“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • "Memorias de un cuerpo que arde", un grito liberador
    Por Giorgia Del Don

    El segundo largo de Antonella Sudasassi Furniss es un grito liberador que une diferentes generaciones de mujeres sofocadas por las limitaciones del patriarcado.

    Antonella Sudasassi Furniss, que se ha estrenado a nivel mundial en la sección Panorama de la 74.ª Berlinale, es la forma que tiene la cineasta de retomar el discurso que inició con su primer largometraje, "El despertar de las hormigas", que también fue seleccionado para Berlín en 2019. En ambas películas, la directora explora los límites y tabúes —especialmente en América Latina y en los países latinos en general— que aprisionan a las mujeres y les impiden expresar con claridad sus deseos y aspiraciones más profundos. Tras una primera película en la que la directora costarricense se centró en un personaje concreto que luchaba contra la presión de tener un tercer hijo —preferiblemente varón—, en "Memorias de un cuerpo que arde" se propone dar voz a un trío de mujeres de setenta y pico años que hablan —por primera vez en su vida— en público sobre su relación con la sexualidad y sus cuerpos en un contexto machista y represivo.

    La directora retrata una especie de conversación ficticia que le hubiera gustado mantener con sus abuelas, con las que nunca se atrevió a hablar de temas íntimos. El principal reto del proyecto no es otro que el de dar vida a una serie de palabras que han permanecido encerradas durante demasiado tiempo y que Ana, Patricia y Mayela se atrevieron a confiarle a la cineasta sin revelar su verdadero yo. Se trata de una medida de precaución que, por fin, les ha permitido hablar de sí mismas sin tabúes y libres de la presión social impuesta a su sexo. Como explica una de las protagonistas de forma liberada y sincera, "ha sido realmente difícil desaprender todo lo que nos han enseñado sobre ser mujer para poder ser un ser humano más, como cualquier otro".

    Es la actriz Sol Carballo quien encarna estas tres voces en la historia actual, y todo ello al tiempo que deambula por un espacio doméstico que ha pasado de ser una prisión a un refugio donde poder vivir una segunda juventud, por fin libre de construcciones sociales y tabúes. La película muestra las distintas fases de la vida de las protagonistas, sus historias sinceras y llenas de dolor (de ambiciones sofocadas, violencia doméstica y abusos a una edad temprana), y lo hace a base de entrelazar tanto el pasado y el presente como voces e imágenes. "El tiempo es una burbuja, no es lineal", insiste una de las voces narradoras, como para recordarnos que también los recuerdos forman parte del presente, un presente eterno que está en constante transformación. Lejos de resultar pesimista, Memorias de un cuerpo que arde es una película sorprendentemente repleta de humor que revela la cara oculta de una sociedad que no ha dado —y sigue sin dar— mucho a las mujeres, una sociedad que se ha mantenido hasta ahora en un estado de total ignorancia sobre todo lo relacionado con la sexualidad. Se trata de una forma sutil pero incesante de represión, un método que, no obstante, no ha conseguido apagar el fuego que aún arde en los cuerpos y los corazones de estas tres mujeres. "Haría falta un bombero para apagar el fuego que hay en mí", insiste sonriente una de ellas.

    "Las voces que habitan" esta película son inteligentes, resilientes e increíblemente sinceras, y nos demuestran que nunca es demasiado tarde para reinventarnos y retomar por fin las riendas de nuestro destino. Las últimas palabras pronunciadas por una de estas protagonistas son, cuando menos, proféticas: "Es el mejor período de mi vida porque soy totalmente libre". Ana, Patricia y Mayela están inmensamente orgullosas de poder dar por fin su propia versión de los hechos y constituyen la prueba viviente de que la edad no es más que otra construcción social de la que se niegan a ser prisioneras nunca más.

    "Memorias de un cuerpo que arde" ha sido producida por Substance Films y coproducida por Playlab Films. Las ventas internacionales de la película corren a cargo de Bendita Film Sales.

    (Fuente: Cineuropa.org)


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