No debe negarse una cierta, incipiente reanimación editorial en cuanto a la salida en librerías de textos sobre cine, pero mayormente se trata de libros construidos exclusivamente alrededor de la opinión de sus respectivos autores, es decir, suelen ser mayormente de compilaciones de textos críticos o ensayísticos, que no consiguen, ni intentan siquiera, atrapar de manera horizontal ni mucho menos en su abisal complejidad, el fenómeno audiovisual ya sea en una determinada zona geográfica o espacio temático caracterizado. Por ende, la publicación en Cuba de Cine iberoamericano: los desafíos del nuevo siglo, que vio la luz entre nosotros en la coyuntura favorable de la reciente Feria del Libro, viene a suplir una necesidad: poner al día la bibliografía cubana, y latinoamericana, en torno a este tema, visto por Octavio Getino —una de las voces más autorizadas en la crítica y la teoría en esta parte del mundo— desde la perspectiva del “exhaustivo y actualizado diagnóstico del mercado del cine, video y televisión en la región”.
No se trata entonces, como pudieran pensar algunos lectores no avisados, de encontrar en estos desafíos la opinión del coautor de La hora de los hornos respecto al modo en que han resuelto un puñado de títulos latinoamericanos (tal vez Amores perros, Ciudad de Dios, se encuentran entre ellos) la aparente contradicción entre arte e industria, ética personal y responsabilidad social, interés nacional y atractivo global, sino que este libro supera con amenidad y buena prosa el reto de caracterizar y analizar las principales tendencias dominantes en las esferas de la oferta y demanda dentro del sector audiovisual en Iberoamérica. Getino detalla cada intersticio resistencial, cada denodado y reciente tentativa entre las dirigidas a que cada nación provea un producto audiovisual único y propio, de modo que alguna vez consiga dominar el mercado interno y resistir el avance desmesurado y aplastante de la mercadería hollywoodense.
Cientos de autorizadas estadísticas, anuarios de producción, investigaciones y estudios nunca antes reunidos con semejante intencionalidad caracterizadora, le sirven al racionalista y paciente teórico, para describir “las brechas y asimetrías entre las cinematografías locales, la estratificación social y preferencias de los públicos, los cambios de las políticas públicas de apoyo y las posibilidades de darle sostenibilidad al mercado”. Todo ello se hace patente sobre todo en el tercer capítulo, titulado Situación de las cinematografías nacionales en Iberoamérica, que agrupa los países geográfica y culturalmente (Mercosur: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay; Países andinos: Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela; Centroamérica y el Caribe: Costa Rica, Cuba, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y República Dominicana; México y mercado hispanohablante en Estados Unidos y Países ibéricos: España y Portugal) para poner en evidencia sus elementos comunes e insinuar posibilidades de integración, lamentables realidades y vías para la superación.
El amplio y a veces sobrecogedor panorama que ofrece Getino en este tercer capítulo (flanqueado por otros no menos útiles como Producción y mercados en Iberoamérica, o Consumos y nuevas tecnologías) no fue concebido para llorar nuestras supuestas miserias e incapacidades tercermundistas. Este libro de Getino no es de lo que vierte lágrimas sobre los tristes naufragios de las cinematografías iberoamericanas, y culpa de tales hundimientos al monstruo imperialista vía Hollywood. Aunque jamás renuncia al posicionamiento ideológico y al análisis político, aquí Getino nos invita a conocer, a respaldar con acciones la teoría, a sostener plataformas creativas de imaginación y sentido de pertenencia, que nos permitan continuar hablando, cada vez con mayor rigor y elocuencia, del cine latinoamericano, esa utopía que atravesó las etapas de espejismo industrial, populismo, realismo comprometido y vinculación con el Estado-Mecenas, hasta arribar a la época de la globalización y el pensamiento único.
Getino no ofrece dictámenes superficiales ni recetas de fácil instrumentación. Se dedica más bien a estudiar pormenorizadamente el terreno infraestructural y cultural sobre el cual se realiza nuestro audiovisual, y ello se hace evidente sobre todo en el segmento final, cuando dedica diversos apartes (cuya brevedad puede dejar a ciertos lectores ávidos con la miel en los labios) a los hábitos de consumo, y diserta sobre la escala social, las encuestas de medición, géneros y star system, educación crítica y nuevos públicos, cine, televisión y nuevos medios, telecomunicaciones e informática. A todo ello se añaden jugosos anexos donde se relacionan los organismos nacionales de cine, los regionales de integración cinematográfica, las leyes del cine iberoamericano y sus principales asociaciones regionales.
Cine iberoamericano: los desafíos del nuevo siglo se las ingenia para mirar el futuro sin complejos ni deslumbramientos inútiles. Le planta cara al presente, lo asume en toda su extensión y coloca muy alto el listón de los estudios culturales sobre cine en Iberoamérica, más allá de los enfoques personalistas, lamentosos o autodenigradores. No se esperaba menos de Octavio Getino, uno de los principales especialistas en industrias culturales de Iberoamérica, pionero de este tipo de investigaciones en el área, autor de Cine latinoamericano: economía y nuevas tecnologías (1989), Las industrias culturales en Argentina (1995), La tercera mirada: panorama del audiovisual latinoamericano (1996) y Cine y televisión iberoamericana: producción y mercados (1999), todos ellos, al igual que …los desafíos…imprescindibles para comprender a plenitud los retos y el estados actual de una manifestación cultural insuficientemente estudiada y penosamente subvalorada por la mayoría de los pensadores, estudiosos y teóricos latinoamericanos. Getino abre el camino y vence el reto de documentar y profundizar con sutileza y deleite en el conocimiento.