Las iniciativas orientadas a la creación de animación a como dé lugar han hecho aparecer obras impensadas hasta hace un tiempo en regiones sin largas tradiciones en esta clase de producción. Obras cuya calidad rivaliza con el estándar internacional vigente, incluso.

Este sería el caso de Calango!, corto de animación producido en Ceará, estado brasileño del nordeste cuyo desarrollo en la producción de cine muy diverso se viene haciendo muy visible hace unos años gracias sobre todo al auge que ha ido experimentando su Festival CineCeará, de carácter iberoamericano, que acaba de celebrar su edición de 2007.

Fue allí que se vio Calango!, y que la crítica presente la elogió. Se trata de una creación de Milton Blanco, Felipe Santiago y Mauricio Fonteles, dirigida por Ale Camargo, quienes pudieron desarrollarlo gracias al apoyo tecnológico de la Escuela del Audiovisual de Brasilia, institución docente donde son alumnos principiantes. Ellos, justamente en una las sesiones de debate del Festival, se refirieron a la tenue diferencia que existe hoy entre las grandes producciones de la animación comercial y los emprendimientos más modestos: distintos presupuestos financieros y algunas experticias. Por lo demás, son las mismas (o casi) herramientas tecnológicas y algo que contar.

En el caso de este corto, el reportero del sitio de cine Cinemacomrapadura dejó claro que las risas llovían mientras se proyectaba Calango! La película refiere la historia de un lagarto (cuya denominación local es justamente esa, calango) que hace lo indecible por zamparse un abejorro en plena playa de Fortaleza. Por consiguiente, el corto tiene la estructura típica de la persecución, con la enumeración de gags y de tentativas frustradas, ya que el lagarto se enfrenta a un insecto con toda clase de dotes para la evasión. A estos personajes se adjunta un tercero: un cangrejo que se dedica, mientras la persecución va en su apogeo, a realizar esculturas de arena, sin apenas advertir cuánto sucede a sus espaldas. Y ello ocurre en el interior de una garrafa de arena, objeto famoso y fácil de encontrar en el litoral cearense.

La propia crítica ha encontrado en Calango! marcas de la cultura local, e incluso propiamente nordestinas. Ello, no solo por la fauna endémica utilizada como personaje de comedia, sino además en la brillantez de los colores que alimentan la impresión de un día de playa, así como de las tonalidades turísticas que identifican la región como sitio de veraneo. Asimismo, la garrafa de arena de colores, fabricada en esta parte de Brasil, funciona aquí como recurso narrativo a la vez que como evocación de un objeto decorativo cuyos fabricantes pudieran imaginar una historia como la que cuenta Calango! mientras están absortos en su trabajo.

El propio director Camargo ha afirmado que su corto tiene muchas características cearenses. En su sitio personal, revela que: “reconozco que nuestra película (aunque se trate de una producción brasileña) tiene alma cearense, pues además de los colores vivos que hacen lo visual, tenemos también la música fantástica de Mestre Macaúba.” Además, dice que su inspiración vino asimismo de Ceará: “la idea original del corto surgió durante nuestra luna de miel en Fortaleza, y las tantas playas lindas de aquella tierra fueron la mayor inspiración para los escenarios de Calango!”

Milton Blanco contó en aquella sesión de debate de CineCeará 2007 que, a diferencia de Pixar, que cuenta con un gran equipo muy especializado, cada uno dedicado a un aspecto de la producción, en esta clase de obras (que es la mayor parte de lo que se realiza en Brasil) es necesario un pequeño equipo capacitado para hacer de todo un poco. Incluso, para sufrir porque tiene que vérselas con ordenadores que no son todo lo que quisieran, pero con los cuales son capaces de hacer estas maravillas.