“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano.
Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)
CRITICA
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Cinco días sin Nora, aunque sencilla en sus locaciones es impecable en su técnicaPor Doly Mallet
Todavía se siente desconfianza hacia el cine mexicano. Porque los temas son los mismos, o están formulados como si fueran gringos. Y luego las óperas primas, se ven amateurs y dejan mucho que desear.
Ninguno de estos es el caso de Cinco días sin Nora, primer largometraje de Mariana Chenillo, que aunque sencilla en sus locaciones (todo sucede en un departamento) es impecable en su técnica, profunda en su trama y precisa en dirección.
Sobresale la estupenda actuación de Fernando Luján como José, un hombre amargado que tiene que lidiar con el reciente suicidio de su ex esposa, Nora (Silvia Mariscal). Siendo judío, José se pone rebelde y decide llamar a una funeraria católica, lo que trae problemas en su familia; además de los prejuicios que tiene que soportar debido al trato que se les da a los suicidas en su religión.
El tono tragicómico de la cinta es complicado, pero Chenillo lo maneja con seguridad y acierta al hacernos reír con un puntual humor negro; y también nos conmueve y nos hace filosofar sobre el duelo, el perdón, el amor truncado, la familia, la tolerancia y el verdadero significado de cualquier religión.
Muy superficialmente, Cinco días sin Nora podría compararse con Morirse en domingo (2006) o Morirse está en hebreo (2007), por la temática, pero ella es superior en cualquier aspecto que se le compare. No por nada ha ganado premios en varios Festivales como Morelia, Miami, Moscú y Japón.
(Fuente: cinepremiere.com.mx)
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