Hermila decidió ofrecer en una rifa su propio cuerpo para poder comprar el billete del viaje al destino que eligió, que implica cruzar Brasil de un extremo a otro. Se propone emigrar otra vez de su pequeña y pobre Iguatú, en el interior del nordeste, hasta cerca de la frontera sur.
Con esa historia particular, O céu de Suely (El cielo de Suely) logró ser elegido mejor filme brasileño de 2006 por la Asociación Paulista de Críticos de Arte.
Ya tenía como antecedentes haber ganado premios en festivales de Río de Janeiro, Brasilia, Grecia, Portugal y, por último, como mejor largometraje de ficción en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Este segundo largometraje consagra a Karim Ainouz como uno de los más talentosos cineastas de la nueva generación brasileña. El anterior trabajo, Madame Satá, también trata un tema polémico, como es la historia de un homosexual negro, valiente protector de prostitutas, que se transformó en mito de un barrio bohemio de Río de Janeiro en los años 30.
El cuerpo humano ocupa un lugar central en el cine de Ainouz. En O céu de Suely, el cuerpo de la protagonista gana predominancia gradualmente, reflejando, según el propio director, el proceso en que el personaje va asumiendo su propio destino, contra las presiones moralistas locales.
La historia de Suely, seudónimo que adoptó Hermila para la rifa, se basa en un hecho real, divulgado años atrás en un diario local. Esa decisión es síntoma de la pobreza o, más que eso, de la falta de perspectivas en la mayoría de las pequeñas ciudades brasileñas.
Se trata de una joven que había dejado su ciudad natal con su novio para intentar un futuro mejor en Sao Paulo, la región metropolitana que creció en el siglo pasado acogiendo millones de inmigrantes del nordeste, entre ellos a la familia del actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cuando éste era un niño.
Dos años después, con 21 años de edad, Hermila vuelve a Iguatú con un hijo pequeño.
En Sao Paulo "todo es muy caro", se justifica ante los amigos, mientras espera la llegada del marido. Este personaje no aparece físicamente en el filme, sino como un virtual interlocutor en las llamadas telefónicas de la mujer y aprovechando la precaria comunicación para cortar los lazos con su familia.
Abandonada y sin fuentes de ingreso, mantenida por la madre costurera, Hermila inventa el sorteo cuyo premio es "una noche en el paraíso". Así despierta el deseo de los hombres de la ciudad y la ira de las mujeres, de los defensores de la moral y de su antiguo enamorado, con quien vuelve a relacionarse afectivamente y sexualmente.
Enfrenta el rechazo de su propia madre, que la acusa de prostituta y la expulsa de la casa, incapaz de aceptar que se trata de una iniciativa justamente para escapar a la prostitución.
Contra viento y marea, tiene éxito en su plan y obtiene el dinero para viajar al "punto más lejano", Porto Alegre, en el extremo Sur de Brasil. Pero tiene que dejar a su hijo con la abuela, que termina por tolerar su pecado.
El filme agradó a la mayoría de los comentaristas, por tratar con delicadeza el tema, constituir un homenaje a la mujer del nordeste y su poder de cambiar el destino. Pero algunos criticaron el excesivo "alejamiento" del director, en un esfuerzo por evitar cualquier relación emocional.
Es una nouvelle vague sertaneja, calificó Cora Rónai, del diario local O Globo, refiriéndose al movimiento del cine francés de los años 60 y al sertão, como se le llama al interior agreste y árido del nordeste brasileño. De ese modo realzó la escasez de acción que se acerca al tedio. Es también muy económico en los diálogos, ya que los personajes hablan muy poco.
Aunque O céu de Suely no despertó el entusiasmo del público y, por ende, su carrera comercial es mediocre, sí lo hizo entre los cinéfilos. Su historia centrada en el drama de la joven mujer revela un Brasil en que la emigración interna conduce al fracaso, pese a lo cual persiste como única alternativa para los pobres del interior de este país de 188 millones de habitantes.
En la pequeña ciudad sin horizontes, la modernidad es la motocicleta usada como taxi. El mototaxi es el principal medio de transporte en Iguatú, a eso se dedica el novio local y eventual de Hermila. Es una realidad de muchas ciudades pequeñas y medianas de Brasil, en las que hoy operan centenares o miles de estos vehículos de alquiler, pero no son reconocidos por la ley.
O céu de Suely es aplaudido también por catapultar al éxito nacional a la actriz Hermila Guedes, tan premiada como el filme.
Ainouz escogió actores del propio nordeste, de donde él también es originario, y para mayor identificación con los telespectadores de la región le atribuyó a los personajes los mismos nombres de sus intérpretes, como es el caso de Hermila.
El filme muestra el nordeste, tema muy presente en el cine brasileño de las últimas décadas, aunque desde un nuevo ángulo, sin los estereotipos frecuentes y sin tratar como víctimas a sus habitantes.
Por esas y otras razones, como las imágenes del alabado director de fotografía Walter Carvalho, O céu de Suely fue reconocido como el filme del año en Brasil.