Su oficio no es otro que el de contar historias. Narrarlas desde la emoción con la peculiaridad de convertirlas en protagonistas. Parece no importarle otra cosa que el universo audiovisual y por supuesto la repercusión de su ópera prima, porque para Alejandro Moya (Ískander), hacer cine más que una profesión es su propia vida, es algo que no puede describir con palabras. “Nací y me crié en este medio y nada de lo que contenga me es ajeno, lo veo como algo tan natural que lo siento fluir por mis venas por lo que lo utilizo para expresarme.”
Escritor y realizador televisivo, a sus 38 años debuta en el llamado séptimo arte con la dirección y el guión de un largometraje de ficción. Mañana, película que en una hora y cuarenta y cinco minutos filmados en formato digital de alta definición superó las expectativas desde su presentación especial por su amplio poder de convocatoria. Con sus múltiples detractores y prosélitos se destaca por su lenguaje moderno, lo refrescante de la trama y buenas actuaciones salvo excepciones. Todo comienza cuando el día del 25 cumpleaños de Tony, un frívolo y atractivo joven en cuya ideología lo material incide determinantemente, una serie de sucesos inesperados cambiará el curso de su vida, el de sus familiares y amigos cercanos. El protagonista se ve obligado a tomar decisiones y a reflexionar en lo que la historia roza su punto culminante: la espera de un mañana.
La recurrente cuestión de lo que se dice y cómo se dice se impone una vez más a lo largo de la cinta, que conecta principalmente con los jóvenes por situarlos en primer plano. Trata de dibujar la cotidianidad cubana sin edulcorarla y evade las habituales caricaturas.
Con un guión en el que entreteje las vivencias de sus coetáneos, Moya propone una estructura narrativa revestida de complejidad con amplificados y puntos de vista, en su producción logró involucrar a significativos artistas como Silvio Rodríguez, Ernesto Rancaño, Kacho y Carlos Guzmán, entre otros. Mañana nos llega como una película independiente que el ICAIC ha acogido para su comercialización, distribución y exhibición.
“La idea –apuntó-la tenía dándome vueltas en la mente hasta que la concebí desde la peculiaridad de filmar en Cuba sin el apoyo concreto del Instituto. Su temática central es el egoísmo a todos los niveles de la sociedad, ese que padecemos y que tanto daño nos hace, un tema que siempre me ha agobiado como ser humano.”
Si tuvieras que comentarme la cinta desde tu primordial perspectiva de director y guionista ¿qué no olvidarías destacar?
La película no implica ningún hermetismo ni propone un discurso poco comprensible, es más bien sencilla, con palabras tangibles que favorecen la comunicación y que uno se vea reflejado en cada una de las situaciones. Desde el primer momento que me planteé el guión me propuse mantener al público enganchado hasta el final.Todas las escenas fueron filmadas con las personas reales, caminando en la calle inmersos en su cotidianidad, esa naturalidad la aproveché en cada secuencia.
¿Por qué la titulaste Mañana?
Porque es el título que la misma historia me pidió. ¿Qué es el mañana sino lo que estamos construyendo ahora mismo? Siempre estamos pensando en un después, ese que es consecuencia de lo que hicimos antes. Este presente es el mañana de lo que fue ayer.
Y en la selección de actores. ¿Por qué códigos te registe?
El guión estaba pensado en algunos intérpretes específicos. El personaje de Marina fue escrito para Violeta Rodríguez, al igual que el de Hugo Reyes a quienes conozco bastante personal y profesionalmente. El de Enrique Molina también fue esbozado en su justa medida, sin siquiera proponérselo con anterioridad. Los demás los encontré por el camino rápidamente atendiendo a ciertos estereotipos físicos.
¿Cómo fue la relación con el equipo de trabajo?
Magnífica, siempre basada en la comunicación no sólo con los actores sino con todo el que se desempeñó de una forma u otra.
Con el director de fotografía Ángel Alderete interactué muy bien a la hora de construir cada plano empleando la luz en función de la historia. Fue una experiencia muy reconfortante.
Alguien una vez mencionó que el arte estaba hecho para ser sentido y no para entenderlo si esto fuera cierto ¿cómo te gustaría que fuera interpretada tu película?
Desde niño siempre he creído que la emoción y entender el arte son lo mismo, Mañana va por esa cuerda, sin miedo a las emociones, si no la sientes no la comprendes. Esa es la mejor lectura que se le puede dar, emociones humanas que se salen de la pantalla y el espectador las puede sentir.
¿Cómo te autodefinirías como realizador?
Soy un gran consumidor de todo el arte que se ve y se oye, un cinéfilo empedernido. Soy un narrador de historias que expreso con imagen y sonido tal y como ellas me lo dictan con la máxima aspiración de que logren comunicarse con el espectador. Me gusta correr riesgos, asumir todos los retos que se me impongan hasta los que me impongo yo mismo.
¿Qué manifestación artística de todas en las que has incursionado consideras que se ajusta más a tus necesidades de expresión?
Como sabes además de dirigir y hacer los guiones de clips, videos y televisión, escribo poesía, tengo varios libros publicados, algunos esperando el momento idóneo de ver la luz y otros que hasta han obtenido reconocimientos. Para mí el arte es uno solo, sin fronteras genéricas ni en sus distintas manifestaciones, soy un apasionado de todo lo audiovisual, dígase música, artes plásticas y por supuesto el cine y la televisión sin olvidar a la literatura. Me da lo mismo expresarme por una vía o por la otra, siempre que sea arte lo haré con sinceridad aunque el cine me seduce demasiado…
¿Cuáles consideras que sean las principales influencias que se evidencian en tu obra?
Siempre he dicho que todo lo que hago está estrechamente relacionado con uno de los movimientos culturales más fructíferos que a mí criterio ha dado el mundo que no es otro que el de la Nueva Trova, no solo la cubana , aunque en nuestro país tuvo sus máximos exponentes en Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola y otros. Tanto mi creación literaria como audiovisual está marcada por estos artistas y por sus obras. También está el cine de Buñuel y de otros grandes de la cinematografía universal de los que me he nutrido siempre. Admiro a muchísimos realizadores los cuales no me han influido directamente. Me fascina el cine asiático, sobre todo el chino y prefiero el de Zhang Yimou. De la cinematografía nacional mi cinta favorita es Vampiros en La Habana de Juan Padrón la que considero como uno de las mejores representaciones de la cubanía.
¿Para quién escribe y dirige Iskánder?
Ante todo para el espectador que soy. Todo lo que hago surge desde ese respeto que me tengo como público. Este filme lo hice como cubano pensando en mis coterráneos y dirigida a ellos enfocado en el rol comunicacional que cumple y con el que fue creada. Me interesa que lo que haga sea bien cubano, auténtico, que contenga nuestra idiosincrasia y que no parezca de cartón, Creo que si la cinta se comunica contigo, con los cubanos en general, se comunica hasta con los habitantes de Nueva Zelanda.