“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

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  • Dos tipos de cuidado se verá de nuevo en pantalla grande, también la Cineteca Nacional prepara un ciclo de películas restauradas de María Felix / Cortesía Cineteca Nacional


    ¿Cómo se restauran las películas de antaño para proyectarse en cine? Aquí te contamos
    Por Froylan Escobar Lara /El Sol de México

    Este año, la Cineteca Nacional proyectará la copia restaurada del filme “Dos tipos de cuidado”, protagonizado por Pedro Infante y Jorge Negrete en 1953; además planea el estreno de un ciclo de películas de María Félix.

    “El que se restauren estas películas es una gran oportunidad de abrir el diálogo con nuestras familias, con personas de diferentes generaciones sobre cómo era México hace unos años y eso me conmueve muchísimo, es conectarnos con lo que ha existido con nuestro país, comprender nuestra historia y también disfrutar”, dice en entrevista con El Sol de México Viviana García Besné, directora y fundadora del Archivo Permanencia Voluntaria de la Cineteca, enfocado en cine popular mexicano.

    “Hay una gran cantidad de cine nacional que se ha perdido, ya sea por incendios, inundaciones, descuidos, y hasta desprecio, o robo, una película, por lo general, tiene su negativo integrado por 10 rollos de imagen y 10 de sonido, y hay gente que piensa que esos 10 rollos son lo mismo y se roba uno, entonces ya quedó la película incompleta en las bóvedas”, agregó Besné, quien también es restauradora de películas.

    Diversas plataformas de streaming incluyeron las películas y series nominadas a su catálogo para que el público pueda disfrutar de ellas
    En noviembre del año pasado se llevó a cabo en Cinépolis el primer Festival de cintas restauradas, con los filmes “Ahí está el detalle”, actuada por Cantinflas y dirigida por Juan Bustillo Oro; “María Candelaria”, protagonizada por Dolores del Río en 1943, bajo la dirección de Emilio “El Indio” Fernández, “Distinto amanecer” (1943), de Julio Bracho, con Pedro Armendáriz de protagonista; “En la palma de tu mano” (1951), de Roberto Gavaldón; “Nazarín” (1959), de Luis Buñuel y “La mujer murciélago” (1968), de René Cardona. Este año, se realizará la segunda edición.

    ¿Por qué surgen las restauraciones de películas?
    Todo se originó en 2003, cuando la cinta “Los olvidados”, de 1950 con la dirección de Luis Buñuel fue declarada por la UNESCO Memoria del Mundo y Patrimonio de la Humanidad.

    Gracias a esto, distintos organismos ya sea fundaciones o cadenas de exhibición comenzaron a trabajar en conjunto para restaurar cintas clásicas y que el público pueda recordar parte del pasado fílmico nacional.

    De acuerdo con Viviana García Besné, quien lleva siete años restaurando cintas, el proceso puede tomar desde seis meses hasta 10 años, depende de la situación financiera con la que se cuente, ya que, en general, el trabajo es costoso.

    “Lo que ha sido sumamente difícil es encontrar la financiación, las restauraciones por lo general cuestan aproximadamente 100 mil dólares, hablando de una restauración normal, eso es muchísimo dinero”, afirmó.

    “Nosotros lo hemos hecho por mucho menos porque afortunadamente he encontrado un equipo de gente que son expertos restauradores y que están haciendo este trabajo por amor al arte, por mucho menos dinero, es decir, por medio de alianzas”, agregó.

    Un largo proceso
    El primer paso para la restauración es ubicar qué cinta se quiere recuperar, adquirir los derechos y permisos necesarios para que ésta pueda volver a exhibirse. Sigue el proceso de limpieza, el cual indicará si es viable la restauración o no.

    “La película se tiene que limpiar y reparar físicamente, luego se tiene que escanear a una altísima resolución, 4k, este punto es crucial porque no todos los escáneres son buenos, no todos pueden hacer bien el trabajo.

    “El material original se puede dañar cuando lo escaneas y hay muchas que sabes que las vas a escanear y tal vez ahí se acabó su vida, o sea escanearlas es la última oportunidad que tienes de salvar las películas; hay otras que están en mejor condición y que las puedes escanear en ocasiones futuras, pero una vez que empiezas a trabajar con ella digitalmente, ya no puedes dañar a la película”, explica la restauradora.

    Si el escaneo aguanta, se continúa con la restauración digital, se quita el polvo y la suciedad que pudieran tener los negativos originales ya que, en ocasiones, no han sido conservados correctamente o no han estado en bóvedas con climas controlados. Debido a esto, el color de los filmes empieza a deteriorarse y es cuando se requiere de un colorista experto.

    “Es más difícil restaurar una película en color que en blanco y negro porque el color de muchos de los negativos va desapareciendo y tiende a quedar magenta, recuperar un color que ya se perdió es sumamente complicado”, dice García Besné.

    “Hay una película que tenemos llamada ‘Santa Claus’ que es de culto y no hemos podido restaurar porque está toda magenta y está muy difícil, se tiene que hacer una separación de colores y volver a colorear cuadro por cuadro en cada parte que tiene el color que está faltando. Es un proceso sumamente caro”, dijo.

    Últimos pasos antes de llegar a la pantalla
    Otro de los rubros importantes es el sonido, éste tiene que ser claro para que se entiendan los diálogos. En ocasiones se ha optado por nuevamente hacer el doblaje de la cinta como en el reciente caso de “Profundo carmesí”, filme de Arturo Ripstein de 1996 que, al ser restaurado en su totalidad, agregando los casi 20 minutos que se le censuraron en su momento, se tuvo que volver a hacer el doblaje con los protagonistas, Regina Orozco y Daniel Giménez Cacho.

    La restauradora, quien estudió la licenciatura en Comunicación Gráfica en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, aseguró que digitalizar una cinta puede ser complicado, sobre todo si se tiene una mentalidad perfeccionista.

    “Es muy delicado porque lo que tú quieres es que la película se vea como en su momento se vio, no quieres que el proceso digital intervenga en la restauración, pero a veces parecen como cirugías plásticas en las que la ‘sobaste’ tanto, le pasaste tanto filtros, le trataste de arreglar tanto la arruga, la rayita, que termina viéndose con una calidad que ya no es igual, ya no se ve como antiguo, sino se ve como una cosa aplastada”, indicó la también guionista, editora y documentalista.

    “El proceso termina cuando se tiene un master digital del que puedes hacer copias o puedes sacar archivos para Blu-ray. Una vez que ya hiciste la restauración y estás contento, entonces sacas un archivo de altísima calidad digital, por lo general es un QuickTime en su máxima calidad y ese para distribución en cines.

    “Se mandan a hacer DCPs (Paquete Digital para Cine que es una colección de archivos que se usan para almacenar datos) y así todos los teatros los pueden pasar y uno guarda su máster en discos duros o en cintas LTO para que puedan durar más tiempo, porque lo que nos importa es la conservación”, concluyó.

    (Fuente: oem.com.mx)


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