The Wind and the Water (El viento y el agua) es un largometraje panameño realizado por el colectivo Igar Yala, que se presentó en la pasada edición del festival de Sundance. Se trata de una tierna pero poderosa historia del transito de la adolescencia a la adultez. Un filme poco frecuente que ofrece una mirada  sobre como se verifican la identidad, el transito a  la juventud, y los cambios culturales en un pueblo típico de la periferia  rural.

Machi y Rosi son dos niños nativos Kuna Yala nacidos al mismo tiempo pero que viven bajo circunstancias muy diferentes. Machi  ha crecido en territorio Kuna Yala y habla la lengua materna. Han aprendido la manera tradicional de pescar. Rosy ha crecido en la ciudad de Panamá hablando español, usa combinaciones de ropa modernas y tiene el sueño de convertirse en una supermodelo. Cuando los jóvenes cumplen 15 años una gran compañía de inversiones tiene a los territorios Kuna Yala en el punto de mira.  La compañía pone una enorme maquinaria para desplazar a las comunidades aborígenes y construir instalaciones hoteleras junto a las prístina costas de la comunidad. Lo que la compañía ignora es que el sencillo viento que sopla entre dos cocoteros es capaz de otorgarle una poderosa fuerza a Machi y Rosi que será muy difícil de derrotar.
El estilo fílmico de Vero Bollow y el colectivo Igar Yala posee un ímpetu muy  particular que se caracteriza por la utilización de ritmos musicales y una fluidez electrizante, y al mismo tiempo simple y preciso: El viento y el agua es un ejemplo magistral  de una narrativa inter generacional que irradia rayos de esperanza y ternura.

Este filme nace del espíritu de un colectivo. El grupo que realizó el filme estuvo integrado por jóvenes kunas de la ciudad y el campo en colaboracion con jóvenes y adultos de otros países. El colectivo luchó por realizar una historia que ilustrara las relaciones entre las culturas, particularmente entre las culturas jóvenes, un filme que pudiera dialogar tanto con los nativos kunas y como con  el público general . Las decisiones del proceso creador del filme se tomaron de forma colectiva y no regidas por una única decisión autoritaria. Todos los participante interpretaros más de una función.  En este set muchos comenzaban el día como actores, eran escritores al mediodía, y terminaban el día dirigiendo.  Como cada escena está basada en la experiencia real de cada miembro del colectivo,  la historia se enriquece  irradiándose desde diversos centros.  Aunque el filme es evidentemente narrativo, no trabaja con actores profesionales, cada persona que aparece en pantalla está interpretando de cierta manera una variación de su experiencia personal.