La película argentina Zama, de Lucrecia Martel, recibió la Mención Especial del Jurado de la 15º edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla. (SEFF). El jurado estuvo integrado por los cineastas Thomas Arslan, Agathe Bonitzer, Fernando Franco, Paolo Moretti y Valerie Delpierre.

La película portuguesa A fábrica de nada de Pedro Pinho se ha hecho con el Giraldillo de Oro, la película narra, mezclando los géneros del documental, la ficción y el musical, la rebelión a la portuguesa de un grupo de obreros en una fábrica en pleno proceso de desmantelamiento. Una historia de resistencia, original por su síntesis formal, que cuenta el lado vacío de la crisis económica que sigue castigando los países de la periferia europea.

Otras de las cintas premiadas son Western, de Valeska Grisebach, que ha obtenido el Gran Premio del Jurado; Zama, de Lucrecia Martel, reconocida con la Mención Especial del Jurado; y Bárbara, de Mathieu Amalric, Premio a la Mejor Dirección.

El premio especial del jurado se lo llevó la minimalista Western, una propuesta de la directora alemana Valeska Grisebach que muestra los conflictos de identidad en la Europa fronteriza a través de los vínculos entre un grupo de operarios alemanes de la construcción y los últimos habitantes de una aldea búlgara.

El jurado decidió también conceder una mención especial a Zama, el cuento onírico de la argentina Lucrecia Martel sobre la América del siglo XVIII que adapta la novela homónima del escritor argentino Antonio di Benedetto, y que era una de las favoritas de la crítica.

El galardón a la mejor dirección fue para Mathieu Amalric, realizador de Bárbara, una cinta sobre la vida de una cantante francesa. El premio al guion también se lo ha llevado una producción gala: A violent life, firmado por Thierry de Peretti, con un relato sobre la conversión de un joven de clase media en un militante independentista radical -en este caso de la causa corsa- de costumbres y prácticas mafiosas.

Los premios dramáticos -mejor actor y mejor actriz- fueron respectivamente para Pío Amato, el adolescente de A ciambra, la coproducción francoitaliana dirigida por Jonas Carpignano que narra la bildungsroman de un adolescente gitano; y Selene Caramazza, por Amor Puro, la cinta de Roberto de Paolis que evoca la historia de amor entre Agnese, una cristiana de base, y Stefano, un adolescente problemático. La mejor dirección de fotografía recayó en María von Hausswolff por su trabajo en la gélida Winter Brothers.