Leonardo Henrichsen filmó su propia muerte. Estaba de pie, en plena calle de Santiago de Chile, filmando las acciones militares que seguían al primer intento de golpe de estado contra el presidente Salvador Allende, aquel conocido como “el Tanquetazo”, en junio de 1973, cuando un esbirro le apunta y dispara. La imagen final de su vida fue justamente el rostro de su asesino.

Justo Imagen final será el título del tercer largometraje de Andrés Habegger, con el cual este joven realizador argentino pretende relatar la historia de un continente desplegada en las imágenes de un sólo hombre. Y es que, a partir de ese acontecimiento trágico, su película quiere revisar pasado y presente, con la esperanza de dotar de sentido a décadas de silencio y miedo.

Andrés Habegger, quien tiene en su haber los cortos Azul (1994), El incierto azar de la conciencia (1996), Rostro, rostros (1997), Desechos (1997) y Patria (1999); y los documentales Cuando los santos vienen marchando (2004) e Historias Cotidianas (2000), hace con esta una obra que recorre décadas de traumas sociales en América Latina.

Imagen final parte de aquel suceso que nunca tuvo justicia ni culpable y llega hasta la familia del camarógrafo, que está embarcada en la tarea de desenterrar la memoria de su padre y los eventos que llevaron a su asesinato y empujaron a Chile a 20 años de dictadura.

Maximiliano Dubois, productor de Habitación 1520, gestora del documental, indica que “El asesinato de Leonardo Henrichsen es un hecho sumamente complejo. Reconstruir los hechos, las acciones y sus consecuencias demandó un larga investigación –que en varios aspectos aún continua- y que se centró en la recopilación de su bibliografía a través de la utilización de fuentes como periódicos, revistas y fotografías. El archivo fílmico producido por Leonardo también es importantísimo, material de Sucesos Argentinos, de la Televisión Sueca y de otros canales para los que trabajó. A su vez, durante la investigación también fueron fundamentales los encuentros con quienes fueron sus compañeros de trabajo, su familia, el jefe y la sonidista que se encontraban con él en el momento de su asesinato. El proyecto tiene una cierta complejidad, porque involucra al menos a tres países: Argentina, porque era el país de origen de Leonardo y donde trabajo muchos años; Chile, porque fue el lugar donde lo asesinaron y donde se encuentran todos los testigos; y por último Suecia, dado que su último trabajo fue de corresponsal para la Televisión Nacional de Suecia; para ellos filmaba cuando lo asesinaron. Allí vive actualmente quien fuera su jefe y quien fuera su sonidista aquel día.”

Esta producción reincide en uno de los temas que más ha explorado esta productora; tal y como lo define Dubois, la “búsqueda y reafirmación de la memoria”. De hecho, películas anteriores como Nietos, identidad y memoria, de Benjamín Ávila, y Los próximos pasados, de Lorena Muñoz, llevan el denominador común de escudriñar en el pasado en busca de explicaciones para tópicos dolorosos del presente. Y la exploración del proceso de recuperación de la memoria de una familia que acoge Imagen final es ser fiel a esa línea de compromiso con el presente y con el cine como herramienta de conocimiento.

El documental, que ha contado con el premio al desarrollo de IBERMEDIA y fue declarado de Interés por el INCAA y la Cancillería de la Nación Argentina, tuvo coproducción de WG Film de Suecia, Magic Hour Films de Dinamarca y APLAPLAC de Chile.

Andrés Habegger nació en Buenos Aires en 1969 y se ha desempeñado como documentalista y profesor en escuelas de cine. Durante dos años fue responsable del Área de Cine Documental del Museo del Cine de la Ciudad de Buenos Aires. Esta su nueva película debe estrenarse en octubre de 2007.