La lucha de un adolescente de 16 años por alcanzar sus sueños y deseos de evolucionar es el tema sobre el que versa Los famosos y los duendes de la muerte, con el que la sección oficial del IV Festival Cines del Sur de Granada llegó a su cuarta jornada.
La película hace un alegato sobre un joven fan de Bob Dylan que se identifica como "Mr. Tambourine Man", y que desde un pueblecito perdido de Brasil pretende cambiar los hábitos y el estilo de vida que le han convertido en un marginado en la escuela, ha informado hoy la organización.
El chico mata el tiempo escribiendo en su blog, fumando hierba con su único amigo, Diego, y contemplando las fotografías y las películas colgadas en internet por una chica desconocida, según se muestra en este largometraje del joven Esmir Filho.
Sin embargo, su sueño consiste en viajar desde su pueblo natal hasta la ciudad brasileña en la que pronto actuará Dylan, aunque el viaje está más cercano a la ensoñación que a la realidad, ya que se convierte en un delirio que le aleja de su propia soledad.
La música, las drogas y la cultura dan paso a un universo en el que la nostalgia, la fantasía, la soledad, la cotidianeidad y la muerte componen "una hermosa melodía".
La actriz debutante Tuanne Eggers ha destacado en rueda de prensa hoy que los deseos del director eran "enfatizar la realidad y ensalzar la esencia del lugar", para lo que ha optado por trabajar con actores no profesionales de la región, una comunidad brasileña del extremo sur con una cantidad importante de inmigrantes alemanes.
El lugar, ha asegurado Eggers, tiene "poco que ver con el Brasil del fútbol y del carnaval, pues tiene un clima más gris y frío del que se asocia con el país latinoamericano".
Ha resaltado también que la sensación nostálgica que respira la película "es fruto de la etapa que refleja como la adolescencia, que es al fin y al cabo una fase de la vida llena de cuestiones, en la que se produce un vacío existencial en la que en ocasiones el ser humano llega a cuestionarse si merece o no la pena vivir".
El director "tenía muy claro que quería trabajar con la figura de Bob Dylan y su música como telón de fondo porque representa perfectamente la misma sensación del protagonista de no pertenecer al mundo en que vivimos", ha indicado la actriz.