En 1519, el conquistador español Diego de Ordaz –por órdenes de Hernán Cortés–, subió junto con dos soldados más de 5400 metros de altura, con el objetivo de recoger azufre de una montaña para fabricar pólvora. Epitafio recrea ese momento histórico en México: la hazaña del primer europeo en ascender a la cima del volcán Popocatépetl.

Esta producción representa el primer trabajo en codirección de los mexicanos Yulene Olaizola (Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo, 2008), y Rubén Imaz (Cefalópodo, 2010); quienes ya habían trabajado juntos en Paraísos artificiales (2011) y Fogo (2012), segundo y tercer largometraje, respectivamente, de la joven directora.

En entrevista, Imaz aseguró que el tema ha sido poco abordado en el cine nacional algo que los animó a contar –desde su particular punto de vista–, esta metáfora de la Conquista de México-Tenochtitlan. Interesado en el cine minimalista, la expedición que retrata Rubén Imaz no cuenta con grandes ejércitos ni épicas batallas.

Esta idea era compartida por su pareja Yulene Olaizola, quien se sumó al proyecto poco tiempo después. De esta manera se logró la codirección y en el mismo sentido un filme más íntimo y naturalista: “Rubén y yo coincidimos en la manera de contar esta historia porque nos gusta el mismo tipo de cine. Éramos dos cabezas en un mismo proyecto”.

Epitafio presenta tres personajes aventureros que a lo largo de su viaje se enfrentan a la fuerza de la naturaleza como un volcán activo pero, sobre todo, al temor por lo desconocido. Esta anécdota fue tomada de diversos textos, principalmente, del libro La historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, del cronista Bernal Díaz del Castillo. 

Rubén Imaz y Yulene Olaizola se pusieron en los zapatos de los conquistadores e imaginaron cómo fue esa expedición. A través de cartas fue que los realizadores descifraron un poco la forma de hablar en aquella época. Al copiar frases textuales de los escritos se logró que los diálogos de los personajes en la película se escucharan antiguos y barrocos.

“Hicimos un casting con españoles radicados en la Ciudad de México entre actores y no actores. Formamos un equipo muy ecléctico: un historiador, Xabier Coronado; un guionista, Martín Román y, un actor, Carlos Triviño”, comentó Rubén Imaz sobre los protagonistas de esta historia.

Durante el rodaje de cuatro semanas, el equipo solo pudo llegar hasta Tlamacas, única zona en el Estado de México a la que se puede tener acceso cerca del Popocatépetl debido a la actividad del volcán. Con esa previsión, la filmación se concluyó en El Pico de Orizaba (Puebla-Veracruz).

"Nuestra apuesta era tener a estos actores no profesionales en condiciones reales. Lo que se ve en pantalla es realmente lo que ellos vivieron: realmente se morían de frío, subieron una montaña y vivieron todas las peripecias de un rodaje de alta montaña”, destacó Olaizola.

En ese sentido, se explica que el viaje de Epitafio se vuelve retrospectivo para los personajes y al mismo tiempo para los espectadores: “Se cargaban de dudas y temores y esas preguntas que surgen nos interesaban como cineastas”, agregó Imaz.

La distribución de Epitafio fue posible gracias al Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción y Distribución Cinematográfica Nacional (Eficine 189), incentivo que es otorgado por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).

Esta cinta de ficción llegó a partir del 19 de agosto a las salas de la Ciudad de México como Cineteca Nacional, Cinemex, Cinépolis y Cine Tonalá. Además, podrá verse en complejos de Guadalajara, Monterrey, Puebla y Toluca. Mayor información puede conocerse en su página de Facebook.