“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • Trece segundos suscita polémica

    La película venezolana 13 segundos, dirigida por Fredy Faddel, rodada enteramente en Maracay y en la que participan todo un cartel de estrellas de lujo, integrado por Daniela Alvarado, Norkis Batista, Victor Cámara, Nohelí Arteaga, Lourdes Varela, Gledys Ibarra, Gabriela Vergara y Roberto Lamarca, entre otros, tiene como tema central la problemática del aborto, vista desde una óptica, si se quiere, un poco corta.

    Esta no es una cinta fácil de tragar. El argumento comprende cinco distintas historias de mujeres que, por diferentes motivos deciden ir a una clínica clandestina a abortar. Sin embargo, se echan de menos historias más cercanas a la realidad, a la cruda realidad que se vive en los barrios, por ejemplo, las muertes de mujeres por abortos en condiciones precarias, el embarazo en adolescentes, el abandono de niños que posteriormente se convierten en niños de la calle, etc. Todo esto ha sido obviado, para abordar el tema sólo desde el punto de vista de mujeres de clase media o alta. Volvemos a caer en el mismo asunto de siempre. La exclusión. Ya cansa tener que señalarlo una y otra vez.

    El tema por supuesto es muy álgido y delicado y habiendo sido estrenada ya a nivel nacional, ha comenzado a suscitar polémicas por la temática, el abordaje que se le da y por algunas escenas reales de fetos dentro del vientre de la madre, tomadas con una cámara especial única en Venezuela, de las cuales sólo hay ocho en el mundo. La fotografía y el sonido son excelentes, sin embargo algunas actuaciones dejan mucho que desear. Un elenco lleno de estrellas de la televisión con poca o ninguna experiencia en cine, los vuelve en algunos casos, inverosímiles. Algunas historias se pierden en el camino o no están completas y el final no es ni pertinente ni creíble. La banda sonora es demasiado sensiblera pues apela a violines y pianos con melodías que parecen sacadas de un comercial de leche infantil.

    Cabe destacar además, que esta película llega justo en un momento en que en varios países latinoamericanos se han aprobado leyes a favor del aborto, como en los casos de México y Colombia, mientras en Venezuela se discute en estos momentos en la Asamblea Nacional, una ley que despenalizaría el aborto en circunstancias especiales. La presencia en el estreno para la prensa, de dos monseñores de la Conferencia Episcopal Venezolana, explica el aval que le ha dado la Iglesia a la cinta y la inclinación pro-vida de la misma, cosa que no criticamos de ninguna manera, pero que sin embargo la vuelven en algunos momentos demasiado moralista y alejada de la realidad social de nuestro país.

    Su director, Fadell, ha declarado en varios medios que su película es imparcial, sin embargo en una reciente entrevista en Venezolana de Televisión, dijo que él estaba a favor de la vida. Si por lo menos se decidiera a expresar con firmeza su postura, sea cual sea, no le quedaría esta película como el dicho que dice ‘mata al tigre y después le tiene miedo al cuero’ Sin dudas esta cinta dará de qué hablar, no tanto por su calidad o trascendencia cinematográfica, ya que tiene serias fallas de guión, sino por tocar un tema tan sensible a la sociedad venezolana y por esas escenas, algunas un poco fuertes, que ciertamente significan una novedad en el cine venezolano.




    Más información en: escenaviva.blogia.com


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