“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • Natalia Smirnoff, una mujer bajo influencia
    Por Diego Batlle

    Luego de una extensa carrera como asistente de dirección y responsable del casting en películas de Pablo Trapero, Marcelo Piñeyro, Lucrecia Martel, Alejandro Agresti, Jorge Gaggero, Mariano Llinás, Ariel Rotter y Damián Szifrón, entre muchos otros, Natalia Smirnoff debutó en la realización con Rompecabezas, una extraña y lograda película (por lo que es y por lo que evita ser) que tuvo el enorme privilegio de competir en la sección oficial de la reciente Berlinale y ser vendida a casi todo el mundo.

    ¿Qué tiene esta pequeña comedia familiar para haber generado semejante interés internacional (veremos si también en el ámbito local)? En principio, un tono muy difícil de conseguir (una historia que bordea el costumbrismo y hasta cierto patetismo, pero que los elude con singular determinación y coherencia). Además, Smirnoff se muestra como una sólida narradora, una punzante y al mismo tiempo sutil observadora, una dúctil constructora de climas y de gags que nunca lucen forzados y, finalmente, como una gran directora de actores (atributo devenido seguramente de su gran experiencia en el casting).

    El filme narra la historia de María del Carmen (otra notable actuación de María Onetto, en las antípodas de su papel en La mujer sin cabeza, de Lucrecia Martel), un ama de casa servicial que se desvive por cumplir todas y cada una de las exigencias de su marido machista (Gabriel Goity) y de sus dos hijos que están a punto de abandonar el hogar ubicado en Turdera. Sin embargo, el espectador no tardará en percibir en los gestos y en la mirada de esta mujer cincuentona y contenida la carga de angustia y el hartazgo que siente. Su vida da un vuelco completo cuando descubre su pasión por los rompecabezas y, aún más, cuando conoce a Roberto (Arturo Goetz), un excéntrico hombre de clase alta con el que entrenará —en secreto— para participar en un torneo de la especialidad.

    Smirnoff evita caer en el subrayado y en el lugar común, en el diálogo obvio y en la bajada de línea para concentrarse en describir el cambio interior, la implosión —como lo definió acertadamente la propia directora— de esta mujer sencilla que descubre una pasión y un don, aunque esa habilidad no tenga demasiada aceptación ni prestigio social. Una primera película de una complejidad (ojo, la película no es nada compleja en su lectura) y una madurez infrecuentes, y ya no solo en una cineasta debutante. Más allá de lo que ocurra con Rompecabezas en la taquilla, Smirnoff es un talento a seguir. 
    Natalia Smirnoff, a woman under influence
    By Diego Batlle

    After a long  career  as assistant director and responsible for the casting of films by Pablo Trapero, Marcelo Piñeyro, Lucrecia Martel, Alejandro Agresti, Jorge Gaggero, Mariano Llinás, Ariel Rotter and Damián Szifrón, among many other, Natalia Smirnoff debuted in film direction with Rompecabezas , a strange and accomplished film (for what it is and for what it avoids to become) that had the enormous privilege of competing in the official section of the 2010 Berlin  Film Festival and of being sold to many countries from around the world.

    What does this modest family comedy have to generate such an international interest? (we will see if it will be the same at a domestic level)? First of all, a tone that is very difficult to attaint  (a history that skirts the literature of manners and even certain pathos, but that avoids them with singular determination and coherence). Furthermore   Smirnoff also shows herself as a solid storyteller , a piercing and at the same time subtle onlooker , a ductile manufacturer of climaxes and gags that never looked contrived and, finally, as a great actors director (a quality that surely comes from her great experience with castings).

    The film tells María del Carmen’s story (another remarkable performance from María's Onetto, here in the antipodes of her role in Lucrecia Martel’s La mujer sin cabeza), a solicitous housewife prompt to  satisfy all and each one of her macho husband (Gabriel Goity) and two children’s demands,  who are about to abandon their house  located in Turdera. However, the spectator will not take longer to perceive in the expressions and gestures of this fifty-something and self -controlled woman the load of anguish and fill that she feels. Their life gives a complete overturn when she discovers her passion for puzzles and, even more, when she meets Roberto (Arturo Goetz), an eccentric man of upper class who will —secretly— trains her to participate in a tournament of the specialty.

    Smirnoff avoids to fall in the underlined and in the common place, in the obvious dialogue and in the line slope to concentrate on describing the interior change, the implosion—as it was wisely defined by the own director—of this simple woman that discovers a passion and a gift, although that ability does not have so much social acceptance nor prestige. A first film of a maturity and complexity (be aware, the film is anything but complex in its reading) rarely frequent even beyond first time filmmakers. Apart from what may happens with Rompecabezas at the box office, Smirnoff is a talent to follow up.

    (Fuente: www.otroscines.com)


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