“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano.
Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)
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Lisandro Alonso: La voz de un cineasta independiente argentino
Lisandro Alonso no sabe si es que se está volviendo viejo, si se equivoca o si es un buen ejemplo a seguir, pero está convencido del hecho de que muchas personas tengan una cámara a la mano, no significa que tenga una película por hacer. Este director y guionista argentino cree que la mejor manera de hacer cine es devolverle el respeto que se ha perdido en los últimos años con la desinformación audiovisual en la que nos tiene envuelto el mundo de la televisión. “Para mi debe existir un propósito más profundo para querer comunicar algo en una pantalla de siete metros y en una ceremonia como lo que es el cine”.
Cuando empezó a hacer cine Lisandro Alonso tenía 19 años. El cortometraje llevaba por nombre Corto en la Vereda. En 2001 produjo su primer largometraje, La Libertad, del que también fue guionista y director. Más adelante llegarían Los Muertos, Fantasmas y Liverpool, los cuatro filmes han participado en la competencia oficial del Festival de Cine de Cannes y han consolidado a Lisandro Alonso como uno de los directores latinoamericanos más importantes del momento.
Con una gran sencillez solamente superada por el respeto que le tiene a la profesión de cineasta, Lisandro Alonso habla de la necesidad de volver a su tierra, con su familia, al campo, por eso sólo espera asistir a un par de festivales más para volver con sus padres y hermanos quienes viven en una provincia en la pampa y se dedican a los cultivos y a la ganadería. “Yo puedo pasar todo un año viajando, pero sé que mi vida no está en los viajes, mi vida está en el lugar donde nací, ahí en el campo me tranquilizo más y me vuelven como las curiosidades, las ideas básicas que yo necesito como para empezar a plantear otro proyecto”.
Con el temor de ponerse paradigmático y siempre cuidándose de que sus afirmaciones estén lejos de cualquier absolutismo, expresa que las buenas películas deben tener un sentido para mostrarse una hora y media al público y que el cine latinoamericano está a una buena temperatura pero todavía se puede hacer mucho más. “No digo que yo lo haga, pero por lo menos lo intento”. Y ese intento se ve reflejado en el hecho de que aun no se defina por las historias convencionales y los actores de profesión.
Lisandro Alonso escoge los temas de sus películas basado en una imagen más que en una historia. Cuando ve algo en la televisión o en las revistas, un paisaje un pueblo, se traslada al lugar, se reúne con los habitantes convive con ellos, compartiendo cenas, días y silencios, eso según él, es la principal razón para hacer cine “Me encanta la oportunidad de conocer gente que de otra forma no podría conocer. Gente marginada de los canales de televisión, de las radios, de las noticias, que todo el mundo sabe que existe pero por un sistema socio-cultural-político todos las omitimos”.
(Fuente: El Leedor)
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