Marcelo Piñeyro recibirá el Premio Retrospectiva en el 27º Festival de Málaga, que comienza el 1 de marzo, como reconocimiento a la trayectoria de uno de los grandes directores de Argentina y de Iberoamérica de las últimas tres décadas. El galardón se entrega junto con Málaga Hoy.

El arrasador debut de Tango feroz, realizada con participación de capitales españoles y estrenada en 1993 lo catapultó a otros sucesos. Entre muchos otros reconocimientos, fue doble ganador del Premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana por: "Cenizas del paraíso" (1998) y "Plata quemada" (2001); Premio Goya al Mejor Guion Adaptado por: "El método" (2006) y más recientemente, Premio Platino a Mejor Creador de Serie por "El Reino" (2022).

–¿Dónde estabas cuando te enteraste de que ibas a recibir este reconocimiento y cuál fue tu primera reacción?

En casa, totalmente tranquilo, no esperando nada. De pronto recibo un llamado telefónico donde me dicen que me van a dar este premio. ¡Obviamente fue una gran alegría! Lo agradezco mucho, porque a veces en los festivales, cuando uno gana premios, hay un estado de competencia que no está tan bueno. Y porque es un premio a la trayectoria: no a un trabajo en particular sino a la suma de todos ellos.

Además es de un festival que quiero, al que fui un par de veces a dar charlas. Y en España, donde he hecho también parte de mi carrera y ha sido muy importante para que pueda hacer las películas que hice. Es gratificación por todos lados. Estoy muy feliz, no te voy a mentir (Risas).

-¿Qué representa un premio a la trayectoria?

Por un lado, que han pasado años (Risas). Cuando arranqué veía a la gente que recibía premios a sus trayectorias y notaba que eso no figuraba en mi menú. Pero ha llegado el momento en que eso también forma parte. Y se da justo cuando el año pasado se cumplieron 30 años del estreno de Tango feroz. No soy muy de evaluar ni de analizar mi carrera desde ningún lugar, pero llegar a los 30 años me obligó un poquito a hacerlo. Y noté con gran alegría que proyecciones de varias de las películas que hice se hicieron en salas y con mucho público.

-Y con muchos jóvenes, además.

¡Y con muchos jóvenes! Es curioso porque se exhibieron mis cinco primeras películas y gran parte del público había nacido posteriormente a que se hicieran. Vi que esas películas siguen muy enteras, muy vivas, que siguen conectando muy fuerte con el espectador, con audiencias jóvenes particularmente. Fueron las audiencias que naturalmente tuvieron en el momento de su estreno. Soy sincero: ese fue realmente un premio para mí, porque nunca me había parado a pensar eso. No me había visto desde ese lado. En general soy más de mirar para adelante que para atrás. No tenía conciencia de lo que hay detrás. Lo digo aunque parezca tonto: es fantástico que películas hechas a lo largo de los años sigan estando conectadas con la audiencia de hoy y que les siga importando. Ese es el premio mayor y el reconocimiento de Málaga cristaliza esa sensación.

-Y el reconocimiento llega en España, que representa una parte fundamental de tu carrera.

No solo por lo que he filmado allá, sino que gracias al apoyo de España como coproductor en mi primera película existieron las que vinieron después.

-España representó un impulso esencial para Tango feroz. ¿Te imaginabas lo que venía hacia adelante?

No, no. No me imaginaba ni siquiera lo que pasó con Tango feroz. Mientras la estaba craneando, planeando, peleando por hacerla y editando no se me ocurría. Mucho menos el resto.

-Ahí todavía no mirabas para adelante (Risas).

No, pero mi “mirar para adelante” no va más allá de mi próximo proyecto. Siempre fui igual: nunca he pensado en términos de construir una carrera en tal dirección. Es mi filosofía. Me encantaría poder decir que sí, pero sería mentira (Risas). Soy más puntual: pienso en la historia que tengo ganas de contar, en la peli que tengo ganas de hacer.

–Después de tu incursión en el streaming y en el mundo de las series y del suceso de El Reino, ¿te sigue entusiasmando hacer cine?

¡Sí! Mi próximo proyecto es una película. Me encantó hacer la serie y además, en dos temporadas. Pero el tipo de relato que queríamos hacer era solamente admisible en una serie: tenía muchas ganas de probar otro formato narrativo. Ahora quiero volver a hacer una película.

-Como parte esencial del panorama audiovisual argentino, ¿qué evaluación hacés de la Ley Ómnibus?

El momento me parece tremendo: es un ataque frontal contra la cultura argentina. Y a la vez contra la ciencia, la educación y la salud pública. Siento que es un ataque contra el pueblo argentino.

Con respecto a la cultura, puedo desarrollar un poquito más que si hablamos de ciencia (Risas). Este ataque no tiene beneficiario. Hay cosas con las que uno no está de acuerdo, pero si al menos sacan algo para dárselo a otro, hay un beneficiario. Uno puede estar o no de acuerdo, pero entendés el porqué. Acá no existe eso. Desfinanciar, cerrar y atacar a la cultura, del modo que se hace, no tiene réditos más que desde el resentimiento. O de pensar que la identidad de un pueblo es el enemigo a destruir. Que un gobernante piense que la identidad del pueblo que gobierna es el enemigo de destruir… me da pánico.

¿Desfinanciar al INCAA lleva una moneda a alguna otra parte del Estado? ¡No! Es simplemente atacar al cine. ¿Cerrar el Fondo Nacional de las Artes lleva una moneda a alguna otra parte del Estado? ¡No! Es simplemente impedir la formación de nuevos artistas. En ese sentido, no podemos dejar de pensar en términos históricos. ¿Qué significan el INCAA, el Fondo Nacional de las Artes o la Escuela de Cine? Forma parte del ataque frontal a la educación. Particularmente la educación terciaria y universitaria. Uno puede decir sin duda que este es un gobierno muy improvisado, que anda a los tropezones. Ahora me pregunto ¿es casual? ¿O es parte de un plan totalmente destructivo de futuro?

Es imposible pensar en el futuro sin la Universidad pública, sin la cultura argentina y sin salud. ¿Qué futuro piensan las cabezas que han pensado esto? Yo no me lo explico. Sin dudas creo que las cosas pueden funcionar mejor, todo puede funcionar mejor. Sin duda el INCAA puede funcionar mejor. Sin duda, la ley del 94, por la que tanto peleamos en su momento, hoy queda obsoleta. ¡No existían las plataformas! Hoy el cine se ve de otras maneras. Sin duda que replantear no es cerrar, atacar, llevar a cero, cerrar las escuelas de cine. O sea, el ataque a la ENERC, que no es solo la sede de capital, sino que tiene sedes en varios puntos del interior del país, es imposibilitar la formación de nuevos artistas, de nuevos cineastas. Por eso me pregunto ¿a quién beneficia esto? Solamente encuentro perjuicio. No encuentro beneficiario, por absurdo que me parezca el beneficiario.

-Si llegara a aprobarse ¿cuál crees que es el futuro de la industria?

Hemos pasado por otras zonas oscuras, muy oscuras, en nuestra historia y hemos salido. Después de la Dictadura hubo grandes películas en Argentina. Hubo grandes artistas en Argentina. O sea, ¡no van a poder con nosotros! No se hagan ilusiones. La sociedad argentina tiene mucho talento y ese talento lo podrán frenar dos o tres años, pero no van a poder terminar con eso.

Yo todavía quiero confiar en nuestros legisladores. Ellos están ahí por un mandato de la sociedad y la sociedad no votó esto. Un partido como el Radical o la Coalición Cívica tienen otra historia detrás, otros mandatos, otros reclamos históricos, otra relación histórica con la cultura. Entonces, en ese sentido, confío que no se dejen apretar y que realmente respondan a sus votantes y a su responsabilidad como legisladores de pensar más lejos. Por otro lado, se pretende tratar un paquete de 700 leyes en 20 días. Obliga a la superficialidad más absoluta. El cine, sin dudas, necesita una nueva Ley del Cine. Ahora ¿la podemos sacar en dos minutos? Nos reunimos vos y yo, que somos unos piolas bárbaros, la tenemos más clara que todo el mundo, ¿pero mañana te la entregamos?

-No, desde ya. Por otra parte, en el Congreso hay un anteproyecto de ley promovido por el Espacio Audiovisual Nacional. Podría ser tomado en cuenta, ¿no?

Puede ser un punto de partida. Me parecería muy bien que los Diputados lo analicen, profundicen, nos convoquen, pregunten y cuestionen. Y pensemos un proyecto que quizás no sea exactamente ese. Pero así se legisla. Así se legisló la ley del 94. También había un proyecto que surgía del sector. Fue a las cámaras, se discutió y se modificaron cosas que en realidad hicieron crecer a la Ley. Cuando se sancionó fue una norma virtuosa. Tomando referencias de leyes existentes en Francia y España, se aprovechó para mejorarlo. Y fue una ley modelo. Es muy deseable que los legisladores nos convoquen partiendo de este proyecto de ley -o del que fuere- para que discutamos, pensemos, reflexionemos y encontremos el mejor proyecto de ley que seamos capaces. Eso está buenísimo y cuenta con nuestro apoyo. Es nuestro deseo y por lo que venimos peleando. Por eso quiero confiar en la institucionalidad.