“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA
  • Regresados: Ejercicio para cinco prisioneros de una noche
    Por Claudio D. Minghetti

    En 1999, 76-89-03 llamó la atención de la crítica, pero especialmente del público. Después se convirtió en una de las que más se repitieron por la pantalla de Volver. Sus directores fueron Flavio Nardini y Cristian Bernard. En 2007, los dos volvieron a sorprender en el Festival de Mar del Plata con Regresados, que estrenó hace pocos días Distribution Company. En su segundo largometraje, Nardini y Bernard cuentan las historias que viven cinco ex compañeros del secundario que se reencuentran una noche, veinte años después. La película reunió a Coni Marino, Luciano Cazaux, Marcelo Sein, Luis Sabatini, Diego Leske, Carlos Issa, el español Francisco Nepomuceno y también a Diego Capusotto y Roberto Carnaghi.

    -¿Sonrisas o lágrimas?
    Nardini: -Es una buena pregunta. Es una película alegre mientras la estás viendo y triste cuando termina. Igual, creo que se pueden decir cosas muy serias con humor. Creo que la película es positiva porque creo que el humor sana: si vamos a aprender de los errores y asumir la realidad desde el humor, creo que elegimos una manera optimista y positiva. No pensamos hacer una película sólo nostálgica o melancólica. Incluir el humor habla de que, a pesar de todo, tenemos una visión optimista de la vida. Hay que saber reírse de uno mismo. Creo que puede definirse como una tragicomedia.

    Bernard: -Es una sátira. No tiene un discurso del todo realista, como nuestra película anterior. Intentamos escapar del hiperrealismo en el que está metido el nuevo cine argentino. Queremos que el público la disfrute, más allá de su desenlace. No, no es una película de 2002, cuando en la Argentina vivíamos un momento muy duro.

    -¿Creen que es muy localista?
    Nardini: -Menos que la anterior. Son tres historias de ficción muy claras, donde mucho tiene que ver el contexto del país, donde algunos quieren secuestrar al que le van bien, pero en otros países también hay crisis personales. En todos lados hay un grupo de amigos al que le fue bien y otro al que le fue mal: siempre hay algún chanta, un golpeador y siempre hay una historia de amor que no fue. La mostramos en Montreal y Valladolid y la gente salía muy emocionada. Por supuesto que no entendía muchas cosas muy nuestras. Para ellos no era tan comedia, sino más bien una tragicomedia

    -Se les escapaba la referencia local, pero les quedaba la esencia Nardini: -Igualmente no queríamos hacer una película universal. Escribimos lo que nos divierte a nosotros y no le tenemos miedo al localismo. El argentino que regresa, interpretado por un actor español, no fue pensado para tratar de conseguir plata en España. Tratamos de escapar de todos los estereotipos. Sabemos que un guión es una tarea en la que vamos a invertir varios años, que una vez terminado aceptaremos meternos en muchos problemas para filmarlo. Seguro que nos desanimamos, pero siempre terminamos levantándonos la moral mutuamente.

    -Un humor algo crepuscular
    Bernard: -A través del humor podés meterte en diferentes terrenos, en cosas muy duras. A nosotros esa herramienta nos viene bárbaro. Si la película no tuviese humor sería insoportable.
    Nardini: -A pesar de que el argentino es muy gastador y burlón, en el último cine local hay mucha solemnidad.

    -Burlón, pero también llorón 
    Nardini: ...Y siempre la culpa es de los demás, no hay autocrítica, y el cine generalmente no muestra ese costado de la clase media. Generalmente hay estereotipos.

    Bernard: -Casi todas las películas de la crisis mostraban el sufrimiento de la clase baja. Parece que los conflictos de la clase media no son del interés de buena parte del nuevo cine argentino o no rinden en los festivales europeos.

    Nardini: -Es que ahora parece que hubiera nada más que dos circuitos: el hipercomercial y el del cine festivalero, y nosotros, lo tenemos en claro, no entramos en ninguno.

    Bernard: -Nuestra postura tiene un costo tremendo. Para el cineasta independiente la única manera de conseguir dinero para su próxima obra es a través de cierto renombre en Europa. Nosotros no estamos ni en la vereda industrial ni en la de los fondos europeos.

    Nardini: -Pero sarna con gusto no pica, y después de tomarme un descanso me gustaría volver sobre esta temática, con esta idea de hacer películas que me gusten a mí y a Cristian, que no sean pensadas en función de una respuesta previsible.


    (Fuente: lanacion.com.ar)




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