Mientras la protagonista (dueña del punto de vista de la película) trabaja en una entrega para el día siguiente, el menor de sus dos hijos se golpea y, ante la duda, ella decide llevarlo a una clínica privada para un chequeo. Allí, tras revisar al niño, uno de los médicos termina denunciando a la madre ante la policía por supuestos maltratos físicos.
Si este planteo puede parecer en primera instancia demasiado extremo, Berneri domina las diferentes aristas del conflicto sin obviedades ni subrayados. Para ello, propone una puesta en escena tan cuidada en su tono como sofisticada en su construcción (hay un gran trabajo con el fuera de campo), ayudada por un magistral trabajo en HD del camarógrafo y director de fotografía Willy Behnisch que logra captar en toda su dimensión y detalle el caos cotidiano del universo infantil y la dinámica familiar.
Este thriller doméstico aborda temas complejos como los accidentes caseros, la violencia familiar, la descontención de los niños, la crisis de la maternidad, la estigmatización de la mujer y, claro, la culpa a la que alude el título, todos elaborados con gran convicción, nobleza y profundidad.
El resultado es un filme tenso, duro y provocativo en sus alcances psicológicos, pero también audaz en sus ambigüedades, sus matices y sus contradicciones. Una película capaz de generar empatía e identificación y, al mismo tiempo, cierta incomodidad. Una obra de arte concebida con una inteligencia, una elegancia y una sutileza infrecuentes en el cine argentino.
Apuntes al margen: A veces uno pierde la perspectiva o da cosas por sentadas, como si fueran lo más normal del mundo.
Como crítico de cine que viaja y está medianamente actualizado de lo que ocurre en otros lados, quiero destacar la enorme diversidad, calidad y sensibilidad que el cine argentino tiene en cuanto a sus directoras: Anahí Berneri, Celina Murga, Lucrecia Martel, Julia Solomonoff, Paula Hernández, Verónica Chen, María Victoria Menis, Lucía Puenzo, Sandra Gugliotta, Albertina Carri, Inés de Oliveira Cézar, Ana Katz, Natalia Smirnoff, Carmen Guarini, Lucía Cedrón, Ana Poliak y siguen las firmas.
En la competencia oficial del último Festival de Cannes, por ejemplo, no hubo ninguna película dirigida por una mujer. Nosotros, tenemos muchas y muy buenas. No es un dato menor. Vale este reconocimiento.