“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano.
Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)
CRITICA
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El premio flaco: concesión a la esperanzaPor Mayle González Mirabal
El premio flaco, el más reciente largometraje de Juan Carlos Cremata e Iraida Malberti, basado en la obra teatral de Héctor Quintero, continúa en los cines de la capital durante los primeros días de enero. Comenzar el año con un filme que elogia la esperanza sugiere bastante. Buscarle solo ese lado a la película puede parecer limitado; pero tal vez así, El premio… sugiera más.
La historia ocurre en los años 50. Los primeros minutos describen la pobreza de un barrio habanero, donde a una mujer le cambia la vida cuando encuentra su suerte dentro de un jabón. Iluminada ya no es joven. Ama, sin muchas razones, al esposo. El pasado le repugna; tanto que pretende que el marido renuncie a su eterna nostalgia por el circo. Cree desmesurada e ingenuamente en los demás. Esto la sitúa al límite cuando, de manera casual, lo pierde todo y tiene que regresar al pasado que odia. Su última frase: «hay que tener fe, que todo llega», la resume. Con esa afirmación se resuelve el filme. La actuación de Rosa Vasconcelos (Iluminada) es puro éxtasis, delirio ante sí misma, absurda fascinación por el desconsuelo del personaje.
Sin embargo, Iluminada no deja de anhelar, pues solo así está exenta del fracaso; porque únicamente la fe puede jugar la contrapartida de la desilusión. Creer demasiado fue su mayor desgracia y, al mismo tiempo, su mejor alegría.
Hay quienes esperan toda la vida. Iluminada esperó la felicidad. Lo hizo cuando no tenía nada y no renunció a ella cuando perdió lo poco que había logrado. Fue la esperanza la que le permitió desbordar en cada escena, de satisfacciones o angustias, todo el entusiasmo de su alma noble.
Si sufrió tanto, fue sobre todo porque se sentía responsable del destino. Le entristecía lo que quedaba, al menos como posibilidad y oportunidad de sobrevivir. La realización de su esposo (unida a la agresividad de los vecinos) promovió la desesperanza; pero incluso en medio de ella, nunca abandonó la fe.
Por eso sonríe y la sonrisa es feliz. Aunque la película termina por exagerar las cosas hasta el absurdo, la actriz logra descolocar emociones, y eso siempre se le agradece al cine.
Probablemente parezca difícil encontrar el atractivo de una historia que dice de una realidad que en apariencias ya no existe. Pero la película se mueve entre las pasiones y las miserias humanas, entre el drama y la comedia, entre el cine y el teatro, y ese constante movimiento le agrega virtudes a la cinta.
El premio flaco insiste más en el sentido trágico del argumento de la obra teatral que en los recursos de comedia del original. La historia, en ocasiones, llega a lucir patética, y muestra, al mismo tiempo, una conmovedora circunstancia.
Las imágenes descubren la violencia que resulta de la miseria (material y espiritual) de sus personajes. El uso de la fotografía y la iluminación, sin grandes búsquedas formales, pero con un marcado realismo, ayuda a acentuar las intenciones del relato a partir de un esquema clásico, lineal y expositivo. De modo que ese patetismo no está para tomárselo completamente en serio, su función es más bien la de servir de pretexto.
El premio flaco: a compromise with hope
By Mayle González Mirabal
El premio flaco, the most recent long feature film by Juan Carlos Cremata and Iraida Malberti, based on the theatre play by Héctor Quintero, is still being shown in the movie theatres of the capital city during the first days of January. To begin a new year with a film that praises hope is quiet suggestive. To look at that side of the film can seem limited; but maybe in that way El premio… suggests more.
The story takes place in the 1950´s. in the first minutes, the poverty of a neighborhood in Havana is described; where a woman’s life is changed when she finds her luck inside soap. Iluminada is not a young woman any more. She loves her husband without many reasons to do so. She loathes the past so much that she wants her husband to give up his eternal nostalgia for the circus. She believes in people with self-abandonment and candor. This places her in the limits when she loses all she has by chance and she is forced to return to the past she hates. Her last statement: «we have to be faithful, all in good time», summarizes her. With that assertion the film is solved. Rosa Vasconcelos´acting (Iluminada) is pure ecstasy, a delirium for herself, absurd fascination for the grief of the character.
Nevertheless, Iluminada does not stop yearning that is the only way to escape failure; because faith is the only counterpart for disillusion. Excessively believing was her greatest misfortune and at the same time her best joy.
There are those who hope for during a lifetime. Iluminada hoped for happiness. She did so when she had nothing and she did not give up when she lost the little she had achieved. It was hope what allowed her to burst in every scene, of satisfaction or anguish, all the enthusiasm of her noble soul.
If she suffered so much, it was above all because she felt responsible for destiny. She felt sad for what was left, at least as a possibility and opportunity of survival. Her husband’s realization (together with the aggressiveness of the neighbors) promoted despair; but even in despair she never abandoned her faith.
That is why she smiles and there is happiness in that smile. Even when the film exaggerates things to the absurd, the actress manages to unsettle emotions and that is something to be grateful for to the movies.
It probably seems difficult to find attractiveness in a story that deals with a reality which apparently does not exist anymore. But the film deals with passions and human misery, drama and comedy, movie and theatre, and that constant movement adds up virtues to the movie.
El premio flaco insists more in the tragic sense of the plot of the theatre play than in the resources of original comedy. The story, at times, seems to be pathetic and shows at the same time a moving circumstance.
The images show the violence resulting from misery (material and spiritual) of the characters. The use of photography and light, without great formal pursuit but with a marked realism, helps to emphasize the intentions of the narrative from a classical, lineal and descriptive scheme. In a way, the pathetic effect cannot be taken all together seriously, it kind of serves as a pretext.
(Fuente: Cartelera de cine y Video ICAIC)
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