Un niño descubre el amor mientras sus padres enfrentan la infidelidad en su relación; una chofer de guagua pública recibe una propuesta de matrimonio de un hombre desconocido que amenaza con suicidarse si no lo acepta; dos ancianos luchan por reconquistar el corazón de la mujer que ambos amaban. ¿Qué tienen estas situaciones en común? Un serio padecimiento de "maldeamores".
Apropiadamente así se titula el encantador filme de la pareja de directores boricuas Carlitos Ruiz y Mariem Pérez y producida por el reconocido actor puertorriqueño Benicio del Toro. La cinta ha recibido una tremenda aceptación en varios festivales de cine, incluyendo el de Tribeca en Nueva York donde causó sensación en el público.
Maldeamores presenta los tres casos anteriormente mencionados adoptando la modalidad empleada por películas como Shortcuts, Magnolia y Babel de contar varias historias a la vez. Sin embargo, mientras en esas cintas las vidas de los protagonistas se interconectaban, en éste los personajes no parecen compartir tiempo ni espacio y lo único que los une son los conflictos del corazón.
El largometraje consigue efectivamente compactar en tan sólo 80 minutos de duración las altas y bajas emocionales que padecen las personas cuando del amor se trata: la inocencia de un primer beso, la pasión a ciegas que llega con la adultez, los cantazos que sacuden un matrimonio y hasta los miedos a la soledad que llegan con la vejez.
La magia del filme recae sobre su fabuloso guión de la autoría del propio Carlitos Ruiz junto a Jorge González. Escrito sin inhibiciones y cargado de un fuerte lenguaje coloquial, el diálogo se siente genuino y captura perfectamente la manera como hablan diariamente muchísimos puertorriqueños. Esta cualidad no sólo les provee autenticidad a los personajes sino que también conecta directamente con el espectador.
De igual forma, el elenco realiza un maravilloso trabajo al darles vida y carácter a los protagonistas del libreto. En el corto tiempo que se le provee a cada historia, el talentoso grupo de artistas -que incluye a Luis Guzmán, Teresa Hernández, Luis Gonzaga, Dolores Pedro, Silvia Brito, "Chavito" Marrero y Miguel Ángel Álvarez- presenta en pantalla unas actuaciones memorables, balanceándose como todos unos maestros de su arte entre los géneros del drama y la comedia.
Por su parte, el futuro del dúo de directores en el medio cinematográfico se vislumbra como uno bien prometedor dado a que su trabajo tras las cámaras en éste -su primer largometraje- resultó genial. El matrimonio de cineastas demuestra un magnífico dominio del humor negro para lograr la difícil tarea de generar carcajadas en el público que en esencia está observando las penas de un grupo de personas.
Mención aparte merece el trabajo de edición de Mariem Pérez que mantiene un control excelente del ritmo entre las tres historias. En ningún momento el público se siente perdido y Pérez corta de una trama a otra en los instantes precisos para contrarrestar momentos de tristeza con alegrías.