“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA


  • El violín logró cautivar al público mexicano
    Por Fabián de la Cruz Polanco

    Aunque al momento de darse a conocer El violín, escrita y dirigida por Francisco Vargas, no contaba con mucha atención del público capitalino, debido a la ausencia en su elenco de figuras consagradas en el medio televisivo y cinematográfico, además de no ser apoyada por una agresiva campaña de marketing. A los pocos días de su estreno, afortunadamente se ubicó como una de las favoritas del público, lo cual habla de que en México se desea ver buen cine y, lo mejor de todo, apoyar la industria fílmica nacional.

    ¿Francisco, cómo se concretó el proyecto para darle vida a El violín?
    -Bueno, fue un proyecto que nos tardamos seis años en concretarlo, contando uno en el que asistimos a festivales y en un montón de lados. Fue complicado. Del proyecto tuve que filmar 30 minutos, los cuales me sirvieron para hacer un cortometraje, porque todavía estaba en la escuela, con el que me gradué y, a la vez, me funcionó para armar un trailer y promocionar el proyecto.

    Ya tenía filmados treinta minutos, nada más faltaban sesenta minutos más y, en ese ínter, nos tardamos tres años en hacer carpetas, presentaciones, pedir apoyo y tocar puertas hasta que mejor fundé una compañía, que es Cámara Carnal Films. Asociamos a un grupo de gente y logramos conseguir una parte más para su realización; involucramos también al Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), que era mi escuela, y recibimos también un fondo importante del Fidecine y fue ahí cuando ya pudimos hacer la película”, dijo Francisco Vargas, director de la cinta.

    Las dificultades a las que me enfrenté fueron las de siempre, las que se presentan cuando no confían en uno... Siempre que es tu primera vez de cualquier cosa, no hay la confianza de que tu trabajo o el de los demás pueda quedar bien, máxime en una película, como la que yo hice, en la que debutó mucha gente y no solo yo, tanto del equipo técnico como de los actores.

    Esa es una de las primeras terribles dificultades y luego, en México, la dificultad que existe para conseguir los recursos es que, además de tardado y complicado, no hay los fondos suficientes porque hay mucha gente que quiere hacer películas”.

    ¿Dónde crees que se encuentra el problema que interfiere en el crecimiento del cine mexicano? ¿En la producción? ¿En la distribución?
    Es una cosa general. Es decir, es un fenómeno completo. Me parece que viene desde la producción porque obtener los recursos para financiar un proyecto, es tan complicado como proyectarla o exhibirla, o sea, el vía crucis empieza desde atrás y termina hasta cuando llega a las salas, no hay una etapa. Y es generalizado el caos.

    No tenemos una industria como tal, no tenemos una legislación del Estado para proteger nuestra cinematografía. Una competencia tan difícil y abierta y en desventaja como contra el cine de Hollywood, por ejemplo. No tenemos las pantallas, es decir, la situación en general por una ceguera, desinterés del Estado es complicada, cuando en otros países se han implementado candados, protecciones, incentivos, apoyos legalmente hablando; o sea, en terreno legislativo y han hecho que esas cinematografías den el salto y logren mantenerse todavía y ahí en los dos sentidos, como una industria, como un negocio y luego, por el otro lado, el aspecto cultural. Ambos son importantes”.

    ¿Por qué crees tú que El violín, siendo la película mexicana más premiada de los últimos años, le costó tanto trabajo salir al circuito comercial?
    Tiene que ver con esto que te digo que es la cadena completa y ya cuando terminas una película, viene el asunto de dónde la vas a proyectar, tiene que ver con las fórmulas, las maneras del cine que se comercializa, de quién lo comercializa, de los circuitos de exhibición, además de un cierto desprestigio que no ha logrado quitarse de encima el cine mexicano.

    Entonces entre eso, y que se cree que tenemos un público tonto que solamente le gusta las cosas superficiales y banales, una película como El violín, que siendo comercial también tiene una propuesta y contenido, puede tardar un año y primero hacer un recorrido gigantesco por festivales, por países, por estrenarse en Francia.

    Se estrenó allá el 3 de enero en cuarenta ciudades y tuvo que pasar por todo eso para que aquí se estrenara y ni eso, porque no tuvimos una distribuidora. Tuvimos que armar una distribución entre Canana y Cámara Carnal Films, y ahí empezaron a apoyarnos; tuvimos que armarlo, porque no les interesa otro tipo de cine que no responde solo a las formas que ellos creen que son las únicas que funcionan y que ellos creen que le gustan a la gente. El violín demuestra que no es verdad. La gente la recomienda y aplaude al final”.


    (Fuente: Filmeweb)


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