“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Lisandro Alonso reflexiona sobre Liverpool y la triada de filmes que le precede

    El más reciente de los cuatro filmes del cineasta argentino Lisandro Alonso, Liverpool, fue estrenado apenas en mayo de este 2008 dentro del festival de Cannes. Conocer en orden la triada, La libertad (2001), Los muertos (2004) y Fantasma (2006), habilita una comprensión más amplia del conjunto y de cada una; de los objetivos y estilo de Alonso, a las sensaciones que transmite su obra al espectador. Verlas sueltas, en particular la tercera, o sin conocer los antecedentes abre más interrogantes. En las tres persiste la contemplación de la soledad, del individuo y la naturaleza o su entorno, de instantes íntimos; con largos planos fijos, introspectivos, resistencia en lo que les ocupa o hacia dónde van; a distancia del resto de la gente. Y escenas crueles (así sean por la necesidad de comer), donde matan y desuellan animales.

    Lisandro Alonso estuvo en México para presentar el ciclo. Lo conocí al salir de ver Fantasma. Sabía que era joven, que La libertad la rodó a los 26 años. Su tono argentino es amable. Conversamos de sus cuatro filmes, del estilo, de sus actores/personajes, de los finales de sus películas: circular, cíclico el de La libertad, uno solo el de Los muertos, no dos como sugeriría una escena en Fantasma. En el transcurso de la plática salió su entusiasmo por Alphaville, aunque “Godard no tanto”; en cambio considera que Werner Herzog “es un genio, por su valentía, la locura en Fitzcarraldo, "eso de pasar un barco a través de una montaña”. También, que prefiere trabajar con no actores, y expuso un largo cuestionamiento acerca de qué es un actor, y de cómo trabajaba y cómo los escogía Robert Bresson, otro cineasta que admira, lo cual se percibe en sus filmes, sin duda.

    ¿Desde el principio habías pensado el grupo, las tres o cuatro películas que has realizado?

    “No. De hecho fue paso a paso. Me parece que seguían algunas preguntas ahí, que no se habían resuelto con La libertad o con Los muertos y como una resolución en Fantasma. Y después de haber probado todas esas cosas le di como una forma más madura en Liverpool, hasta lo mismo que me sigue inquietando: la soledad, los entornos, cómo se comunica la gente”.

    -¿Escogiste a los actores, o bueno a los personajes, ya sabías de su existencia o te surgieron después de la idea, tanto para La libertad como para Los muertos?

    “No, no. Básicamente, lo primero que surge son siempre los lugares, viajo a los lugares y encuentro a los personajes con los que después termino filmando las películas. De hecho, Argentino Vargas (el actor de Los muertos), lo conocí cuando estaba buscando locaciones y me llamó la atención mucho su personalidad, y al cabo de dos tres meses que seguí yendo al lugar le propuse si quería ser él quien protagonizara la película; me miró un poco extrañado pero le comenté un poco de qué se trataba y bueno”.

    Los muertos parece que es una historia real que sí sucedió, que leíste en alguna noticia, por cómo la narras.

    Bueno, sí, tiene esa cosa de realidad y observación, pero evidentemente Argentino Vargas nunca mató a nadie, ni estuvo preso; sí sabe remar muy bien y moverse en el agua porque vive en la isla, con su familia.

    Pensé que habías ido a la prisión, habías entrevistado a varios y él fue quien más te convenció…

    No. A él lo encontré en la isla, viajando por el agua y con el equipo de rodaje pedimos permiso en la cárcel y filmamos ahí.

    ¿Entonces también la historia de los muertos es inventada?

    Sí. Es ficción. Estaba leyendo un libro de Dostoyevski, La casa de los muertos, que trata sobre un hombre que una vez que lo liberan de prisión lo único que quiere es estar solo, porque al haber estado preso estuvo atado con gente con quien no hubiera elegido pasar ni para cuatro o tres minutos de compañía. Ya en libertad, se alejaba de la gente. Por otro lado, está un libro de Horacio Quiroga que escribe mucho sobre la selva de Misiones y demás; y los dos mundos me atraparon; en esto de un ex convicto que sale a ver si su hija todavía vive o va al encuentro de ella a la selva, hallé la forma de unir las dos cosas que estaba leyendo más algo que quería contar.

    Volviendo a La libertad, ¿tenías ya la idea…?

    Después de estudiar y de la escuela de cine, haber trabajado en una productora y en algunas producciones, me vi cortado de oferta de trabajo y me volví al campo, con mi familia, a La Pampa. Ahí, después de trabajar en el campo, dos tres años, descubrí a Misael, el hachero (el personaje de La libertad), en un campito vecino; y nos estuvimos relacionando casi un año, hasta que finalmente le dije que había conseguido cierto dinero para la película, si la quería hacer, que era una cosa muy simple, que básicamente no tenía que actuar, sino filmar lo que hace durante el día, y así fue…

    Se hablará de la influencia de Carlos Reygadas o al revés, y aparte de otras corrientes, acaso el Dogma…

    Lo que pasa es que tanto Carlos como yo nacimos a medida que íbamos haciendo las películas, y creo, no puedo hablar por él, pero a medida que tenía horas de vuelo, cuando lo conocí en 2002, en Rotterdam, ya había ciertas bases que estaban prefijadas, lo que nos interesaba, lo que nos atrapaba, cierto lenguaje cinematográfico. Ya coincidíamos ahí, ya después cada uno siguió por su camino, con sus propios ingredientes, no es que estuviéramos llamándonos por teléfono y preguntando qué vas a filmar. Hubo como una sintonía en la búsqueda.

    ¿Habría algún grupo en Argentina de nuevos cineastas?

    En Argentina hubo tiempo atrás una sangre nueva, que salía de las universidades, que quería hacer películas, eso es lo único que coincide entre nosotros, que estábamos recién egresados de la universidad con muchas ganas de hacer una película. Después, todas las películas que se hicieron no tienen demasiados puntos en común. Sí son películas honestas y frescas, y de presupuestos similares; al ser poco presupuesto hace que uno se las ingenie más para llevar a cabo lo que uno quiere, pero hoy por hoy creo que eso que nosotros vivíamos, que yo podía trabajar en la película de otro y otro en la mía, no pasa tanto, por lo menos entre la gente de mi generación, donde cada uno ya consolidó más qué quiere hacer con el cine o qué puede hacer con el cine; pero ya no se piden tantas ayudas, porque descubrimos a medida que ha ido pasando el tiempo que hay determinadas fundaciones que pueden apoyar proyectos directamente. Entonces ya no hace tanta falta la ayuda de un colega y demás.

    ¿Por qué Fantasma, en singular y no en plural como Los muertos?

    Bueno, Fantasma trata no tanto sobre las personas, sino sobre un fantasma, que es el fantasma del cine, que está ahí, el fantasma del cine de autor que aparentemente está dando vueltas por ahí, pero todo mundo sabe que existe pero nadie lo ve; es como el cine que me gusta a mí. Y me parece que es una película muy personal, y a lo mejor el fantasma que tengo yo, con el cual ironizo en la película es que mi película solo la vean dos personas”.

    ¿Pensaste en algún momento, sobre todo en La libertad, que fuera totalmente muda, es decir, sin diálogos?

    No, porque me parece que hubiera sido forzado, hubiera sido una propuesta más intelectual; yo lo que estaba haciendo era observar, entonces me parecía lógico que si el personaje está solo no hable, pero si viene alguien diga, "hola, ¿cómo te va?"; no me interesa forzar mecanismos, sino filmar lo que quiero sin meter tanta mano.

    ¿En Fantasma habría la idea de que sean solo tres los personajes, que no haya algún intruso?

    Era como esa cosa fantasmal del edificio, que sea un lugar vacío, fuera del público. Que hubiera más extrañamiento y por qué son tres los espectadores si aparentemente es un estreno, y va a causar más como confusión.

    Un personaje sensacional es el acomodador, es como de cine mudo, se le queda viendo todo el tiempo a Argentino Vargas, es excelente.

    Sí, es de humor; me gusta mucho. Lo mira extrañado, diciendo quién será este. La persona es un poco así, salió así.

    ¿Y lo de las llaves del agua, lo que hace Misael?

    Bueno, no sé si quedó muy bien definido, era como si Misael ya hubiera estado ahí en el estreno de su película y se hubiera perdido en el edificio, como un alma, que anda divagando”.

    ¿Liverpool cerraría más el ciclo o abriría otro?

    Es como hacer más sólidas las propuestas de las películas anteriores. De hecho, mira, creo que si uno toma ciertos ingredientes de Fantasma y los tira sobre La libertad y Los muertos, el resultado lógico es Liverpool, es decir, es una película que también está relacionada.

    ¿Habría algo de especial en que haya perros en los tres filmes?

    En esos lugares, en el campo, siempre hay perros. La verdad nunca lo pensé demasiado; sí el perro que se ve en un edificio en Fantasma, que lo hice a propósito como para extrañar más, lo otro es, por ejemplo, como que el tipo tras estar preso tiene más ganas de darle de comer a un perro que estar hablando con un violador, o con alguien que no tenía ganas de hablar. Me parece que todo su humanismo, toda su comunicación se resumía en pasarle la comida al perro”.

    ¿Y lo de filmar en el Teatro General San Martín, en la sala Leopoldo Lugones?

    Es la sala donde yo estreno mis películas. Si no la hubiera filmado ahí no la hubiera filmado en ningún lugar. Entiendo que es muy diferente para la gente; incluso vos imagínate, ir a ver Fantasma en la Lugones, subir en ese ascensor, caminar por esas escaleras, sentarse en esa sala donde sucede la película; se produce un juego de espejos mucho más rico. Por eso la filmé ahí, porque sabía que la estrenaría ahí. Es muy diferente verla aquí en la Cineteca que allá, se produce otra cosa, no sabes cuándo sales y cuándo estás dentro; era algo que me interesaba un tanto más a nivel experimento.

    La pregunta para despedirnos es si un día filmará algo más tipo Ozu, o melodrama. Lisandro contesta:

    A lo mejor con el tiempo, un drama, meter más la parte femenina; en Liverpool ya lo hago, y voy a tratar de darle más protagonismo a esa parte de la mujer.


    (Fuente: www.filmeweb.net)


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