“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • El gusto de escoger lo que quiero hacer. Una conversación con la realizadora Lizett Vila.
    Por Danae C Diéguez

    Lizett Vila es una de las más prolíficas y controvertidas realizadoras cubanas. Directora de obras como Y hembra es el alma mía, entre una lista de más de treinta documentales,  su obra parece nacer de un estremecimiento profundo ante el dolor y las tristezas humanas. Conversar con ella, allí en su espacio del Proyecto Palomas, fue corroborar  por qué es esta mujer la cubana de entre las 1.000 mujeres candidatas al Premio Nobel de la Paz. Ha sido profesora en universidades de Cuba, Colombia, Estados Unidos y Venezuela y representó a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en la Comisión Especial de Derechos Jurídicos y Sociales de la Mujer de las Naciones Unidas, entre 1996 y 2002.
     
    Lizett, usted comienza como musicalizadora, labor que aún ejerce, ¿cómo  se decide por la realización de  documentales?
    Fue alrededor de la década de los 80, como dices yo era musicalizadora, asesora musical cinematográfica y después asesora musical de audiovisuales. Entonces un director al que le realizaba sus bandas sonoras me dijo que cómo era posible que no me propusiera decir con mi propio discurso y mis propios sentimientos eso que yo quería decir estéticamente. Así comencé con el único documental que pude hacer en 16 mm que fue El orfebre basado en  la obra de Osvaldo Castilla; esto venía vinculado con  un momento para mí importante en la esfera de los diseñadores y las diseñadoras de sonido; aunque creo que en ese momento yo era la única que estaba trabajando todo el tema de la sonorización de los desfiles de modas,  fue una época de gran esplendor y tuve la oportunidad extraordinaria de trabajar con los grandes diseñadores y diseñadoras cubanos que estaban en su mejor momento con premios internacionales importantes. También con Paco Rabanne, o trabajar con Cristian Dior, que ya estaba muerto por supuesto,  pero era todo su engranaje,  y esto para mi desde Cuba fue una oportunidad muy importante. Vinculada,  además a una de las modelos de Coco Chanel, entonces Coco Chanel era una de mis ídolos y yo estaba en ese mundo y realicé ese documental. Pero esa no era tampoco mi ambición, mis aspiraciones en términos de un discurso individual, después seguí trabajando el tema de los tangos que es uno de mis favoritos
     
    ¿Cómo comienza a trabajar temáticas tan sensibles, relacionadas con seres humanos y condicionantes sociales tan específicas?
    Vino otra persona y me dijo que por qué no me ponía hacer lo que él estaba convencido que yo quería decir,  entonces ahí empecé a trabajar los temas sociales. Lo más importante para mí es que fueron hombres los que me provocaron que yo pudiera expresarme, sencillamente que pudiera dedicarme a mostrar esas ideas que tenia, que expresaba oralmente y que artísticamente no las había podido lograr. Esto para mí siempre ha sido muy interesante, pues  que me hubiera pasado eso en mi vida y que no hubieran sido mis colegas mujeres quienes me provocaran. Después me di cuenta que esas mujeres estaban tan disminuidas como yo, ¿cómo me iban a provocar la intención de promoverme, si ellas, de hecho, no estaban promovidas? Entonces no solo cambié la temática de mis documentales,  sino también que me dediqué a promover a las mujeres realizadoras y trabajé mucho con ellas elaborándoles las bandas sonoras,  incluso de una manera voluntaria y me llamaban,  y a veces tenía dos o tres simultáneamente y lo hice con mucho respeto y con mucha admiración y con mucho placer.

    Así comenzó a enredarse mi vida con estos temas, que se inició con una serie que compartí con un hombre que a su vez era lo primero que él iba hacer, pero me gustó mucho trabajar con él, así  organizamos, dirigimos y escribimos una serie que se llamó Los que llegaron después, o sea los jóvenes y las jóvenes que llegaron después de 1959, sus aspiraciones, sus inquietudes, sus frustraciones, los movimientos de asociaciones, sus preferencias, en un momento donde había mucha discusión, mucho debate;  estaban los frikis con un nivel de exclusión muy fuerte,  estaba el rock que no se comprendía todavía lo suficiente, trabajé con Lázaro Uria el desarrollo del rock en Cuba, ya después, quise soltarme y comencé a realizar diferentes documentales en series o documentales cortos sobre temas de la sociedad cubana que para mí eran muy importantes: los temas de religiosos y religiosas, el tema de los hombres abnegados, consagrados que fue  a finales de  los años 80, de hecho fue mi plataforma para trabajar como lo hago en estos momentos el tema de la masculinidad: eran los hermanos de San Juan de Dios, toda su consagración a los hombres, en términos de paridad, a hombres con discapacidad mental o física, en este caso adultos mayores; y así las Hermanas de la Caridad , las Hermanas de Santa Teresa de Jesús, o un pastor muy importante que es uno de los grandes pastores en Cuba, teólogo, protestante, el maestro Castellano.
     
    En su obra hay una preocupación por visibilizar a la mujer desde aristas poco reconocidas, como la violencia o el propio tema del VIH u otros, ¿cómo se acerca a ellos, sobre todo si tenemos en cuenta que no eran temas verdaderamente abordados por nuestros medios?
    En el tema de la mujer me introduje en dos asuntos, como muy bien dices, que para mi eran muy importantes: la violencia doméstica y el VIH. La violencia doméstica también como base para la infección  del VIH porque hasta ahí llega esa violencia, por todo lo que destruye, porque lo que hace es destruir sencillamente los proyectos de vida de cualquier mujer, incluso no te estoy hablando de una violencia física, te hablo de las tremendonas que nadie conoce, que  nadie se da cuenta,  que nadie percibe,  que nadie está preparada, ninguna mujer se prepara para distinguirla, que es la violencia sicológica, la violencia sexual, la violencia económica, al final llega el maltrato físico, ese es el comienzo de la despiadada vulnerabilidad, es que ese es el final, o sea, que tú tienes un tránsito por la violencia, puedes estar preparada para sencillamente no recibir una paliza, sin embargo los finales son de palizas y ese tema para mí siempre fue muy fuerte y trabajé con mujeres latinas en Boston, victimas de la violencia doméstica e infectadas de  SIDA, y esas obras  se estrenaron en la TV cubana. Mi interés era tratar ese tema que no era de polémica en Cuba, que era invisible, absolutamente invisible, porque las tasas de violencia doméstica estaban en cero, en todas las estadísticas en cero. Así que haber traído ese tema, con ese respeto y te voy a decir más, con mucha devoción, al escenario cubano, traspolar un hecho que se da en cualquier sociedad,  se manifiesta con cualquier ideología, en cualquier sector o  segmento social para mi era  más interesante que referirme a una cubana. De  ahí salió ese documental que se estrenó en el programa Prismas. Empezé a realizar guiones en la UNEAC sobre violencia doméstica, con especialistas de sociología, antropología, psicología, con médicos y médicas  forenses,  de la Universidad de la Habana, de Medicina Legal, de la FMC entonces comenzó a develarse un asunto que subyacía totalmente en la dinámica social cubana, era un tema que para mi era una revelación humana solidaria.
     
    Si hay un elemento que caracteriza sus propuestas audiovisuales es el marcado carácter humanista que se refuerza a través de los sujetos que protagonizan la mayoría de sus obras, personas diferentes a lo que el centro siempre ha privilegiado, ¿por qué esa mirada especial hacia los y las excluidas? ¿Sobre qué le interesa llamar la atención?
    Mira,  después de muchos años de lidiar con la poca promoción de mi obra, los señalamientos infelices que han juzgado mi conducta, hice una recordación  de por qué me pasaban esas cosas;  primero porque nací en un barrio muy popular del Cerro, que para mí es un orgullo; mi madre fue de las primeras trabajadoras sociales ya después de haber triunfado la Revolución y pude compartir desde niña con asuntos feroces en ese barrio: mujeres maltratadas, apuñaleadas, hombres homosexuales también maltratados físicamente y sicológicamente.  Mi mamá, que venia de una familia también muy pobre del Cerro, tenía características de líder y era una mujer de pensamiento, aunque nunca pudo trabajar en la calle porque se dedicó a la casa, en aquella época era muy difícil y tan pobre entonces ¿quién cuidaba a la niña, para que estudiara algo?,  la mamá tenía que estar en la casa,  no había condiciones. El circuito donde mi mamá hacía esa labor social eran esas personas,  yo creo que me tiene que venir de ahí, porque de hecho siempre he estado vinculada a esos segmentos sociales de exclusión. También me puse a pensar con el paso de los años y con mi  historia de vida: es que yo también he sido una mujer excluida, absolutamente, he sido también una mujer del borde, por lo que he pensado,  por lo que he luchado, por lo que he sido incomprendida;  eso no lo digo con pesar, siento pesar por esas personas que han tenido esas conductas con mujeres como yo y con hombres también que han sido tremendamente excluidos y esto es muy triste en un proyecto social donde la exclusión no puede asomarse, porque la esencia cubana y el programa de la Revolución Cubana es de la integración, entonces quizás todas estas contradicciones me hicieron consagrarme a estos discursos que forman sin duda, para mi,  la mixtura de estas personas y tienen  un fundamento en la esencia de la Revolución Cubana porque también todas esas personas que han sido tan excluidas han tenido  educación, han tenido un proyecto de vida, protegido por una salud publica, esas personas, a pesar de esa exclusión,  han podido desarrollarse y te das cuenta de que de alguna manera han sido salvadas por la propia Revolución, a pesar  de algunos hombres y mujeres que también han sido sus verdugos que no han podido con su capacidad de desarrollo humano. En el caso mío hay muchas mujeres, y seguimos amando este país, y seguimos amando este proyecto social, de eso no te quepa la menor duda, y te lo estoy diciendo un día, donde todo tiene una connotación de lealtad, de ética; la ética no es excepcional como dice Carilda Oliver, es la vida cotidiana eso que practicas en cada momento. Por eso, todas esas personas con discapacidades, travestís, transexuales, de ahí el tema de la violencia, mujeres adictas al alcohol, la primera mujer infectada de SIDA, mujeres infectadas de SIDA, hombres infectados de SIDA y de ahí vienen esos sujetos con los cuales y las cuales he compartido.
     
    Usted inaugura muchos temas dentro de la documentalística cubana, sin embargo me interesa saber qué ha ganado personalmente Lizett Vila en el intercambio casi cotidiano con seres humanos marcados por la diferencia.  
    Mira yo soy una mujer que goza de una libertad que tú no te puedes imaginar, a veces digo - bueno no entienden- , pero es que tienen derecho a no entenderme. Yo me siento con una libertad absoluta, yo me siento, como dije una vez hace años que yo había pasado una maestría para ser una humana consolidada. Nada me sorprende, mi nivel de aceptación es tremendo, mis tristezas son muy pocas, cuando veo esas  tristezas humanas que son terribles. Sin embargo siguen sus proyectos de vida, siguen con un afán de desarrollo. Cuando miras esos tremendos problemas y ves los tuyos que a veces son mínimos;  y te mata la nostalgia, por ejemplo,   eso me parece que son lujos. Trabajar con esas mujeres con SIDA, infectadas por sus esposos, por los hombres que más han amado en sus vidas, esos hombres  que por ese absurdo valor de la masculinidad se creen que son los súper y son unos infelices porque no han sabido cuidarse su próstata, cuando ya las mujeres nos cuidamos nuestras mamas, los hombres a veces se mueren como moscas por enfermedades de la próstata, eso me ha dado una dimensión sencillamente de una aceptación extrema. Yo me considero de una adicción absoluta a aceptar a cada cual como es,  el tema de la diversidad y la diferencia sin ningún concepto de lo que hasta ahora se manejaba, o sea tú eres tan diversa y tan diferente como yo, que una mujer con discapacidad,  un transexual, yo que tengo una preferencia heterosexual que a lo mejor la puedo hasta cambiar, para mí yo soy tan diferente y tengo mi diversidad sexual que es igual que un homosexual. Ese camino en el que vengo trabajando hace algunos años, me ha dado ese timbre emocional.
     
    Sé que siempre está repleta de proyectos y en un diálogo constante con las preocupaciones más nobles que afectan a los hombres y las mujeres en el mundo. ¿Cómo incorpora esas ideas macros a nuestra realidad cotidiana?
    Ahora por ejemplo estamos trabajando en un documental, te va a encantar, que habla de las personas desplazadas, en este caso se habla más en los organismos internacionales de  las mujeres desplazadas, te hablo de indígenas, te hablo de  las palestinas, las africanas. Yo llevé ese concepto macro, a  la individuación de estas mujeres desplazadas; son  siete mujeres cubanas, una mujer de más de sesenta años que se va para los Estados Unidos detrás de su hijo y no resiste, viene de vacaciones a Cuba y decidió no volver más porque sencillamente se sentía absolutamente desplazada, por todo lo que conlleva un tema cultural, es una mujer que no te habla en términos políticos para nada, tuvo que luchar para trabajar en asilos de personas adultas con mujeres latinas como ella, en este caso mujeres indocumentadas , cómo sufrían, cómo las humillaban, las aplastaban, esa mujer llegó un momento que no viró más nunca, eso ha sido un conflicto con su hijo porque ahora ni la llama, no la entiende. Ella estaba tan bien para él; otra mujer extraordinaria que pesa alrededor de los 270 kilos que es, creo, una bailarina excepcional, ves  cómo ha sido desplazada por esa obesidad, ese sufrimiento; otra mujer que tiene 70 años, que es muy interesante su vida, porque además sigue de hecho manteniendo a toda una gran familia y ella se hace llamar un retrato con flores, siendo el apoyo económico de toda esa familia; tengo otra mujer discapacitada; una alcohólica;  una enana que es un sol de mujer, que estudia y se hace pedicura, y explica por qué y es obvio y quiero una mujer que me hable de su expresión sexual;  bueno son siete mujeres. Eso va a ser muy importante porque coloca un término que en el mundo entero se habla de esos macros conflictos,  que para mi, te confieso, no resuelven nada las cosas en términos de cantidad,  porque se invisibilizan las historias individuales que en conjunto son las que hacen esos macros conflictos.  Obviamente desde hace años todas esas personas que han sido inspiradoras de mi obra me han dado la oportunidad de promover la cultura de paz,  que viene desde la relación individual de una persona con otra, de la dinámica más plural. También trabajamos a partir de la individuación de la conciencia, la individuación como formadora de una conciencia grupal y trabajamos a partir de esta tesis del pensamiento más científico no es formador de conciencia si no se vincula a los sentimientos a las emociones, a  las oportunidades, esta, por ejemplo, es una oportunidad de yo estar hablando contigo y de conocerte, trabajamos también como parte de un taller que se llama la Danza del cuerpo y el alma que es a partir de tu aceptación, de cómo eres y esto como plataforma de tu proyecto de vida, todas estas personas con las cuales he interactuando  y me han dado la oportunidad de ir armando proyectos que es, al final,  la esencia de este  proyecto Paloma. 
     
    En sus obras se evidencia la mirada de una mujer sensible, usted detrás de la cámara representando una realidad dura, muy dura la mayoría de las veces, ¿su condición de mujer realizadora, creadora, en un mundo tan complejo como el audiovisual le ha generado  conflictos? 
    Tengo obstáculos, todo lo que he hecho lo he hecho con mi propia voluntad y algunas personas, también hombres, me han apoyado,  el problema es que los obstáculos están en la falta de reconocimiento y en los juicios que se nos hacen a las mujeres en el mundo del pensamiento, y es lamentable. Por ello mi militancia feminista me ha llevado a trabajar  con los hombres porque siento pesar por ellos, porque han estado construidos en una dinámica y en una estrategia de poder que es ilusoria, son muy vulnerables, son vulnerables sexualmente, no saben gozar a plenitud de verdad lo que se llama una expresión sexual, no saben amar su cuerpo, no quieren su cuerpo, no saben llorar que es uno de los sentimientos y expresiones también más humanas.
     
    Eso me llamó la atención del documental sobre los hombres infectados con SIDA, esos primeros planos de hombres que lloran…
    Los hombres míos lloran, lloramos juntos incluso, cómo estos hombres que son mis amigos, a partir de un estremecimiento de sus vidas, en este caso el VIH, infectados por distintas vías, cómo esos hombres le daban un rumbo diferente a sus vidas a partir de sus tristezas, porque llegar a vivir -como dice la Falachi, una mujer marcada por el cáncer- que nacer es el milagro; trabajar con Patt Adams el médico de la risa, que trabaja a partir de las tristezas humanas, como trabaja con esos elementos para revertirlos, trabajar  con los religiosos que su fe es hacer el bien y entregarse a cambio de nada, las personas alcohólicas, todo eso me ha dado una dimensión diferente, no se puede estar viviendo ni con resentimientos, ni practicando determinadas conductas que realmente para mí en este país, mi país, han florecido de una manera  brutal. Creo que debemos ir a las Olimpiadas con nuestra cultura patriarcal y no en béisbol, porque de verdad que se esmeran mucho en lograr algunos elementos que son absolutamente caducos que no tienen nada que ver con el proyecto social cubano.
     
    Entonces ¿qué cree que ha sucedido con las mujeres realizadoras en Cuba?
    Te pongo el ejemplo de María Luisa Bemberg, cuando ella me contó cómo hizo Yo, la peor de todas, eso fue terrible, o hay que  tener dinero como Jane Campion, que me encantan sus películas,  o como  la propia Barbra Streinsand o Sofía Coppola. La exclusión  de las mujeres realizadoras ha tenido un fundamento económico, porque en el mundo las mujeres no manejan la economía, “no podemos porque somos bobas, somos malgastadoras, porque estamos en el despilfarro”, estamos acuñadas de esa manera. Tú no puedes hacer una película sin dinero. Estoy convencida, además porque esto ha sido discutido por mujeres que he tenido oportunidad de oír en muchas partes del mundo, la situación de la producción, en este caso cinematográfica o audiovisual es complicada. Tienes que tener un mínimo de presupuesto financiero y las mujeres estamos excluidas del mundo de las finanzas. Tienes que tener tu dinero, tu dote, tu herencia, que algunas no están favorecidas por las herencias, no tienen el derecho ni a la salud sexual, ni a la educación en general. Tú sabes cuando yo oigo hablar del holocausto, lo de las judías y los judíos yo me muero, pues tuve la oportunidad de visitar algunos campos de concentración en Europa, tengo amigas y amigos judíos que sus familias han muerto, en fin, pero me pongo a pensar, y lo voy a decir por primera vez, en el holocausto de las mujeres, qué tristeza me da, qué invisibilidad tenemos, cuando somos parte del mundo, una parte del mundo; una propaganda dice que somos la mitad del mundo y otra propaganda dice que somos la mitad del mundo, la mitad del cielo, la mitad de la tierra, pero no hemos llegado ni a la mitad del poder. Entonces tenemos por esta vida tan estremecida por las discriminaciones, tenemos un nivel de socialización diferente, los hombres no están preparados en la socialización de esa dinámica cotidiana, no están socializados en lo privado y sí en lo público que es el poder y ahí mismo acabaron con nosotras, incluso sin darse cuenta.
     
    Por sus documentales, sobre todo este último de los hombres con VIH, advierto que los temas de la masculinidad le preocupan… 
    Sí, por supuesto, te decía que al no estar socializados, los hombres,  su capacidad de solidaridad es menos, porque los problemas cotidianos no son parte de sus vidas, no son parte de sus conflictos. También han estado diseñados para ser los sostenedores, los proveedores y no es así, porque a veces en un núcleo familiar la mujer gana más, la mujer profesional es mejor que él, la mujer en términos de gestión, de resultados profesionales, laborales, académicos u otros son superiores, pero él sigue siendo el proveedor de la familia. Han sido muy excluidos de los sentimientos de paternidad, en el caso de las parejas en el divorcio, es verdad que ese ha sido uno de los grandes conflictos de los hombres, en fin, los hombres han sido construidos en un escaño que es mentira, ese escaño de hielo de vez en cuando se derrite, creo que de pronto tienen mucha infelicidad, por eso creo que mis sujetos, ahora también son los hombres.
     
    Me gustaría que me comentara, ¿qué significa el proyecto Palomas?
    El nombre, para empezar es un pretexto, porque es una vocación que tengo hacia los pretextos, una manera buena. Por ejemplo cuando creé el Hurón, el final del Hurón Azul es pretexto. Para mí la Paz no es con Palomas que se resuelve, sino con los hombres y las mujeres y sobre todo con la buena voluntad. Para mí Palomas ha sido el escenario para poder realizar  muchas ideas  que por otras situaciones en mi vida no tuve el espacio para detenerme un poquito, no pensé tanto en mí, me dediqué a otras cosas que no tenían que ver con mi mundo interior. Palomas es para mí un espejo y ahora Palomas también ha sido importante para trabajar todo el juego lingüístico de un idioma que fue creado y difundido por los hombres, hemos ido desmontando esas expresiones lingüísticas como elementos de exclusión, de discriminación, a partir del lenguaje,  qué es lo que piensas, qué es lo que sientes. Palomas  me ha dado la posibilidad de si quiero bailar también con Danza Voluminosa, de disfrutar de la creación, que antes no tenía la posibilidad porque el tiempo laboral me consumía mi tiempo privado; me ha dado el gusto de escoger lo que yo quiero hacer, me ha dado la posibilidad de detenerme y reivindicar mi proyecto de vida. El fundamento de Palomas lo hemos expresado de muchas maneras, nuestros proyectos se llaman sin etiquetas, de ahí la diversidad sexual, la diversidad en la que todos participamos, Palomas me ha servido para detenerme  a proyectar todas esas cosas con mucha más meditación, reflexión.  Estoy disfrutando mucho.


     
     



BUSQUEDA DE TEXTOS









RECIBA NUESTRO BOLETIN

APOYO DE
COLABORACION
Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.
©Bootstrap, Copyright 2013 Twitter, Inc under the Apache 2.0 license.