“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA
  • Entrevista con el crítico de cine Jorge Ayala Blanco, sobre su libro más reciente " La resiliencia del cine mexicano" en su domicilio ubicado en la calle de Altamirano número 112 en la colonia San Rafael. Foto: Fernanda Rojas/ El universal


    “Estamos ante la transformación del mundo cinematográfico y el surgimiento de otro” : Jorge Ayala Blanco
    Por José Quezada

    “¿A qué nos aferramos durante el confinamiento? La gente ya no quiere saber nada de la pandemia ni de cómo la vivió. Mi manera de vivirla y hacer mi propia resiliencia fue elaborar este libro. Son 100 textos sobre 100 películas fundamentales que incluso me aclaran algo importante: que cada uno de mis libros es un fin en sí mismo”, explica el historiador, crítico de cine y colaborador de Confabulario, Jorge Ayala Blanco (Premio Universidad Nacional 2006, Medalla Salvador Toscano al Mérito Cinematográfico 2011) sobre la lanzamiento del tomo 19 de su Abecedario del cine mexicano, proyecto ambicioso que empezó en 1968 y que registra una selección de películas nacionales enmarcadas bajo ciertos conceptos en orden alfabético: aventura, búsqueda, condición, disolvencia, por mencionar algunos.

    El tomo 19, "La resiliencia del cine mexicano", es publicado por la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC) de la UNAM. El concepto resiliencia fue elegido, en palabras de Ayala Blanco, para englobar una serie de cintas a las que fue posible acceder hasta 2021 debido a la pandemia de Covid-19. En la portada puede verse a la actriz Arcelia Ramírez en un fotograma de "La civil", de Theodora Mihai, película elogiada por el crítico. El perfil de Ramírez, y su alta madurez como actriz, dice, es una forma de mostrar también que México atraviesa un momento, más sólido que nunca, en el cine hecho por mujeres. La resiliencia... se presentará el 31 de julio, a las 19:00 horas, en la Sala 4 de la Cineteca de Xoco. En compañía del autor estarán, precisamente, la actriz Arcelia Ramírez; la docente Adriana Bellamy; el periodista Jorge Caballero; el también periodista y presidente de la Academia de Cine, Armando Casas, y el secretario académico de la ENAC, Santiago Torres.

    ¿En qué sentido utiliza usted la palabra resiliencia?

    Prácticamente todos los libros que yo escribo sobre cine mexicano están concebidos como una colección de textos inéditos y, por otra parte, como el análisis de las películas de un periodo determinado. También están concebidos como un ensayo literario sobre un concepto clave para mí. En este caso, me refiero a 100 películas que vi en 2021, el año de cambio de la pandemia, cuando fuimos vacunados. Entonces, el término resiliencia estaba en boga. Puede leerse como una especie de ensayo conceptual-filosófico sobre la resiliencia; desde un punto de vista musical, serían 100 variaciones del mismo tema. Son películas que no todo el mundo pudo ver de una manera normal porque muchas eran a través de plataformas o salas comerciales, cuando se reabrieron y, también, las películas de los festivales. Hubo festivales que no se suspendieron, pero las películas fueron difundidas a través de las redes sociales. Nunca volveremos a ser lo que fuimos en 2021.

    En su registro del cine mexicano, ¿qué cambios ha visto en los últimos seis años?

    Hubo una renovación que estamos viviendo. Dejaron de hacer películas sobre problemas individuales para empezar a hacer películas sobre problemas colectivos. Es el derecho de las comunidades para expresarse. Eso es lo que estamos viviendo actualmente. Una cantidad de películas que no podían hacerse en otra época. No creo que sea ni mejor ni peor; tampoco que uno haya sustituido completamente al otro, sino que están conviviendo actualmente. Yo tengo la vieja idea de que toda película es un acto político. Finalmente, mi función no es juzgar películas.

    Es una búsqueda de expresar lo colectivo. Todo aquello que no había sido y que no tenía una expresión cinematográfica, por fin pudo tenerla. Te estoy hablando, por ejemplo, de las comunidades originarias; de las comunidades afroamericanas y sus descendientes. No existían esas películas de una manera muy arriesgada. Y de pronto, empiezan a surgir. Y, por supuesto, toda la cantidad enorme de películas que se han hecho actualmente sobre la comunidad LGBT, ya desde otro punto de vista, sin culpa. Un tema que se abordaba como burla y, actualmente, tiene películas que ya fluyen de otra manera.

    Es algo que tiene que ver con la agenda cultural de esta administración, ¿cierto?

    Por supuesto. El Fidecine actual ya procede de otra manera. Hay una educación cinematográfica mayor. Eso es importante, aunque está desmitificada la factura cinematográfica; digamos que ya casi cualquiera puede hacer una película.

    Una cantidad enorme de realizadores ya no va a hacer películas como las había en una industria y un estado en el que los cineastas vivían finalmente del presupuesto. Por otro lado, es una administración que sigue produciendo películas, pero, digamos, de otra manera. Ha impactado, pero no totalmente porque sigue habiendo el Eficine, la extensión fiscal que protege las películas no sólo para su realización y financiamiento, sino para su distribución. Al contrario de que haya una extinción del cine mexicano, yo lo veo como una especie de explosión. Ya explotó el cine mexicano. Ya no es sólo qué esperamos ver en las pantallas de las dos grandes cadenas sobrevivientes. Hay muchísimos lugares donde se pueden ver las películas. Claro, no todas son mayoritarias, pero en muchos casos sí lo son. Estamos viendo una transformación de todo un mundo cinematográfico y el surgimiento de otro.

    ¿Cuál es el reto de los cineastas a la hora de hacer cine?

    Yo me pregunto qué van a encontrar mis alumnos. La carrera dura cuatro años y saldrán y verán un mundo distinto al que había en el momento que ingresaron. La realidad misma del mundo cinematográfico al que están insertándose será otra. El mundo que describo y rescato en este libro ya no existe. Los cineastas ya no pueden depender de las instituciones como antes sí. ¿Cuáles son sus alternativas?, ¿todos van a ser empleados de Netflix?

    Todas las películas que analizo en el libro tienen una procedencia, así como condiciones de producción, distribución y exhibición distintas. Eso es lo que las hace apasionantes. Ese conjunto de películas orgánicamente es distinto. La idea que más me preocupa es, como decía Jean-Paul Sartre, no que me convenzas de lo que me estás diciendo, sino de tu necesidad de decirlo. De eso me tienes que convencer.

    (Fuente: eluniversal.com.mx)


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