“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • “El norte sobre el vacío”, otra obra maestra de Alejandra Márquez Abella
    Por Jorge Espinoza Lasso

    Hace ya 4 años la directora Alejandra Márquez Abella nos trajo una de las mejores películas mexicanas de los últimos años: “Las niñas bien”, una mordaz, ingeniosa e impecablemente escrita reflexión sobre el orgullo y el poder. Después de semejante trabajo, las expectativas para su nuevo largometraje,  “El norte sobre el vacío”, eran altas, pero este western sobre los efectos del patriarcado en nuestro entorno las supera con creces y nos ofrece otra pieza de altísima calidad a la par de su trabajo anterior.

    Al igual que en “Las niñas bien”, “El norte sobre el vacío” comienza con una fiesta, en este caso una celebración por la caza que ha hecho don Reynaldo (Gerardo Trejoluna) de un ciervo; sin embargo, en realidad no ha sido él quien lo ha cazado, sino su sirvienta y fiel acompañante Rosa (Paloma Petra), a quien en muchos sentidos considera más cercana que sus propias hijas, Lily (Mayra Hermosillo) y Laura (Mariana Villegas), y definitivamente le tiene más aprecio que a su hijo Elías (Francisco Barreiro), del cual se especula pero no se confirma que es homosexual. El esposo de Laura, Raúl (Fernando Bonilla), desea ganarse la gracia de su suegro para quedarse con la hacienda, pero el viejo cazador puede ver las intenciones lambisconas de su yerno.

    Los ingredientes están puestos para lo que parece un drama con intrigas sobre quién heredará la tierra, pero el guion de Gabriel Nuncio y la propia Márquez Abella es mucho más inteligente y nos lleva por caminos inesperados. Todo este culebrón pasa a segundo plano cuando violentos maleantes llegan a la hacienda y le exigen dinero a don Reynaldo a cambio de su protección. Entonces la historia saca a la luz sus verdaderas temáticas y nos revela poco a poco, de manera tensa y efectiva, sus intenciones. 

    Lo brillante de las películas de Márquez Abella es que exploran sus temas desde el punto de vista de los opresores, del origen del problema: mientras que en “Las niñas bien” nos muestra el clasismo y el privilegio desde la perspectiva de una mujer rica caída en desgracia, aquí la masculinidad y su violencia son vistas desde la óptica de un cazador machista. Ambos personajes son guiados por el orgullo, y el mundo se encarga de ponerlos en su lugar haciéndoles ver lo insignificantes que son frente a los propios sistemas que defienden: la protagonista de “Las niñas bien” es rechazada por las mismas amigas que días atrás, bajo sus propias órdenes, excluían a otra; Reynaldo se vuelve víctima de la violencia que él mismo antes ejercía sobre los animales de la región.

    De todos los mensajes de la película, probablemente el más poderoso sea a la vez el más sutil: los efectos de la violencia masculina en la naturaleza. Cuando un niño llora ante la muerte de un cabrito, se le pide que sea un hombrecito y que son “ellos o nosotros”; al ser atacado por asesinos, Reynaldo ve con pavor a los rostros de los ciervos que ha matado, cuyas cabezas parecen juzgarlo desde la pared; la propia hacienda causante de la disputa fue fundada a causa de la muerte de un puma. La directora poco a poco nos revela cómo el patriarcado no solo nos afecta a nosotros, sino que sus principios tóxicos de violencia y conquista tienen consecuencias directas en cómo tratamos a nuestro entorno, a la llamada “madre naturaleza”.

    El elenco es excelente en todos momento. Vale la pena destacar, además de los actores ya mencionados, el trabajo de Raúl Briones (“Una película de policías”) como el maleante amenazador: con tan solo dos escenas logra transmitir de manera efectiva el peligro al cual se enfrenta nuestro protagonista, y la crueldad de la que son capaces estas personas con tal de obtener lo que quieren.

    La brillante dirección construye una tensión creciente y un ambiente de fatalismo inevitable. La película definitivamente exige paciencia del espectador, pero la recompensa con una historia con múltiples niveles de conflicto que resulta gratificante tanto a nivel emocional como intelectual. La toma final cierra tan bien los temas explorados y dice tanto sin tener ni una sola palabra que dejará boquiabierto a quien haya aceptado el viaje propuesto por la directora.

    “El norte sobre el vacío” no solo es una película relevante por su temática, es una historia poderosa por su gran cuidado técnico y dominio de la narrativa cinematográfica. Alejandra Márquez Abella demuestra una vez más su talento para construir personajes complejos desde ópticas que no cualquiera aborda. Estamos expectantes por cómo nos sorprenderá con su siguiente trabajo.

    “El norte sobre el vacío” ganó Mejor Película, Mejor Guion y Mejor Actor en el Festival Internacional de Cine de Morelia 2022  y ya está disponible en Prime Video.

    (Fuente: Laestatuilla.com)


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