Una mujer con su auto atropella a un perro en la ruta. El animal muere. "Ella queda en un raro estado de conmoción, que hace que todos sus vínculos con las personas que conoce se enmarquen en una especie de extrañamiento. En los días posteriores al accidente, ella va desentrañando cosas de sí misma y de todo su entorno."
Así define Lucrecia Martel la historia de su esperado tercer largometraje, La mujer sin cabeza, que filmará en octubre, nuevamente en tierras salteñas. Con el guión terminado y a la espera de cerrar la financiación, la directora de La ciénaga y La niña santa anticipa que esta vez se volcará hacia el suspenso.
"No me gusta clasificar la película dentro de un género, pero sí podría pensarse como un thriller un poco negro en un ambiente de familias de provincia. Me atrae ese entorno para una película de este tipo."
Ir hacia el thriller no fue una decisión, sino algo propio de la historia que decidió contar. "Es algo —continúa— que vio Lita [Stantic, productora] al leer el guión; le pareció que tenía ese estilo. Yo trabajo con el mismo sistema que el de las películas anteriores, con estructuras en las que uno maneja la tensión por escenas, que es un sistema de construcción algo diferente. No pienso en un género cuando escribo."
Con un costo similar al de las otras películas, una de las mayores diferencias es que ésta será filmada casi por completo en lugares abiertos. Ningún actor está confirmado; ni siquiera Mercedes Morán, que viene sonando fuerte como la posible protagonista. "Me encantaría trabajar de nuevo con ella, pero el casting es un rompecabezas, totalmente indefinido", agrega la directora, que ya tiene por costumbre rodar en su provincia.
Sin embargo, afirma que no es algo preestablecido: "Empiezo a escribir y me doy cuenta de que sucede ahí. Casualmente, estas tres historias ocurren en Salta, pero no es para mí una ley. Sí es como tomarme unas vacaciones de Buenos Aires. Hay una zona personal, algo un poco infantil por lo lúdico, que pesa un poco, porque es sobre todo un lugar que asocio con mi trabajo de una manera placentera".
La mujer sin cabeza, su tercera película y segunda apadrinada por los Almodóvar, que ya coprodujeron La niña santa. Comparte con las anteriores el tono (un drama intimista), el escenario (una geografía de provincias "que no es Salta, pero tampoco deja de serlo"), usos, pudores y costumbres de clase media alta y la elección de protagonistas femeninas.
"Al guión lo escribí antes que La niña santa, ni bien terminé La ciénaga y, por una cosa o por otra, la fui postergando", afirmó Martel. Quizás sea la última película que filme en Salta", dijo no muy convencida de si será así.