“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Cristián Galaz. Un chacotero muy serio
    Por Luis Klener

    EL director de El chacotero sentimental, Cristián Galaz, entre dos protagonistas de la película, las actrices Tamara Acosta y Lorene Prieto.
    A los 12 años, el director del éxito de taquilla El chacotero sentimental pegó carteles por Salvador Allende: más tarde realizó videos de denuncia contra la dictadura en "Teleanálisis" y después dirigió una serie de videos musicales del Illapu y Los Prisioneros. Hoy, a los 41, Cristián Galaz es uno de los dirigentes del movimiento artístico "Plataforma audiovisual", un espacio que se manifiestan y movilizan por el fomento de la cultura y una ley para los realizadores audiovisuales.
    Con el éxito de su última película como mochila, donde se narran tres historias inspiradas en el programa radial del mismo nombre, este cineasta habló con PF en su productora del barrio Nuñoa.

    ¿Cuál fue tu intención cuando hiciste "El chacotero sentimental"?

    "Creo en el cine chileno y considero importante que se exprese con fuerza y claridad. "El chacotero sentimental" es un cine que se puede hacer en Chile. No se basa en grandes producciones o efectos especiales, es muy simple y sencillo. Narra historias nuestras con nuestros personajes. Esto ha motivado buenas críticas, un respaldo del medio cinematográfico y gran apoyo del público. Lo último es especial porque hasta ahora las películas chilenas han estado relegadas a segunda o tercera posición. Tienen el estigma de que se oyen mal, se ven mal o son aburridas. Pero es un mito, porque esta película se ve 'la raja', se oye 'la raja', y cuenta historias entretenidas y profundas. No hay por qué hacer películas tontas para llegar al público".

    En tu película se trata el tema del doble discurso y problemas que afectan a este "jaguar" subdesarrollado. ¿Crees que somos un país hipócrita?

    "Nos hemos movido mucho con la hipocresía en la política, economía y en la cultura. Creo que es importante enfrentarnos a eso. Por ejemplo, en la segunda historia que se narra en la película se presenta un problema que tiene trasfondo social y cultural: el incesto. Esto no se nombra, se oculta en nuestra sociedad(1).

    En otra historia se trata en forma tragicómica el hacinamiento, la falta de espacio de una pareja para hacer el amor. Es otra realidad, pero tampoco se toca porque pareciera que el tema del sexo es menos importante que otras cosas, lo que no es verdad. Lo que valora la gente es que estas historias están contadas desde ellos mismos. No se hace una caricatura, simplemente se muestra a la gente como es.

    Tampoco nos quisimos ir de tesis ni hacer la gran 'película sociológica'. ¡El cine es para disfrutarlo! Pero no vamos a hacer películas tontas o ligth. Hay que hacer películas con todo, el cine es un instrumento de comunicación muy amplio. No hay que desaprovecharlo haciendo cosas que nadie entiende. Hay autores como Silvio Caiozzi, Ricardo Larraín y Andrés Wood que marcan una línea en ese sentido. Yo la continúo.

    El pueblo se siente identificado, especialmente con la tercera historia que filmamos en la Villa El Volcán de Puente Alto. Cuando fuimos a exhibir la película, la gente lloró, porque sintió que no son desechables como se les quiere hacer creer. La sociedad los ha desechado. Los mandó a vivir en la miseria y no les ha dado oportunidades. Viven en la miseria económica y cultural. Allí no hay oportunidad de ir al cine, ¡si ni siquiera tienen plata para la olla!".

    Una de las críticas que se hacen al cine chileno es que sólo se insinúan. En esta película hay incesto, hacinamiento, cartuchismo, doble discurso y pobreza. ¿Nuestro cine debe tomar esos temas?

    "Eso es lo que la película rescata. Aunque el programa de radio 'El chacotero sentimental' le ponga nombres raros a los hechos -por ejemplo, 'grado 3'-, la gente dice ahí cosas crudas, cuenta la firme; en el fondo, se trata de las cosas por su nombre. Hay que dejar de hablar en forma ambigua. Valoramos la espontaneidad, pero no nos atrevemos. En cambio, nos encantan los centroamericanos que son tan espontáneos. En Chile se teme mucho al conflicto, porque vivimos un trauma muy grande con el golpe de Estado. La dictadura nos marcó. Decir las cosas por su nombre durante 17 años fue castigado, a veces con la desaparición. El temor se ha ido prolongando, aún no somos capaces de hablar sin tapujos. Siempre estamos utilizando eufemismos. Los chilenos tenemos un doble discurso, se dice una cosa en público y se hace otra en lo privado. En la película, a través de un relato fílmico, se trata de mostrar nuestra naturaleza más profunda".

    UN CINE PROPIO

    "EL Rumpy", conductor del programa radial en que se inspiró la película, ahora también es actor.
    Una escena de la película muestra a una mujer casada, voluptuosa, con un taxista, su "amante". Están desnudos en la cama, pero cuando se abre un plano general aparece un parche negro sobre el pene del galán. ¿Hay intención de denunciar la censura?

    "Sí, claro, la escena es un guiño a la censura. Un guiño explícito, porque le pusimos sonido fuerte. La censura en Chile es un freno a la cultura, mucho más grave que la pobreza de recursos, porque al final todos terminamos autocensurándonos ideas y creatividad. Lo que hemos hecho con la película es un peldaño para superar la censura, para que la gente enfrente sus problemas con más soltura. Ya pasó la época en la que había que ponerse coraza para no sufrir. Ahora hay que liberarse, hay que trabajar, este país nos pertenece a todos".

    ¿Cómo es eso?

    "Este país se lo tomó un grupo hace rato, pero nosotros merecemos una parte de él. En el cine venimos hablando hace mucho tiempo de una ley de fomento audiovisual, pero aprendimos que hay que salir a la calle para exigir cine para Chile, que sea valiente, que muestre el país como es, pero también que lo haga divertirse. Esa fue la exigencia que hicimos el Día Nacional del Cine. El próximo año, cuando se envíe ese proyecto de ley, vamos a tener que salir a la calle para que se apruebe. ¡Y esa ley no será sólo para los cineastas, será para Chile! Estamos tratando de generar una gran fuerza propia, independiente, autónoma, que no se deje engañar y que, con métodos propios, eche para adelante y le dé cine al país".

    Galaz critica las actuales políticas de fomento a la cultura y las artes. Reclama mayor apoyo del Estado, y manifiesta decepción por los diez años de democracia "que, a fin de cuentas, han invertido más recursos en la compra de armas que en cultura".

    "Con lo que cuesta un tanque podríamos financiar políticas culturales durante diez años. Hicimos esta película con 50 millones de pesos y un tanque debe costar mil 500 millones. Por la buena no vamos a conseguir nada. Durante diez años lo intentamos y nos fue mal. Seguiremos conversando, pero también le diremos a la gente, en la calle, que merecemos un espacio. En Chile, con la CORFO hubo una política de fomento. Pero lo que se está haciendo hoy es mínimo. Estamos peleando una ley de fomento audiovisual que genere políticas de largo plazo y donde el Estado desempeñe un rol fuerte. Debemos unirnos para crear un referente en torno a la cultura. Una especie de parlamento que nos dé voz y fuerza para que nadie nos pase por encima".

    Al mostrar en tu película la Villa El Volcán, las famosas casas COPEVA, ¿hay un llamado a esa población o al país?

    "Es un llamado al país para que comprenda una realidad como la de esa villa. Un llamado al entendimiento, desde la emoción, con personas que viven y sufren. En los personajes hay una gran dignidad humana, que no se rompe ni se muere por vivir en la miseria. Sigue organizada, es muy fuerte, ha conseguido multicanchas... y tiene gran solidaridad. A nosotros nos recibieron con un cóctel; las mujeres se juntaron, hicieron un quequito y me entregaron un diploma. No fuimos a enseñarles nada: ellos nos enseñaron la fuerza de la organización independiente. En la película se muestra eso. Todos merecemos un trato más digno, pero la dignidad no la regalan: tú la construyes. Eso nos enseñó la gente de El Volcán.



PELICULAS RELACIONADAS
El chacotero sentimental


BUSQUEDA DE TEXTOS









RECIBA NUESTRO BOLETIN

APOYO DE
COLABORACION
Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.
©Bootstrap, Copyright 2013 Twitter, Inc under the Apache 2.0 license.