“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

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  • Cinco veces favela: 45 años después
    Por Dean Luis Reyes

    En el pasado 2007 sumaron los 45 años de que un grupo de jóvenes universitarios de clase media urbana de Brasil, con intereses divergentes entre el arte y la agitación social, se unieran para dar lugar al largometraje Cinco veces favela (1962). Joaquim Pedro de Andrade, León Hirszman, Marcos Farías, Miguel Borges y Carlos Diegues hicieron en aquella película de episodios, una obra que se atrevía a mostrar un rostro del país que permanecía negado al escenario público: el de la vida cotidiana de las favelas de Río de Janeiro. De entonces a acá, la película se convirtió en uno de los primeros ejemplos del cinema novo y ha alimentado el imaginario de varias generaciones de cineastas brasileños.

    Pero Carlos “Cacá” Diegues anunció, en Río de Janeiro, la puesta en marcha del proyecto Cinco vezes favela-Agora por eles mesmos, retomada de la obra original, pero que ahora sería escrita y dirigida por jóvenes cineastas que viven en las favelas cariocas del complejo de Maré, Vidigal, Cidade de Deus, Parada de Lucas y Lapa, los cuales han sido elegidos por los productores del filme: Renata Almeida Magalhães y Luz Mágica Producciones Audiovisuales, junto a Globo Filmes y Columbia Tri Star Pictures de Brasil, que será la encargada de la distribución.

    Pero más que proyecto, se trata de una obra en marcha. En estos momentos, alrededor de 150 jóvenes reciben un entrenamiento acelerado de dos meses como actores o en varias especialidades técnicas. Este será el único prerrequisito previo al inicio de los rodajes. Como asegura Diegues: “Todas las decisiones serán tomadas por ellos, yo solo estaré aquí para ayudar en la parte técnica. Siempre les digo: no vamos a aceptar elogios solo porque somos pobres, vamos a merecerlos mostrando calidad. No estoy haciendo esto por pena, exijo de ellos que la película sea buena, seria.”

    Acerca del origen de esta idea, comentó: “Hace algunos años comencé a tener contactos con organizaciones sociales. Yo daba clases, participaba en discusiones… Entonces comencé a percibir que existía una nueva generación de cineastas. En una ocasión fui a dar clases de audiovisual en Madureira, pero llegué preocupado, porque no sabía cómo hablar de cine para los alumnos, y quedé sorprendido cuando descubrí que mucha gente allí ya tenía películas realizadas. Con las facilidades tecnológicas, el cine está cada vez más al alcance de todos.

    Los títulos ya escogidos son:
    Acende a luz, con argumento y dirección de Luciana Bezerra. En la víspera de Navidad, el cerro está en apagón y los técnicos llamados no consiguen resolver el problema.

    Arroz com feijoo, con argumento de Zezé da Silva y dirección de Rodrigo Felha y Cacau Amaral. Wesley tiene 12 años y sueña con dar a su padre, que solo come diariamente arroz con frijoles, un regalo de cumpleaños inusitado: un fricasé de pollo.

    Concerto para violino, con argumento de Rodrigo Cardozo da Silva y dirección de Luciano Vidigal. Jota, Pedro y Márcia crecieron juntos, e hicieron un juramento de amistad que, ahora adultos y con diferentes destinos, no tienen cómo cumplir.

    Deixa voar, con argumento y dirección de Cadu Barcellos. La pistola de Flávio, de 17 años, cae accidentalmente en manos de una facción rival en el tráfico de drogas. Obligado a recuperarla, descubre en esa favela que las dos comunidades no son nada diferentes una de otra.

    Fonte de renda, con argumento de Vilson Almeida de Oliveira y dirección de Manaíra Carneiro y Wavá Novais. Maicon realiza su sueño de pasar el examen de aptitud de Derecho, pero ahora necesita dinero para pagar sus estudios, libros y cuadernos.

    Según estos mismos realizadores, su objetivo está claro. Dice Luciana Becerra: “Queremos mostrar que la favela es un universo diversificado, donde existe todo lo que hay fuera de ella: amor, amistad, inteligencia, sensibilidad; la violencia es apenas uno de los elementos que se pueden encontrar y, con seguridad, no el principal para quienes vivimos allá."

    Por su lado, Rodrigo Felha, de 27 años, dice que “vamos a contar nuestra historia, pero esta vez sin sangre”. Y Wavá Novais, de 23: “Estamos cansados de tanta mentira, de aparecer en la pantalla de una forma distorsionada”.

    La producción no tiene solo el apoyo de importantes multinacionales que se aseguran el éxito comercial de la obra resultante. También están involucradas organizaciones sociales y ONG como la Central Única de las Favelas, Cufa, Nós do Morro, el Observatorio de las Favelas, AfroReggae y Cinemaneiro, entre otros que contribuyeron a la captación de proyectos y a la selección.

    Diegues está entusiasta. Si la película original revolucionó al cine brasileño de su tiempo, esta podría significar una mirada inédita. “En mi opinión, dice, la próxima revolución va a venir de estos niños, de la periferia”.



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Carlos Diegues


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