor de producción y difusión de video, que en este caso es trabajar en largometrajes de ficción y otras producciones para poder ir abriendo el campo de difusión y reflexión en espacios un poco más complejos. Esto, para llegar, o acceder, porque los medios de comunicación en este momento en Bolivia están un poco controlados por sectores en contra del proceso sociopolítico.
A nivel internacional, somos parte de CLACPI, y en ese campo somos parte de la red Abya Yala, una red regional de Sudamérica. En esa dirección hacemos gran cantidad de actividades de atención: talleres, acompañamiento de procesos en países como Perú, Paraguay (donde estamos haciendo un trabajo por tres años). Recibimos en Bolivia a mucha gente para que haga sus seminarios, participen con nosotros en talleres, hacemos intercambio; es decir, no es un proceso aislado, sino que tiene una parte local y una internacional, pero siempre reforzando todas las iniciativas al derecho de la comunicación, el derecho de las expresiones de los pueblos indígenas y también hacia la sociedad en general.
Usted me comentó que quiere que el largometraje El grito de la selva, la última producción de CEFREC, sea el filme que inaugure el IX Festival Internacional de Cine y Video de los Pueblos Indígenas, que ya tuvo un pequeño preestreno. ¿Cómo fue la acogida del filme?
El grito de la selva es una película hecha en el contexto complejo que se está viviendo en Bolivia, sobre todo en las regiones donde tradicionalmente ha habido una oligarquía muy fuerte, como es en Santa Cruz o Beni. Esta película trata de la relación muy compleja que han vivido durante mucho tiempo las comunidades indígenas con ciertos poderes, los terratenientes, empresarios con mucho poder económico que generalmente han estado quitándole la tierra a las comunidades indígenas, relegando a los indígenas, que finalmente terminan siendo obreros o peones dentro de su propio territorio, trabajando para un patrón. Esta película está hecha para reflexionar sobre este tema. Es una denuncia de hechos reales, de masacres que han sucedido con los pueblos indígenas, que busca la reflexión no solamente de los indígenas, sino de la sociedad en general en cuanto a que estos sectores de poder siguen siendo los que dominan actualmente en estas regiones sobre el aparato productivo, los medios de comunicación.
El estreno se hizo en un bastión del MNR (Movimiento Nacional Revolucionario), que es un partido de mucha tradición en Bolivia y es el partido del presidente Gonzalo Sánchez de Losada, quien fue expulsado por la revolución de octubre de 2003. Esto ha sido interesante, porque a pesar de que la película tiene un tema muy fuerte, el estreno ha sido apoteósico, ha tenido la repercusión de los medios y los medios de derecha han estado presentes, porque el cine tiene a veces esa posibilidad de romper con el aislamiento o con la manipulación que a veces se da. Igual en Santa Cruz se han logrado páginas completas en los periódicos de derecha.
Creo que es una película para crear una reflexión e incluso para crear un cambio de conciencia. Motiva a muchas cosas que a veces ni siquiera un discurso o una proclama pueden hacer, porque es una historia de la realidad, de cómo es, de cómo la gente la ha vivido y la vive, y eso es lo mejor para poder entender, porque a veces es importante que las cosas cambien y que esa sociedad se transforme en una más justa.