“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • Una película digna
    Por Sergio Díaz

    Desde sus inicios a mediados de los años sesenta, la filmografía de Felipe Cazals se ha caracterizado por su vena crítica y combativa. Algunas de sus mejores películas, como Canoa (1975), El apando (1976), Las poquianchis (1976) y Los motivos de Luz (1985) son muestras ejemplares de un cine apasionado y violento que denuncia las injusticias y pone el dedo en las llagas de la realidad nacional. Es por eso que la trayectoria y la muerte de la abogada y activista Digna Ochoa no podrían encontrar en nuestro medio un cineasta más afín para ser llevadas a la pantalla.

    Digna hasta el último aliento es un docudrama grabado en video digital que enfoca su desarrollo en la polémica resolución de las autoridades judiciales mexicanas de considerar como suicidio el asesinato de la controversial defensora de los derechos humanos. Cazals ilustra el proceso recurriendo al uso alterno de las entrevistas con muchos de los involucrados en el caso y la recreación dramatizada de algunos momentos significativos en la vida de Digna, representada con intensidad por Vanesa Bauche, quien logra transmitir casi sin pronunciar palabra el estado de acoso constante que experimentó la protagonista y que es reforzado por el acecho de la cámara que la persigue incesante hasta el momento en que se reproduce el asesinato.

    Solidario con la figura de la abogada, el director muestra sin ambages los rasgos contrastantes de su personalidad: el profundo catolicismo que profesaba y que la llevó hasta el noviciado; su apasionada entrega en la defensa de los grupos más desvalidos desafiando todo tipo de intereses; su valentía para soportar las amenazas, torturas e intimidaciones; su faceta de amiga divertida y mujer enamorada, e incluso los altibajos de su fuerte carácter que fueron manejados por las autoridades para soportar la tesis del suicidio.

    Al utilizar las declaraciones de autoridades judiciales y altos mandos militares, el cineasta fomenta la polémica y evidencia el estado real de nuestro sistema, que se debate entre los amañados representantes del régimen anterior y algunos bien intencionados pero ineptos del actual, situación que cristaliza en una frase de Costa Gavras citada por la incansable Rosario Ibarra de Piedra: “Los gobiernos pasan pero las policías quedan”.

    Es claro que a diferencia de la justicia mexicana, Cazals ha dado un trato honesto y respetuoso a la memoria de la activista, y al terminar la película uno no puede evitar el juego fácil de parafrasear su título y pensar que al menos para el cine, Digna ha merecido una cinta digna… hasta el último plano.


    (Fuente: elojoquepiensa.mx)




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