“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Una sombra al frente confirma interés de Augusto Tamayo en cine histórico
    Por Eduardo Rodríguez A.

    ¿Cuál es la trama de Una sombra al frente?

    Es una parte de la vida de un personaje, a través del que se retrata un momento de la historia del Perú a principios del siglo XX cuando hubo intentos de relanzar al país mediante una serie de obras cargadas de una actitud y un espíritu de progreso propio de esa época. Todo esto reflejado por el protagonista que es Enrique Aet, un ingeniero, la profesión emblemática de la construcción y desarrollo. Él tiene un proyecto, intenta ponerlo en práctica y fracasa, pero en el transcurso de la historia el va luchando contra la adversidad para poder culminarlo. Dentro de ese contexto se presenta una vida familiar, una vida política y una vida sentimental con dramas y afirmaciones que nos encaminarán a ver qué desenlace lleva esta historia.

    ¿Cuánto tiempo ha venido trabajando este segundo proyecto?

    La idea de hacer esta película, basada en una novela de mi padre publicada en 1973, la tenía hace muchos años, el nombre original de la obra es Una sola sombra al frente. Yo he hecho una adaptación libre, reduciendo el título, y bueno empecé a trabajarla apenas culminó el proceso del Bien esquivo. Comencé a escribir el guión a partir del 2002, y tuve varios atrasos hasta que lo culminé en el 2005 y se empezó a realizar hasta ahora que ya está por estrenarse.

    ¿Cuántas personas conformaron el equipo técnico y qué personas tuvieron los cargos más representativos como fotografía, sonido, montaje, etc?

    La cantidad exacta no la tengo, pero las personas que han trabajado continuamente en los 8 meses de rodaje y la pre producción son 25. Los cargos representativos han recaído en Natalie Hendrickx (Producción), Juan Duran (Dirección de fotografía), Rosa María Oliarte (Sonido), Víctor Villavicencio (Música), Martín Haro y Cinthya Mcketh (Edición), y mi persona en Dirección de arte.

    ¿Cómo fue el trabajo con los actores?

    Bueno, tengo 30 años de experiencia en el campo del cine, y en todo ese tiempo he podido vincularme y ser amigo de un número grande de actores peruanos, a los cuales les tengo un gran respeto y aprecio. En ese sentido, el trabajo con actores para mí es un placer, pues con ellos puedo construir y buscar que sientan el personaje logrando que esté dentro de los lineamientos que el guión va marcando, y sumado a eso los aportes que cada uno de ellos brinda.

    Además siempre trato de crear un clima agradable, concentrado, disciplinado y de mucho respeto, generando que los actores den mucho de sí, entregándose y comprometiéndose con el proyecto. Todo esto en conjunción tiene un resultado positivo. 
     
    ¿Cómo fue el proceso de ambientación de escenarios y confección de vestuarios?

    Eso es algo que me gusta mucho hacer. Te cuento que el primer trabajo que hice en cine el año 1976, en un largometraje, fue Dirección de Arte en Muerte al amanecer, la primera película de Lombardi. Yo estudié arquitectura, por lo tanto tengo un interés particular por los diseños arquitectónicos, por la ciudad, y por otro lado un interés cada vez mayor por la historia del Perú que me motiva a investigar y leer.

    Entonces la suma de ambos intereses me llevó a desempeñar la dirección de arte en las dos películas que he realizado. La manera como hago este trabajo la desarrollo con mucho tiempo acumulando datos; me gusta pasear por Lima e ir encontrando locaciones que me pueden servir para una película, incluso antes del inicio del proyecto. Así voy como guardando en un archivo mental esos lugares que tienen sabores y texturas.

    Para el vestuario recopilé muchas imágenes de grabados y pinturas como en el caso de El bien esquivo y en este caso de Una sombra al frente, muchas fotografías de una época llena de imágenes. Entonces en base a ello mando a confeccionar con Leslie Hinojosa, una vestuarista de experiencia, los trajes. Juntos los vamos diseñando, ella los confecciona y así acumulamos el vestuario, que ha sido grande para esta realización ya que hay escenas con muchos extras, aproximadamente unos 50 o 60 vestidos con trajes de la época.

    Ya nos ha esbozado un poco el interés que tiene por la historia, sin embargo para profundizar quiero hacerle la siguiente pregunta. ¿Por qué continuar con el cine de época, se busca revalorar parte de nuestra historia e iniciar una búsqueda de identidad nacional con sus dos películas?

    En primer lugar hay que distinguir lo que es el cine de época del cine histórico. El primero es aquel que ubica una historia cualquiera en una época determinada, puede haber hasta cine de época literario, es decir una adaptación de una novela, incluso cualquier western podría serlo. Pero el cine histórico es aquel que está intentando representar momentos de la historia de un lugar, con personajes propios de ese contexto, y más aún, su propósito no es simplemente divertirse con ropa rara y ambientes antiguos, sino encontrar una historia que refleje nuestro pasado y aquí entra lo que usted ha dicho sobre identidad que es absolutamente válido.

    Si uno busca una definición de lo que es identidad en un libro de psicología, encontrará que identidad es la conciencia de una continuidad en el tiempo. Cuando digo mi identidad, es porque tengo conciencia que soy el mismo desde que nací hasta hoy, mi identidad no está en este instante, sino en todos los momentos que hacen que sea yo, e igual pasa con los pueblos, su identidad está en función de lo que han sido.

    Por lo tanto creo que es una terrible limitación en general de una cultura, cuando no tiene un contacto con su pasado. Europa es lo que es porque tiene un contacto permanente con su historia y eso no debería sorprendernos, más bien me sorprenda que sorprenda tanto. En el Perú tenemos una vocación adánica de pensar que la realidad empieza el día de hoy, y eso es un error infantil y tan inmaduro, que a veces me sorprende.

    Cito nuevamente a Europa como la demostración al igual de toda sociedad milenaria, de que todo, hasta el desarrollo de una sociedad, se sustenta en una conciencia de ser lo que eres, y ser lo que eres es tu pasado. Me es raro entonces que la gente se sorprenda de que aquí en el Perú se quiera hacer cine histórico, cuando de lo que se trata es hablar de nosotros mismo no en términos individuales, sino colectivos, que es lo que toda sociedad debe estar haciendo siempre, reflexionar sobre sí misma en términos colectivos y eso es la historia, identidad colectiva.


    (Fuente: La trinchera del cine)


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