Sueños robados, una obra que eleva el nombre de cine nacional
Por Mattheus Rocha
Ganar la custodia de la hija, formar una família o celebrar una fiesta de quince; las amigas Jéssica, Sabrina y Daiane no quieren nada muy complicado, apenas ser felices. Pero los sueños de las tres muchachas han sido robados. Violencia, prostitución, abuso sexual, falta de perspectiva… vivir en la periferia de una gran ciudad no es nada fácil. Basado en el livro As Meninas da Esquina de Eliane Trindade. El mayor logro del nuevo filme de Sandra Werneck Sueños robados es la humanización de los personajes. No es preciso vivir en una favela ni sufrir los mismos problemas de estas muchachas para conmoverse con ser sus sufridas trayectorias e identificarse con ellas. Quién no tiene sueños, al mismo tiempo tan tangibles como distantes?
Sueños Robados es un filme de tema complejo, que pasó por la mano de varios guionistas antes de tomar forma. Jéssica tiene 17 años, le encanta bailar, tiene un abuelo enfermo y una hija. Se prostituye para conseguir dinero para la casa. Cuando la familia del padre de la niña se entera de sus desventuras, asumen la custodia de la misma. Sabrina se involucra con un traficante y quedaembarazada Daiane fue abandonada por los padres, vive con sus tíos y sufre abusos sexuales dentro de la propia casa. Más, a pesar de que las protagonistas están expuestas a una realidad cruel y excluyente, sus conflictos no son privativos de las favelas. Desgraciadamente, cada vez más vemos a jóvenes de los buenos barrios con problemas semejantes.
Desintegración familiar, soledad, dificultad de vencer en la vida. Problemáticas postmodernas generadas no sólo por la mala distribución de la riqueza, sino, principalmente, por hacer banal la vida y los valores humanos. Las personas son tratadas como meras mercancías, como objetos. Sueños Robados desnuda una sociedad que finge no vestir la capucha de la hipocresía, pero sin ofrecer soluciones. El filme al menos muestra que existe la posibilidad de encontrar un futuro, con el apoyo de amistades verdaderas y fuerza de voluntad. En un mundo rodeado de maldad, todavía hay espacio para la ética y los buenos sentimientos.
El filme contó con un elenco y un equipo técnico fantásticos. Walter Carvalho en la fotografía, Ricardo y Rogério Blat en la preparación de los actores, un joven trío de protagonistas (Nanda Costa, Amanda Diniz e Kika Farias) actuando como actores adultos y experimentados, dirección sensible y firme de Sandra Werneck, un guión redondo y sin cabos sueltos, renombrados actores en los papeles secundarios… en fin, Sueños robados es una obra que eleva el nombre de cine nacional.
(Fuente: Redebrazucah.com.br)