“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA


  • Sara Mama: una apuesta por el cine comunitario
    Por Mónica Delgado

    Hace algunos días un cortometraje peruano obtuvo el premio “Cine comunitario” en la 6° edición del Festival Internacional de Cine y las Artes Indígenas (FicWallmapu), que se realizó en Chile. Se trata del corto Sara Mama: Semilla Sagrada, realizado por niños y adolescentes de la comunidad San Francisco de Pujas, en Ayacucho, gracias al impulso del Centro de Culturas Indígenas del Perú (Chirapaq). Este corto describe el proceso de siembra y cosecha del maíz desde la mirada y voz de un niño (Deyvis Cerón), quien va describiendo en quechua, su lengua materna, y de modo cercano, cada momento de esta labor comunitaria, donde participan docentes, padres, madres, abuelos y estudiantes.

    El corto de estilo documental, con una voz en off en primera persona, muestra este proceso de modo cronológico, con la llegada del tiempo de siembra y sus respectivos ritos de pago a la pachamama y del preludio de la organización de la comunidad, cada uno con una tarea específica. En algún momento del corto, Deyvis, el protagonista, dice que quiere ser docente cuando sea grande, y este deseo de compartir su conocimiento y las tradiciones de su localidad van poniendo en evidencia su talento. De modo didáctico, a lo largo de diez minutos, nos va narrando impresiones, aclarando situaciones y mostrando los resultados del proceso, parte de las tareas diarias, pero también de las “clases” de la escuela. Todo esto mientras la cámara afianza lo que menciona o simplemente lo va siguiendo en cada acción: mientras usa la hoz en los maizales, cuando conversa con su madre o cuando muestra las variedades de maíz que producen en San Francisco de Pujas. Por otro lado, el corto plasma esa necesidad de sacar los aprendizajes de las cuatro paredes de las aulas y trasladarlos a la dinámica social y económica de las comunidades.

    Lo que muestra Sara Mama: Semilla Sagrada es el núcleo del cine comunitario, ya que el corto está hecho de modo participativo donde las niñas y los niños son parte del equipo de producción, desde la misma decisión de cuál historia registrar, desde qué punto de vista, quién será el protagonista o cómo se hará ese registro. Con cámara en mano, exploran su entorno y la posibilidad de trasladar el conocimiento de la comunidad en imágenes. Y sobre todo, no hay participación exclusiva de cineastas o profesionales de la producción: se trata de brindar herramientas y oportunidades para lograr este empoderamiento a través de estos cortos.

    Por ello, cuando se piensa en políticas públicas que incluyan una formación audiovisual en la educación básica, no solo se apela a la idea de que una película pueda ser tomada como herramienta pedagógica dentro de las clases, sino lograr convertirla en una práctica donde los y las estudiantes puedan ser protagonistas de sus propias producciones, despertando así diversas capacidades y competencias para la vida.

    Sara Mama es parte de las acciones de acompañamiento que realiza desde hace más de diez años Chirapaq, para seguir impulsando un cine indígena y comunitario en el país. Chirapaq cuenta con más de 25 producciones hechas de manera participativa y colaborativa, entre ellas los cortos Nanayqa Mana Chinkaqmi / El dolor no desaparece, sobre mujeres que declaran los modos de violencia de género que sufren, o Noñantarí, sobre una niña asháninka forzada a ser adulta.

    En los últimos años, el Ministerio de Cultura brinda incentivos para la realización de films en lenguas originarias, sin embargo, se trata de recursos a empresas productoras ya constituidas y con una mirada aún reduccionista sobre el cine denominado indígena. Más bien en este año del Bicentenario, un urgente punto de inflexión, urge estrategias diferenciadas para este tipo de cine, ya que su modo de producción colectivo no es el mismo de las producciones independientes locales que se suelen convocar para los estímulos anuales. Y, además, urge también articular el cine comunitario con políticas nacionales de formación audiovisual en las escuelas del país, desde el Ministerio de Educación, ya que podría ser una ruta a largo plazo que ayudaría a expandir y democratizar la práctica audiovisual y a descentrar el derecho a la comunicación y a las TIC, sobre todo en las zonas rurales del país.

    A diferencia de países como Bolivia, Brasil o Chile, en Perú el cine comunitario recién se está revalorando más allá del ámbito de las ONG. Poco a poco se va cambiando el chip sobre esta práctica participativa y educativa, que permite reducir brechas de acceso a tecnologías de la comunicación y la información, y que brinda ejercicios de autorrepresentación, muy escasos además, sobre todo de niños, niñas, adolescentes y mujeres de diversas comunidades del país.

    Sara Mama: Semilla Sagrada se podrá ver gratuitamente del 18 al 20 de febrero, en el marco del II Festival de Cortometrajes Parwarimun Muhu. Semilla que Nace, vía Facebook de Jacarandá Producciones.


    (Fuente: wayka.pe)


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