1, 2 y 3 mujeres es el tercer largometraje de la Villa del Cine que llega a los cines comerciales. Se trata de un tríptico dirigido por tres nuevas directoras, Andrea Herrera, Anabel Rodríguez y Andrea Ríos. El filme además de reunir tres historias de personajes femeninos, sutilmente entrelazadas, se asumió como un proceso de creación colectiva, que se desarrolló a través de mesas de trabajo. Los guiones, además, fueron escritos por hombres, lo que forzosamente hace que se combinen las perspectivas masculina y femenina en el trabajo con la temática de género.

La película constituye, además, un fruto de la creación colectiva. Por eso rompe con el paradigma del cine de autor –guionista-director-productor–, que es el que tiende a predominar en los proyectos financiados por el CNAC. El trabajo con libretos escritos por otro, la participación de figuras como un coach para el trabajo con los actrices, que además de ser protagónicas en una historia intervienen en otra, y la meta de darle unidad estética a las partes, en términos de dirección y fotografía, hicieron borrosos los linderos de lo que cada realizadora creó individualmente, aunque los rasgos autorales siguen siendo perceptibles.

La forma de trabajo que se asumió pone de manifiesto también la intención de la Villa del Cine de no copiar el modelo de una empresa productora privada, ni el de una instancia burocrática, en el que el trabajo se organiza con arreglo a órdenes que se transmiten de arriba hacia abajo, y obedecen a lógicas extrañas al proceso de creación.

El procedimiento original produjo también un resultado singular. 1, 2 y 3 mujeres sobresale por el trabajo con la psicología de los personajes. Los títulos de los segmentos –Eloína, Rosario y Gregoria– indican que son ellas y lo que sienten el eje de la narración más que las acciones. Destaca, por ejemplo, la capacidad de representar la experiencia de personajes que ocupan el peldaño más bajo de la jerarquía en el seno de una empresa, o en el hogar de gente rica, y cómo se desenvuelven en ese ambiente extraño, que puede llegar a ser francamente hostil. También la forma como se plasmó la vivencia del que viene de afuera y debe afrontar la agresividad de la vida en una ciudad como Caracas. Esos detalles enriquecen el abordaje de los problemas que podrían considerarse como específicamente femeninos, como las relaciones con los hombres y con los estereotipos culturales en relación con la mujer, y elevan las tres historias a una dimensión más ricamente humana.

Vértigo asistió a la presentación de la película y participó en una conversación con las directoras, las actrices, los productores y otros integrantes del equipo creativo del filme