La cinta cuenta la historia de una pareja de desconocidos que se va a un motel en busca de placer, pero descubre mucho más.
Los 35 premios internacionales que ha obtenido (entre ellos la Espiga de Oro del Festival de Valladolid), los más de 60 festivales en los que ha participado, su estreno comercial tanto en países de Europa como de América Latina y los 60 mil espectadores que la vieron en Chile prueban que su experimento funcionó.
Quería hacer un filme casi que en tiempo real, donde el pasado y el futuro de los personajes no contara. Solo el presente. Solo su encuentro en un motel. Y que, además, transcurriera en una sola locación y tuviera solo dos personajes. "Esta es una película que surge de un contexto formal", comenta Bize, de 29 años, que acaba de presentar en México su trabajo más reciente, Lo bueno de llorar.
Su experimento también tuvo que ver con el tiempo. Bize rodó En la cama en orden cronológico. "Toda la carga dramática, toda la emoción que íbamos teniendo poco a poco como equipo técnico, era la misma de los actores", comenta vía telefónica desde Santiago de Chile.
Lejos de lo formal, Bize asegura que rodó esta película por "sus últimos 30 minutos".
Daniela y Bruno se van a un motel sin saber siquiera sus nombres respectivos. Ella se casará en poco tiempo. Él acaba de terminar con su novia.
Empiezan la noche con el ánimo y el ímpetu en lo más alto, pero con el paso de las horas evidencian sus contradicciones, sus miedos y hasta sus secretos jamás revelados.
Previo a esos 30 minutos finales, En la cama es un filme con contenido sexual. Las escenas de los actores Blanca Lewin y Gonzalo Valenzuela fueron ensayadas con orientación de Bize.
Este las grababa con una cámara de video y las editaba para mostrarles el resultado.
"Lo de la desnudez no fue un tema. Nunca tuvimos que sacar a la gente del set", agrega Bize, que realizó acá otro experimento: durante los seis meses de ensayos de la película dejó entrar lentamente a los doce miembros del equipo técnico para que no hubiera un "quiebre de intimidad" a la hora de rodar.
Bize comenta que el sexo nunca ha sido el trasfondo de esta historia: "Es una excusa para lo que sucede después". Por esa razón, no quiso recurrir al desnudo en el afiche promocional de la película.
A pesar de que En la cama le ha garantizado dirigir producciones de mayor presupuesto, Bize afirma que sigue interesado en lo mismo: las historias cercanas y la verdad de los personajes.