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La práctica educativa en la sociedad actual, implica necesariamente una integración curricular de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), que ha de llevarse a cabo desde tres perspectivas distintas: una, la consideración del conjunto de destrezas y competencias que suponen el uso de las TIC para profesores y alumnos; otra como potente recurso en manos del profesor, medio eficaz y motivador de presentación y tratamiento de la información orientado a fomentar procesos de organización del conocimiento del mundo que tiene el alumno, y la tercera como agente de cambio, por el impacto que suponen respecto a los modos de acceder al conocimiento, al intercambio de información y a la metodología de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Se formula la propuesta de que los centros confeccionaran y llevaran a la práctica planes descentralizados y contextualizados que supusieran un auténtico desarrollo curricular de las TIC con carácter transversal en las distintas áreas instrumentales. Además se analizan las implicaciones de la propuesta respecto de los distintos elementos que se dan cita en el proceso educativo.
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