“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA


  • Amucha habilita el diálogo entre vida y muerte
    Por Paulo Ferreyra

    Amucha es una película con marionetas y hablada en mapudungun, basada en un epew (cuento) mapuche grabado en Isla Mocha, Chile. “El abuelo Ligkoyam y su nieta Alen, tienen una amistosa relación y complicidad. En un día de sus vidas, vemos como un presagio anuncia un nuevo camino para Ligkoyam. Año 1300. Zona Lafkenche-Wallmapu”.  “Los relatos antiguos, ‘epew’, ofrecen una imaginería muy interesante a retratar desde el punto de vista de creación de personajes marioneta. Además, los epew son portadores de kimün, y utilizados ancestralmente como método para educar a las nuevas generaciones, y dar soporte a ciertas explicaciones desde el pensamiento y comprensión mapuche sobre la vida y también sobre la muerte”, explicaron sobre este cortometraje.

    Ahora separados por varios kilómetros, arrellanado aquí en un sillón mientras en Chile Jesús Sánchez, director del cortometraje, cuida a sus hijos dialogamos por teléfono. Por momentos la voz de los niños nos gana y todo se cuece  en una mueca feliz para hablar de nuestros hijos. Su hija puso la voz al personaje principal de esta película. El proyecto tiene un aire familia y está destinado para todas las edades. Aquí en esta charla nos sumergimos en este universo de Amucha.

    — El abuelo Ligkoyam y su nieta Alen tienen una amistosa relación y al mismo tiempo con un desenlace inesperado, ¿cómo llegas a esta historia del pueblo Mapuche?

    Esta historia aparece haca unos cuantos años atrás. Allá por el año 2014. Fue en una exhibición de teatro que hicimos en la Isla Moscha, lugar que finalmente se describe dentro de la película. Este relato antiguo aparece en un momento en que estábamos trabajando la historia de Nahuel - una leyenda Mapuche. Cuando nos embarcamos en Amucha empezamos a investigar, fuimos a la isla, hurgamos sobre este relato antiguo y empezamos a trabajar en la formulación de un guion para la película. La historia original tiene que ver con Epew de Trempülkalwe ( ser mirologico Transportador de almas), un ser mitológico, nosotros construimos una historia para justificar la muerte de un ser y ese viaje que sucede tras la muerte. En ese camino fuimos edificando con el equipo un lenguaje y una historia.

    — Ahora este relato llega al Festival de Cine Indígena en el Chaco y aquí se pone de relieve la cosmovisión del pueblo originario, ¿Esta mirada nos sirve para entender el mundo actual?

    Nosotros venimos trabajando hace tiempo con la cosmovisión de los pueblos originarios. Vivimos en una región donde es fuerte la presencia del pueblo Mapuche, este a su vez también es diverso y amplio. La cultura mapuche Lafken tiene ciertas particularidades que les son propias. Para mí como artista, como miembro de un colectivo de artísticos, tenemos la necesidad de configurar relatos que modifiquen los paradigmas de cómo se entienden la vida en la sociedad. Para ello también juego un papel importante la relación con el medio ambiente y hay un concepto importante que es la biodiversidad  en equilibrio. Nosotros como seres humanos podemos manejarnos en una relación de reciprocidad y respeto con todo lo que nos rodea, con los humanos, con las plantas, los animales, con todo.

    Aquí en Chile se está reescribiendo la historia. Urge en este contexto volver la mirada sobre los pueblos originarios para reconfigurar tanto la identidad y plantearnos la relación con nuestro medio ambiente. La relación que ha tenido el pueblo de Chile con el medio ambiente ha sido extraer recursos sin respeto alguno, sin límites.

    — Algo de todo eso también se ve en Argentina con la megaminería y el mono cultivo, la tala indiscriminada del bosque nativo. En el cortometraje aparecen espacios abiertos de silencios, paisaje y pocas palabras, ¿están buscados o surgen del propio relato?

    Tanto en la cultura mapuche como en quienes queremos empujar una nueva concepción  aparece lo contemplativo y lo dramático. Aquí para nosotros lo interesante era que la naturaleza en la película tenía que ser un protagonista más, no un mero recurso del relato. La naturaleza como protagonista. Además buscamos hacer una oda a la naturaleza, un homenaje también al mar. Hay arte y magia contemplativa para poder exhalar el mundo nativo.

    En Chile hay mucho monocultivo y hay depredación de territorios. Entonces en este marco encontrar naturaleza nativa es difícil, esto fue un desafío pero buscamos mostrar lugares donde no hay intervención del hombre, ningún camino, ningún techo de lata, buscamos reflejar esa biodiversidad en equilibrio.

    Para mi la contemplación es importante porque permite reflexionar ciertas cosas, tanto en la relación con otras personas como con todo lo que me rodea. Hay aquí también esta relación de saber escuchar lo que el abuelo tiene para decir o lo que ellos pueden entregarnos. Es transcendental que entre generaciones se siga trabajando en un contexto donde los abuelos y los niños son excluidos.

    — Estamos en un año tan particular donde la virtualidad se volvió casi el centro de nuestras vidas, ¿cómo te llevas con la tecnología con artista?

    Personalmente lo veo como una posibilidad de seguir trabajando. La pandemia nos tomó en el modo de Festivales, alcanzamos a viajar a algunos lugares, fuimos a Brasil, por ejemplo. Pero después la película siguió recorriendo festivales de modo virtual.

    El año pasado íbamos a estrenar en el Centro de Arte Cine Alameda, pero los carabineros habían quemado ese lugar en el centro de Santiago de Chile. La película se empezó a exhibir de todos modos y fuimos a varios conversatorios.

    Hoy dentro de nuestro rubro del cine se puede seguir trabajando y se puede democratizar aún más las proyecciones. Quizás muchas personas que antes no iban a un lugar determinado hoy si lo pueden hacer desde la comodidad del hogar. Igual espero que este formato no dure mucho y que en algún momento podamos estar presente para conversar con el público tras la proyección. La película sigue girando y por ello estamos agradecidos.

    — ¿Pudieron exhibirlo ante el pueblo Mapuche?

    Ellos lo recibieron bien, hemos hecho proyecciones con ellos porque tenemos lazos. Estaban agradecidos de ayudar y ser portavoces de sus historias antiguas. Porque no solo está el relato de Ligkooyam sino que también aparece esta relación central de pertenecer a un pueblo originario y mostrar su vínculo con la naturaleza, ellos nos tienen mucha para decir desde ese lugar. En nuestro equipo hay mapuches lo que nos permite dar cierta valides para presentarnos en determinados espacios.
     

    — La película tiene un sentido enorme en este contexto que estamos viviendo hoy por la COVID-19, en relación a la vida y a la muerte, ¿cuánto ayuda la película a traer el tema y a abrir el diálogo junto a la familia?

    Si tú observas en la naturaleza la muerte y la vida está presente todo el tiempo. Si miras una hoja de un árbol en ocasiones no dura más de año. El nacer y morir es una constante de la vida diaria. Es un lugar para visitar la idea de la muerta y para despojarnos del excesivo temor que tienen estas sociedades chilenas - me imagino que en argentina es igual por el catolicismo. En el pueblo Mapuche también fue permeable a estas concepciones debido a ese modelo de pasificación al que fueron sometidos, donde buscaban quitarle su cultura.
     
    Amucha es una película de corte familiar y es importante que la muerte surja como tema de conversación. Entre todos podemos palpar que la vida está en constante transformación, luego de morir nos transformamos. En Amucha vemos la transformación del ser humano en un animal, buscamos despojarnos del miedo a la muerte para mirarla de otro modo, quizás nos despojamos de prejuicios y lo entendemos como algo más lúdico.

    Lo esencial sigue siendo el presente, vivir con los afectos, desfrutarlos, si alguien se nos muere que no nos hayan quedado cosas pendientes. Hay muchas cosas que sólo están en las experiencias de vida y no están en ningún libro. Amucha abre la fantasía, el juego de qué puede venir después de la muerte. Esto lo tienen también otras culturas y aquí se habilita el diálogo sobre este juego de la vida y la muerte.

    (Fuente: diarionorte.com)


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