El caso Pinochet película documental presentada en la semana de la crítica en Cannes en 2001, obtuvo premios en los festivales de Marsella y San Francisco, y ha tenido múltiples éxitos a su paso por numerosos festivales en el mundo. Paradójicamente, es en Chile donde casi no se conoce, lo que confirma esa turbia realidad política que condujo en su momento a la no extradición del dictador Augusto Pinochet, que Guzmán denuncia con minuciosa y emocionante documentación.

Guzmán reconstruye paso a paso, con la paciencia del documentalista, los elementos del rompecabezas que componen el caso, a través de sus personajes múltiples, en un reparto coral, que va desde las víctimas que sobrevivieron, a los familiares de muertos y desaparecidos, abogados que intervinieron para hacer posible el proceso a Pinochet, o testimonios de amigos de Pinochet, como Margaret Thacher, secuencia que pone al desnudo el por qué de esa alianza macabra.

Patricio Guzmán es un brillante cineasta de la memoria. Desde sus primeros pasos con La batalla de Chile, testimonio sobre el período final del gobierno de Salvador Allende y su derrocamiento por la junta militar dirigida por el general Augusto Pinochet, puso el cinematógrafo al servicio de esa memoria política de su país. Memoria quebrada, aplastada, reprimida salvajemente, pero siempre viva, Memoria obstinada es otro de sus magníficos documentales.

El caso Pinochet se alza en sus 17 capítulos como un sumario implacable contra el dictador y sus crímenes, pero Guzmán no filma solo la palabra, sino sobretodo los silencios y la emoción con experiencia y sensibilidad. Ninguna música acompaña al filme, solo breves momentos de manifestaciones en contra y en pro de Pinochet en Londres. El resto es imagen, palabra y sonido en su estado más puro, despojado, lo que provoca como resultado una profunda, respetuosa y distanciada emoción.

Al invitarles hoy a ir a ver o volver a ver El caso Pinochet, este crítico hace suyos los deseos del cineasta: esperemos que las películas de Patricio Guzmán se vean en cine y en televisión, pero también en las escuelas y universidades del país. Justicia, reconocimiento y memoria: esa es la única venganza que reclaman las víctimas de Pinochet y los que en el mundo entero nos solidarizamos con ellas.