Rodrigo Sorogoyen se dio a conocer con fuerza en el cine con su segundo largo, Stockholm (2013), filme cuya producción tuvo que contar con el apoyo del micro-mecenazgo para su conclusión. Más recientemente, en 2018, estrenó El reino, su cuarta ficción de larga duración, y entretanto también llevó a las pantallas el cortometraje Madre, su primera incursión en este formato tan poco correspondido por las salas de cine.

La película figura como finalista en la 91 edición de los Premios Oscar de la Academia de Hollywood de este año 2019, en cuya última parte también se estrenará en España el largometraje que deriva de este corto y que, de hecho, contará con estas mismas imágenes en su inicio.

El relato comienza con una sencilla y cotidiana conversación entre una hija y su madre que acude a verla a su casa. De repente, Marta recibe una inquietante llamada telefónica de su hijo de 7 años que le hará presuponer una tragedia. Las reacciones lógicas de esta joven madre ante tal situación, hacen aquí saltar todos los miedos y paranoias que cualquier padre o madre tendría, y que se contraponen a la actitud serena y apaciguadora de la abuela.

Madre es una historia de tensión subyacente en la que la alarma va en aumento, mientras que las posibilidades de solucionar el conflicto cada vez se muestran como más reducidas. La primera imagen del film ya nos anticipa el interés de Sorogoyen, que en esta ocasión firma el guion en solitario, en acentuar en el espectador la sensación de aislamiento que prácticamente se mantendrá hasta el final del corto.

Marta Nieto, Blanca Apilánez y Álvaro Balas son los protagonistas de esta exposición de hechos que se tornan terribles por la distancia, y donde la cámara de Álex de Pablo nos conduce en su mayor parte por los espacios cerrados y más o menos luminosos del apartamento de Marta.