Mauro es un muchacho de 12 años que se ve obligado a dejar su casa en Bello Horizonte. Sus padres perseguidos por la dictadura militar, lo dejan en casa del abuelo paterno en San Paulo. Pero el pobre niño no llega a encontrarse con su abuelo quien muere ese mismo día. Contra la voluntad del niño, Schlomo, un vecino judío del abuelo, se encarga de cuidarlo. Mauro entonces se refugia en la expectativa creada en torno a la Copa Mundial de Fútbol de 1970, y en la promesa de sus padres de llevarlo al evento.
Más que un fragmento de lo que fue la tragedia llamada dictadura militar. El año en que mis padres estaban de vacaciones se propone ofrecer la mirada del niño sobre los acontecimientos, mezclando la pasión por el fútbol y la extrañeza de las imágenes de la violencia. De esta manera el filme se propone hablar de la dictadura de forma indirecta, mostrando la visión del pequeño sobre lo cotidiano, y utilizando el conocimiento que los espectadores tienen sobre los acontecimientos. De cierta forma ello coincide con el ejemplo citado en mi crítica sobre Crónica de una fuga, y los filmes brasileños que abordan subjetivamente el tema de la dictadura, que en este caso no era el objeto de atención directa del director Cao Hamburger. Lo que le interesa destacar al realizador es el análisis comparativo entre la pasión por el fútbol y la situación política del país en aquel momento, algo que Pra Frente Brasil ya había realizado con bastante éxito.