“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • Reir en abundacia no es pecado: Lo más reciente de Juan Carlos Tabío
    Por Mayra Álvarez Díaz

    Hacer reír es algo muy serio. Y muy en serio se lo toma el director cubano Juan Carlos Tabío cuando realiza una comedia, género en el que más incursiona desde su primer largometraje Se permuta (1982), incluyendo con anterioridad los cortos de ficción. Su más reciente obra, El cuerno de la abundancia (2008), es una comedia costumbrista, de situación, con buenas dosis de ironía y humor.

    Las comedias en clave de Juan Carlos Tabío, no son un derroche de gags, persecuciones, golpes o caídas, de situaciones más o menos insólitas que responden al prototipo del estilo americano; son comedias a la usanza costumbrista, más en la vertiente de lo que es el cine neorrealista, en el cual se hacen apuntes sobre diversos aspectos de la realidad inmediata de la sociedad, llevando también implícito un toque de ironía; detalle que, quizás para algunos, sea visto como un síntoma negativo en su riqueza expresiva. Sin embargo, es el complemento que más enriquece a una comedia, al mismo tiempo, un recurso tan viejo como el mismo hombre, y es que el humor se sustenta de lo cómico y de la ironía, busca aquellos aspectos de la existencia que como pequeñas lascas nos permiten degustar, saltar a la reflexión a través de pequeñas inflexiones.

    Su más reciente obra, El cuerno de la abundancia (2008), es una comedia costumbrista, de situación, con buenas dosis de ironía y humor. Podemos añadir que, dentro de sus películas, de las que navegan por la comedia, puede ésta considerarse como la más sólida no sin dejar avizorar también algunos pequeños deslices.

    Comedia de diversas situaciones enredadas que por momentos refleja ambientes muy significativos, pero con lecturas igualmente muy propias, o sea, a lo cubano; mas, recrea a través de la galería de personajes, fachadas humanas tanto disparatadas ?resaltadas por la ironía? como reales en la sociedad cubana, diseñadas con buenas dotes de creatividad narrativa a lo cual no sólo nos tiene acostumbrado su director sino que además, ha ido perfilando desde filmes como Plaff o demasiado miedo a la vida (1988).

    El sonido de Eduardo Esquide, quien por primera vez se incorpora a una cinta cubana, es de calidad, así como el trabajo del reconocido fotógrafo Hans Burmann, acreditado ya entre nosotros por varias películas realizadas en la Isla.

    Su comunión con el guionista Arturo Arango es un acierto que ha facilitado una estructura narrativa comprensible en la conducción de la historia en sentido general, a pesar de que algunas secuencias pudieron aún ser, o mejor explotadas o eliminadas (la imposibilidad del protagonista a una relación sexual tranquila sin perturbaciones; quizás sea un guiño a la obra cinematográfica Amor vertical de Arturo Sotto).

    El filme toma como pretexto algunos aspecto reales ocurridos por la década de los noventa en Cuba; nos cuenta así, una historia ?quizás frágil y fácil para algunos confundidos? sobre un pueblo imaginario y el beneficio de una posible herencia que recibiría una numerosa familia y todos sus descendientes (¿homenaje a la comedia Bienvenido Mr. Marshall, de Luis García Berlanga?); varias circunstancias provocan situaciones que podemos calificarlas como al límite, en las que afloran tanto el egoísmo, la envidia y las consabidas maquinaciones, o sea, esa  parte oscura del ser humano.

    En El cuerno de la abundancia existen en gran cantidad las metáforas de principio a fin, con un balance entre la sátira y la crítica, que trata tanto la situación económica del país, al igual que lo hiciera el filme español Bienvenido Mr. Marshall, la condiciones sociales. ¿Lecturas? Todas las que desee o quiera atribuirle.

    En fin, una comedia a lo cubano es el ofrecimiento de Tabío, en El cuerno de la abundancia, en el cual no está presente ni lo ácido, ni la mala sangre. Una comedia en el que el absurdo abunda, pero es que esto es a veces una parte de la vida real en las cotidianas existencias humanas.

    (Fuente: CMBF)


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