“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENSAYO
  • Hermosillo: mucho sexo, nada de pudor y lágrimas
    Por Rafael Aviña

    Cineasta clave del cine echeverrista y el sexenio que siguió, Jaime Humberto Hermosillo pronto se reveló como un realizador a contracorriente, agregando frescura y situaciones insólitas a un cine mexicano que dejaba atrás las fórmulas más socorridas de la época de oro para explorar nuevos caminos y temáticas, en relatos intimistas donde el sexo, los secretos de familia y las ambiguas relaciones de pareja dejaban entrever pasiones frustradas, paranoias sociales y homosexualismo latente en espléndidas obras como El cumpleaños del perro (1975), La pasión según Berenice (1976), Matinée (1977), Naufragio (1977), Las apariencias engañan (1983) o Amor libre (1978).

    Después en su cine empezaron a aparecer baches creativos y obviedades que le llevaron a realizar obras como Doña Herlinda y su hijo (1985) o Clandestino destino (1987), para recuperarse a principios de los noventa con Intimidades en un cuarto de baño (1989) y La tarea (1990), y de nuevo sumergirse en un complaciente cine de destape acorde a los tiempos actuales para explorar y explotar de manera incluso demasiado burda, sus temas de erotismo y sexualidad gay que fueron el sello sutil de sus primeros trabajos y ahora aparecen como una suerte de lastre que le han llevado a arrinconarse al cine digital, en el que cabe una muy válida experimentación y a su vez, una suerte de atrincheramiento creativo y confesional.

    Como ocurre con Exxxorcismos (2002) su primer película en video digital, tanto El misterio de los almendros como El malogrado amor de Sebastián y El edén, realizadas entre 2003 y el presente año, Hermosillo concibe relatos de demonios interiores con escenas audaces de pasión homoerótica en tonos y géneros que van del thriller de suspenso al melodrama, y de ahí a la farsa, en la que abundan las concesiones para el retrato de amoríos homosexuales frustrados, los coqueteos con el porno gay, los giros dramáticos excesivos y poco creíbles, y el retrato de una nueva cultura homosexual que abarca por igual esferas intelectuales o gimnasios y/o centros de terapia sexual donde “el sexo es gratis. Lo que cuesta es la ternura”, con resultados tan disparejos que van del humor involuntario o la confesión lacrimógena, a los planteamientos valientes y agresivos siempre admirables en su filmografía.

    Hermosillo, cineasta a quien se le deben los primeros retratos subversivos de un cine que trataba de evadir la moralina de la censura, intenta revitalizar relatos suyos como lo serían: Las apariencias engañan o Doña Herlinda y su hijo, en los que recurre a los amigos de siempre —entre intérpretes e intelectuales—, y actores fetiche de su cine como María Rojo y Alberto Estrella. El misterio de los almendros, quizá la más lograda, con un acento más clásico o tradicional en la línea del suspenso, resulta un curioso experimento con el que regresa a sus propuestas de bajo presupuesto: dos locaciones base (una oficina y una vetusta hacienda), cinco actores y una atractiva fotografía digital a cargo de Jorge Z. López, quien se ha convertido en su operador de cabecera, responsable asimismo de las imágenes de Una de dos (02) de Marcel Sisniega.

    Luego de una escena de sexo entre un joven detective y su novia, en la que aquel muestra un ambiguo rechazo, éste y un colega suyo son contratados para investigar el caso de una joven desaparecida y el de una pintura suya, en una hacienda donde una viuda (María Rojo) de mente abierta vive cotidianamente rodeada de intelectuales, artistas extravagantes y homosexuales. Para ello se hacen pasar por una pareja gay y a partir de una investigación muy elemental salen a relucir sus fobias y frustraciones para descubrir que “el crimen y el acto amoroso forman una unidad” (¿?).

    Por su parte, con base en un fragmento de Agápi Mu del escritor y ex dirigente estudiantil Luis González de Alba, que narra una frustrada relación homosexual entre dos jóvenes, uno de ellos casi adolescente, El malogrado amor de Sebastián, resulta una suerte de Sublime amor juvenil (gay) u Hombres, casos de la vida real. Ello, debido a largos diálogos casi de telenovela con actuaciones en la misma tónica para contar un fugaz idilio que crece en un parque público y en el departamento de un ingenuo preparatoriano de provincia (Leonardo Gaeno), roto por una tragedia que resulta excesiva y que finaliza con el ritual sacrificio de éste en un cine de ligue gay donde se exhibe Las apariencias engañan, lugar en el que es sodomizado por varios de los asistentes.

    En el extremo opuesto de aquella, El edén plantea una utópica historia de regocijo sexual donde el erotismo (en particular la relación) tiene poderes terapéuticos para ancianos enfermos y cuya farsa es una mezcla del más desatado Hermosillo y Almodóvar, en la que cabe, entre otros, una mecenas tuerta (María Rojo), un líder que es madre y padre de varios jóvenes y al que llaman “Eva” (Alberto Estrella) y múltiples referencias habladas a cintas francesas.

    Hermosillo: a lot of sex, nothing of chastity and tears
    By Rafael Aviña

    A key filmmaker of the Echevarria’s period and of the six-years that followed, Jaime Humberto Hermosillo soon  showed himself as a filmmaker who ran against the wind, adding freshness and unusual situations to a Mexican cinema that  left behind the most hackneyed formulas of the Golden Age to explore new paths and topics in  intimate stories where the sex, the family secrets and the ambiguous couple relationships discovered frustrated passions, social paranoias and latent homosexuality in splendid works as El cumpleaños del perro (1975), La pasión según Berenice (1976), Matinée (1977), Naufragio 1977), Las apariencias engañan  (1983) or Amor libre (1978).

    After this period, began to appear creative bad times and obvious elements that led him to make works as Doña Herlinda  y su hijo (1985) or Clandestino destino (1987), until he recovered at the beginning of the 1990s with Intimidades en un cuarto de baño (1989) and La tarea (1990), and again to immerse himself in an indulgent cinema of sex exploitation according to the current times in order to explore and exploit even in a coarse  way, his  topics of eroticism and gay sexuality that were the subtle stamp of his first works and now they appear as a burden  that  have taken him to an alienated position into the digital film, in which it is possible  a very valid experimentation and, at the same time, a kind of  creative and confessional entrenchment .

    As it happens with Exxxorcismos (2002), his first film in digital video, El misterio de los almendros, El malogrado amor de Sebastián and El edén that were made between 2003 and this year, Hermosillo conceives stories of inner demons with audacious scenes of homoerotic passion in tones and genres which move themselves from the suspense thriller to the  melodrama, and from there to the farce, in which the concessions are plentiful for the portrait of the homosexual frustrated affairs, the flirtations with the gay porn, the dramatic and  excessive not very believable turns, and the portrait of a new homosexual culture that covers equally intellectual spheres as gyms or centers of sexual therapy where "sex is free. What has to be paid is tenderness", with so uneven results that move from the involuntary humor or the tear confession, to the valiant and aggressive positions that are always admirable in his films.

    Hermosillo, the filmmaker to whom we  owe the first subversive portraits of a film  that try to avoid the censorship moral and he  revitalizes his own stories as: Las apariencias engañan or Doña Herlinda y su hijo, in which he appeals to his usual  friends – among  interpreters and intellectuals -  and fetish actors of his films such as María Rojo and Alberto Estrella. El misterio de los almendros, maybe the most achieved one, with a more classic or more traditional accent in the suspense line, it is a result of a curious  experiment with which he  returns to his proposals of: low  budget: two location as set (an office and a very old country property), five actors and an attractive digital cinematography by Jorge Z. López who has become his favorite director of photography, also responsible  of the images of Una de dos (02) by Marcel Sisniega.

    After a sex scene between a young detective and his girlfriend, who he shows an ambiguous rejection, he and his colleague are hired to investigate the case of the missing of a young girl and her painting, in a country property where an open mind widow (María Rojo ) lives daily surrounded of intellectual, extravagant and homosexual artists. The two men passed themselves off as a gay couple, so starting from a very elementary investigation, it arises their  phobias and frustrations to discover that "the crime and the loving act form an unit" (?).

    On the other hand, based in a fragment of Agápi Mu that belongs to the writer and  former student leader Luis González de Alba, which narrates an homosexual frustrated relationship between two young men, one of them almost an adolescent, El malogrado amor de Sebastián is a kind of Sublime amor juvenil or Hombres, casos de la vida real. That, due to long dialogues almost soap opera-like with performances in the same tone to tell  a fleeting idyll that grows in a public park and in the apartment of a naive  high school country boy  (Leonardo Gaeno), an idyll turns apart by a tragedy that is excessive and that concludes with the boy's ritual sacrifice in a gay movie theater where is exhibited Las apariencias engañan, a place where he is sodomized by several of the spectators.

    Opposite to that, El edén shows an Utopian story of sexual rejoicing where the eroticism (in particular the relationship) has therapeutic powers for sick old men and whose farce is a mixture of the most bold Hermosillo and Almodóvar, in which it is possible, among other, a  woman patron, who is  blind in one eye (María Rojo ), a leader that is mother and father of several youths and  to whom they call "Eva" (Alberto Estrella ) and numerous verbal references to French films.


    (Fuente: www.elojoquepiensa.com)


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